miércoles, 29 de septiembre de 2010

Usa tu imaginacion que para eso esta o sino guardala en un cajon

Esta urgencia de sentarme frente a la compu y volver a escribir. Bah! En realidad es una urgencia por mantener el culo en la silla a toda costa. ¿Cómo puede ser? Si yo escribo cada una semana. No me pasaron cosas interesantes. Pero acá estoy. Otra vez para su deleite. Es una presión externa. “tengo ganas de que escribas otra vez”. Bueno, yo lo hago. Pero también es una cosa interna que me impulsa a mover los dedos en el teclado como si estuviesen bailando música electrónica. Hace mucho que no voy a una fiesta, de esas que en los 90 se llamaban rave. No entiendo muy bien que me gustaba. Ese ambiente, donde nadie era nadie, y todos éramos todos. Lo disfrutaba. Bailaba por horas. Creo que era mas por…otra vez la urgencia, de conocer cosas nuevas. Cuando uno viene de un pueblo, hasta las pavadas mas básicas te deslumbran. Somos la gente del interior, somos esa que, según la gente del puerto mas importante del país, andamos a caballo y no conocemos Internet. Es entendible. Ahora no me enojo. Antes me frustraba. Hoy entiendo que Flores no es Caballito y que existen 4 millones de barrios Palermo. Una misma zona, dos nombres. Si cruzo la calle sale más caro el departamento. ¡Que bueno que estoy del lado barato! O eso es por lo menos lo que me dicen mis facturas de ABL. Creo que esto se ha trasladado como siempre a mi vida. Casi siempre en la cuestión de pareja. Uno era el lado depreciado y el otro el lado chic. Una vez me llamaron la novia cheta de alguien. Supongo que esas personas no entendían muy bien como me estaban conceptualizando. Pero definitivamente me rotularon como si fuese una zona residencial. ¡Menos mal que todavía no me caracterizaron de zona de basural! O es lo que yo creo. No importa. Si no lo se y no lo pienso no existe.
Hoy le dije eso a florero. Inmediatamente me sentí mal. Si yo también lo hago. ¿Qué tengo que andar reclamándole? Menos mal que me quiere. Debo haber dicho la frase “menos mal” como 50 veces ya. O tengo poco léxico, cual diccionario de ermitaño; o es que estoy reflexiva y compasiva conmigo misma. Se me acaba de venir a la cabeza otro menos mal, si uno que si se lo piensa con profundidad puede hacerte sonreír, puede hacerte llorar, puede hasta hacerte respirar hondo y disfrutar hasta del viento polar. “Menos mal que siempre me quisieron”. Esto no es algo que pasa todos los días. Hasta el mas guacho me demostró por lo menos un poco de cariño. No hay que confundir aprecio con amor, pero de todas formas es algún tipo de sentimiento/estado/sensación/reconocimiento. ¡Cuantas palabras acabo de encontrar para decir lo que quería decir!. ¿Por qué no me salía así con la tesis?. Creo que es un problema de negación. Vamos otra vez. Si no lo pienso o no lo digo, no existe. Más o menos como intentar no acordarse de que alguien querido se murió. Eso vengo pensando desde ayer. ¿y como hago para no olvidarme, sin acordarme, pero no dejar atrás?. “servite dos copas, tomatelas a las dos, a modo de brindis” me dijo un amigo. Creo que lo voy a hacer. El sábado. Si ese día. Va a ser un poco triste. Va a ser un poco gris. Y como siempre acá estoy. Adelantándome a los sentimientos que voy a tener. Yo digo que es para atajarme, para que cuando suceda no me agarre desesperada ni sorprendida. Igual nunca resulta como lo pensé. Siempre sale para cualquier lado. Como cuando en un examen se te acaba la lapicera, o peor aun se te explota y te vuela los sesos. Bueno, esas cosas no pasan, pero estaría interesante llamar a mamá y contarle que un cartucho de tinta me decapito. Aunque no estaría hablando por teléfono. Me acabo de acordar de la gente que ha desaparecido en esa circunstancia. Por supuesto que me acorde de María Antonieta. Esa que aparece en la película de Sofía Coppola. ¡Me encanta!. Creo que en otra vida fui reina. O quise serlo. Siempre me sentí una princesa. No es para menos, con 6 primos varones y la única nena durante 18 años en la familia. Siempre. Hasta que me puse a besar sapos. No se si yo los convertí en príncipes, o ellos a mi en sapa o rana. Ya no se ni como se dicen los nombres de los animales.
Me acabo de acordar que deje de hacer la cama para venir a escribir esto. Deje de ordenar la ropa que saque del tender. Esto significa que tengo motivación. Es bueno, aunque irresponsable. No importa. ¿Quién te corre? (me dice todo el tiempo mi papá, que por cierto hace rato que no me llama y ya lo extraño). No hablamos mucho. Una vez en un viaje de 5 horas creo que habremos hablado 20 minutos distribuidos proporcionalmente. Igual es un viaje que no me olvido más. Mi Bou, viajaba dormida en el asiento de atrás. Veníamos de una semana increíble en la playa. Y para mi alivio papá viajo a la misma zona a trabajar. “Yo te traigo de vuelta” me dijo y yo acepte. Me acuerdo de esa tormenta que atravesamos. Un poco de miedo me daba, por la ruta obviamente, porque ya no estoy para andar asustándome con nubecitas. Aunque a veces las que se posan únicamente sobre mi me preocupan un poco. Estoy empezando a pronosticar los días. Como florero, que quiere autoconvencerse de viajar o no viajar. He ahí la cuestión. No importa. Por ahora se esperan dias con probabilidad de salidas y algunas preocupaciones aisladas. Ojala no nos agarre alguna tormenta de primavera…

3 comentarios:

  1. jaja ojala tengamos probabilidad de salidas.. y con mcuhas tormentas ;) jajaja

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  2. que lindoooo! me hiciste acordar a ...lleva equinos?... nooo! ajaja te mando un beso!

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  3. Es ese impulso altruista, la mayoría de las veces, el que nos hace vomitar tantas letras para que alguien las lea! Creo comprender! "Menos mal", ¿¡NO!? jajaja... Beso, Tuiky!! =)

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