lunes, 25 de julio de 2011

Enrulando el pelo lacio

Yo venia muy tranquila. Muy zen. Todo era paz. Mis respuestas hacia situaciones problemáticas hasta me sorprendían en el fondo de mi inconsciencia. Orgullosa de haber trabajado todo un cuatrimestre durante 8 horas por día en un proyecto que termino anillado y entregado en una cajita. Leyendo libros por placer. Haciendo cosas porque me gustan. Estando con gente que me cae bien. Esquivando todas las balas de los problemas ajenos. Sintiéndome plena porque resolví algunos de los míos. Divirtiéndome solo porque si. Encarando situaciones sin pensar en lo que piensen. Hasta que…todo tiene un final, todo termina…como dice la canción que tuve que tocar a los 13 años y me equivoque tanto que me dio vergüenza volver a tocar el piano.

Un hijo de puta que viene y me pone torneos de 40 equipos. A ver macho, como hago para prestarle atención a todos los jugadores en el concurso de mierda que me gasta todo el crédito pidiendo pins. Si ya hacia mal los cambios y tomaba malas decisiones, ahora se va todo al joraca. Sumémosle la intolerancia por parte de la gente. O sea, no todo el mundo piensa como vos, no todos son como vos, no todos tienen tu personalidad, no todo el mundo tiene fuerza de voluntad. No sos nadie para criticar la vida de otro. Ojo que no me estaban juzgando a mi, sino imaginen este posteo con cuchillazos que vuelan desde la pantalla hasta los estómagos de los lectores. Un puto día que decido ir a sacar fotos con mi primo…LLUEVE CON CENIZA. Sabes que naturaleza, metete tu energía y tu materia en el centro de tu magma y andate despacito al búfalo de tu abuela. Ni hablemos del frío. De la cara de frío que me da pensar en las novias y novios de mis mejores amigos. Ese es otro tema, que no da para explayarse.

YO decido estar en automático. Oír pero no escuchar. Responder monosílabos. No involucrarme. No aconsejar. No brindar ayuda si no me la piden. No esperar lo que no me van a dar. Así como decidí por primera vez en la vida hacer solo lo que quiero, voy a decidir no hacer lo que no quiero.

Porque a la gente le da miedo decir si o no. Pensar en lo que pasa si yo voy por el camino de la izquierda con lo que pasa en la derecha. El PANICO que da sentir que vas a tomar una decisión equivocada. Pero una vez que eso se pasa, agarras y metes 5ta a fondo. ¿Y si eso que deje atrás tiene éxito?...¿si ese es mas feliz que yo?....¿si dije que no porque pensé que era lo mejor y me perdí la oportunidad de mi vida?....para saber que algo esta bien, tiene que fluir. Como me dice mi profesor de baile. Si de afuera parece que va bien la coreo pero los pies se te están enredando es porque estas decidiendo mal, estas yendo para el lado que no es, estas cruzando lo pasos. Así es la cuestión. Tiene que fluir. ¿Cómo hago para mantenerlo?...porque peor que una mala decisión, es tratar de revertirlo. Porque es peor retractarse que elegir para el culi. Pero el mundo esta acostumbrado a eso. Te puteo pero después te pido que me perdones. Te digo que no te amo mas pero después te mando mensajes, mails, y quiero verte. Te doy libertad pero te persigo con la cadena. Te digo hace lo que quieras y aparezco en cada rincón de tu vida. Dijiste que si, BAN CA TE LA. Te dijeron que no, BAN CA TE LA. Porque se tienen mas ovarios o cojones cuando decís que no y seguís mirando a la cara, que decir no y darse vuelta para girar la cabeza a los 2 segundos. A veces no entiendo como es que resulta tan fácil elegir un color para las uñas pero se complica redactar un mensajito de “no me rompas mas las pelotitas”.

Pensar que alguna vez no dude en cortarme el flequillo, en elegir unos zapatos, en subirme a un escenario, en hacer un curso, en subirme a un caballo, en hacer esa actividad física que no hacia nadie, en darle un beso al pibe mas lindo del lugar, en pisar una aguaviva grande como un plato, en matar una araña, en probar el atún, en decir que si, a decir que no, en decir te amo, en decir te detesto con fundamentos, en ponerme aparatos, en caminar sola a las 5 de la mañana por una zona complicada, en irme a vivir a una ciudad que había visitado solo 3 veces, en pintarme la boca de rojo, en mirar al pibe que nadie mira, en decir “ojala que seas feliz, aunque no sea conmigo”…