jueves, 29 de diciembre de 2011

Renovacion del adn


Después de reflexionar bastante sobre las relaciones amorosas tengo que decir que me dan sarpullido o piel de pollo. A mi mejor amiga le pasa lo mismo. Es sentir ese ancla atado al pie que te hunde, que te manda mensajes todo el día, que tenés que llamar, que tenés que organizar para ver…claramente no tengo ganas de tener novio formal. Pero al mismo tiempo charlando con la tipa Morena y recordando una situación vivida en una fiesta, me di cuenta que existen algunas justificaciones para cortar una relación si es que en algún momento tengo ese peso encima. “No me gustan tus estados de fb”, parece una boludez, pero si se piensa detenidamente tiene un fundamento profundo. No voy a detallar mucho sobre el análisis de cómo escribe la gente en su red social, mas aun porque yo suelo poner las incoherencias mas grandes de la historia, pero cada uno sabe que quiere y que no de un actualizador de estados. Somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestros silencios, pero además somos dependientes de nuestros caracteres virtuales.
Continuando con la cuestión relacional, hay una cosa que se llama LIBERTAD y no todos los vínculos la conocen. ¿Sabes como se consigue? Decidiendo. Elegir te da libertad y la libertad te da la posibilidad de elegir. Entonces, hasta que encuentre a uno que en sus conexiones neuronales le entre esta idea en la cabeza, NO ME JODAN. Como dijo mi mejor amiga…rómpeme el corazón pero no las pelotas. Elegir, seleccionar, optar, preferir…todas esas cosas que deberían ser básicas, a veces se tornan tan complicadas que uno ni siquiera se esfuerza. Entonces ahí es donde se produce la simbiosis cerebral entre los tortolitos que piensan igual, hablan igual, se quejan de la vida igual, no quiero ni pensar que es lo que harán igual en otros aspectos de la vida. Me pregunto, si van a tener una relaciona así, pónganse de novios con el espejo. Es mas barato, siempre te va a devolver la sonrisa cuando le sonrías y te aseguro que si te pones vestido no va a quedar ridículo si el que esta en frente también lo tiene.
Otra cuestión de los vínculos es la delimitación del YO. Dependiendo de cuantas veces por frase o párrafo dice una persona yo o a mi, es el grado de necesidad de imponer la voluntad sobre el otro. Esto se convierte entonces en una guerra de pisadas unos sobre otros. Claramente YO cuando hablo, hablo mucho, muy rápido, así que si alguien se atreve a contar la cantidad de veces que digo YO, le doy un premio. En realidad es algo que estoy tratando de cambiar, porque medio como que uno termina quedando como con complejo de centro de mesa. Siendo su visión la única que se puede dar y la única que es correcta. No hay que caer en el extremo de ser sumiso a la voluntad de los demás, sino de escuchar y dejar ser. Y si te produce muchos problemas existenciales escuchar y aceptar que el otro piensa distinto, desenchufa las orejas y anda por algunos ámbitos en automático. Cuidarte tu YO hace que el que tenés al lado, en frente o atrás no te obligue y tampoco se sienta ofendido, y si es un poquito inteligente también aprenda a cuidar el suyo. Ahora me pregunto…¿Qué hago YO si mi YO esta compuesto como por 15 personalidades? Estos delirios y derrapes nocturnos que llevan a filosofar sobre escarbadientes y alicates hacen que me tiemble la mano cuando me tomo un café a las 4 de la tarde en verano y con 40º de calor.
Se abre acá un dilema también. ¿Sigo juntando experiencias para contarle a mis nietos y poner la olla gigante de fideos cuando nos juntamos todos en una fiesta; o me quedo sola y espero a que me deslumbre alguien que funcione con mis pasitos y yo con los suyos? Quiero que me hablen y al mismo tiempo me da pánico que me inviten a tomar algo. No me gusta que me sofoquen con mensajes y chateadas pero si me ignoran durante mucho tiempo me da la sensación de que ya no es divertido. Voy a una fiesta y bailo con alguno o me quedo con mi grupo y me aprovecho de los amigos de mis amigos. Estas cuestiones son tan complicadas que me dan calor como el que te da cuando recién te pones el autobronceante. Así de incomoda me siento respecto a las relaciones amorosas…quiero estar quemada pero no poder moverme y vestirme porque no se me absorbió la crema es el gran conflicto que asecha a las mentes de estos días…

martes, 18 de octubre de 2011

Imanes de la heladera

Miedo. No el que te presentan en las películas. No es el que te da sensación de dolor de panza y ganas de gritar mientras los pochoclos vuelan de acá para allá por los saltos que pegas en la sala de cine. Es una palabra que encierra muchas cosas. La cuestión no está en ponerse a filosofar en profundidad sobre este concepto, pero acá tengo un par de conclusiones respecto a este tema. Talvez incluido dentro del proceso que venia viviendo, darme cuenta que en otros idiomas la palabra no tiene tanto peso alivio la situación. Hasta empezó a sonar simpática. Paura se le dice en italiano. Así, ni más ni menos que eso. Creo que puede incluso parecer un nombre exótico. Ni hablemos de francés, la peur.. ya desde el vamos que cambia de género, no tiene la misma intensidad. Entonces, yo me pregunto… ¿Por qué me daba tanto terror recibir un llamado? Así como pasó con la tesis, ahora había otra cuestión que me atontaba el cerebro. Esa sensación de no tener el control sobre las cosas. Esos sentimientos que no podes atrapar por más que estires las manos y le des abrazo de oso. Te supera. Tenés la misma conversación una y otra vez con tus viejos. Creo que llegue a sentirme incapacitada neuronal. Para pelear se necesitan 2, y si uno es una pared, todo lo que el otro diga y haga le va a rebotar. Por ende, ¿Qué necesidad tengo de estar pensando excusas para un conflicto que ni siquiera invente yo, del que no tengo por qué participar, que tiene relación con los propios miedos y problemas del otro? Nada, pero siempre ahí poniéndome en el lugar del otro. Porque la vida sería mas fácil si yo no me pusiese en los zapatos de las otras personas. Tengo esa maldita costumbre y mala conducta. No porque dañe al otro es que es mala, sino porque es nociva para mi misma. “vos anda tranquilo, yo me pongo tus zapatos, te los mantengo calentitos y cuando vos vuelvas a tener ganas o no tengas mas miedo volves a ponértelos”. Mientras tanto yo lidio con mi vida y la del resto. No es una cuestión de egoísmo, pero así como el que tira del otro lado de la soga tiene sus mambos miedosos, yo creo que tengo un poco de miedo a decir “a mi no me vengas a joder”.

De todas formas es una cuestión de decisión. Todo lo externo puede ayudarte pero no te va a durar mucho tiempo. Las palabras de papá, las conversaciones con amigos, las conversaciones con gente que no es amiga, todo para buscar justificaciones. ¿de qué? De que existe un motivo valido para estar tan cagado hasta las patas. “vos tenés razón y siempre hiciste las cosas bien” me repitieron varias veces, pero yo me inmovilizaba cada vez que el teléfono de mi casa sonaba. Hay que ponerse en un escalón superior y neutralizar la situación conflictiva. No siempre se puede si uno se siente metido en el torbellino. Claramente un torbellino en el que te metieron a la fuerza, te agarraron de un brazo o de los pelos y te incluyeron en el transcurso de algo con lo que no tenias nada que ver. Y siempre con una sonrisa, tratando de desdramatizar las cosas. Y el miedo estaba en no saber hacia donde iba a salir volando después de girar y girar en ese tornado en el que me incluyeron sin preguntarme. Bah! En los tantos tornados, maremotos, huracanes en los que la gente te mete porque no quiere estar solo en vez de preguntarte como hace para dar un pasito al costado. Y en el peor de los casos, cuando te lo preguntan, no te escuchan…porque tener casas y vacas volando alrededor tuyo mientras te atraviesa un huracán es bastante complicado. Lo máximo que podes hacer es agarrar un megáfono para no esforzar tu voz gritando y decirle “cuidado, agachate porque ahí viene volando el súper chino en el que compraste las birras el otro día”.

Si es tan sencillo decidir dejar de tener miedo ¿por qué yo seguía torturándome con el temita? Simplemente porque no había tomado la determinación. ¿Por qué es tan tan tan fácil hacerlo en algunas cosas que son trascendentales, y tan tan tan complicado en banalidades? Porque así lo dispongo yo. Debe ser porque presto demasiada atención en los detalles. Palabras exactas, conversaciones en momentos y lugares precisos, tonalidades de la voz, expresiones de las caras cuando me dicen las cosas. Así resulta imposible no preocuparse por boludeces y tomarse con tranquilidad los temas importantes. Entonces sonó el teléfono, ring una vez, ring otra vez, parálisis muscular y emocional. “no voy a atender, no voy a atender, no quiero, no tengo ganas de dar explicaciones, no quiero pelear, no quiero, no quiero no quiero no quiero”, seguía el ring y sin pensarlo mas me levante. Despegué el tubo del resto del aparato y dije hola. Que bueno me anime, ya está, no me va a torturar mas la situación, ya lo enfrente, ya está aca, no tengo que pensar mas explicaciones, no tengo que sentir mas la espera. “No equivocado” tanto problema y ni siquiera era…

miércoles, 12 de octubre de 2011

Azucar sin arroz

Reírse de uno mismo. Así le definí lo que hago con las palabras a un grupo de personas nuevas en mi vida. Los noté animados con la descripción de mis posteos. Creo que más que ellos escuchar de que se trataba, yo necesitaba hablar. Hablar y escribir. Hasta en otros idiomas. Probablemente la gente que me conoce puede sorprenderse de esta afirmación. “yo no hablo”. Si, todo bien, hablo hasta por los codos, pero no hablo. No digo las cosas. No se las digo a las personas que corresponden, en los momentos adecuados. Decir no solo es formular un pensamiento, articularlo lógicamente y pronunciar sonidos. Es expresar muchas cosas. Así que en mi nueva postura de la vida, trato de exponer las cuestiones como deben ser. Por eso agarro el teléfono y llamó a mi padre, aunque signifique aceptar que no tengo edad ni tiempo para resolver todas las cosas que me gustaría.

Dije con total libertad una filosofía de vida trillada, reírse de las cosas que te pasan. Desdramatizarlas. Seguramente mi compañero escritor de teorías filosóficas debe haber pensado que era una idiotez, o por ahí pensó que había alguien en el mundo como él que se pone a pensar otra manera de ver las cosas. Me fui a tomar el bondi con eso en la capocha. R E I R S E. Llovía mucho, y claramente, yo era la única que no tenia paraguas. Escabullirme debajo de un árbol empeoraba las cosas. El colectivo se estaba tomando todo el tiempo del mundo para venir.

“seguro que me subo y esta lleno, no me puedo sentar, se me caen las monedas, la gente me putea porque no me apuro, alguno va con el celu sin auriculares escuchando música (propicia para un sábado a las 5 de la mañana), debo tener el rimel corrido, debo parecer un zombie”. Así, forever and ever, giraban las frases en mi cabeza en los segundos en los que el rojito se acercaba. Para mi sorpresa, estaba vacío. Había asientos. Las monedas no se me cayeron y rodaron cortando cabezas de todos los gérmenes que hay en el piso, el maquillaje no se me había corrido (solo se me habían revoloteado un poco las pestañas), nadie escuchaba ningún tipo de música. Un ratito las cosas como yo quería.

Entonces volver a casa de repente te hace acordar que tuviste un día horrible. “otros deben estar peor”. Sorry por el egoísmo, pero la vida de otro es de otro, en mi planetita las cosas que me pasan son tan graves como un tsunami. Mejor no hablar de eso porque después sueño.

La gente es desubicada y egoísta. Pretende que le pelees sus batallas y se las ganes sin que ellos hagan esfuerzos. No importan las horas frente a una pantalla trabajando si no les cumpliste su capricho. No importa la buena voluntad y la buena predisposición por años, en instancias decisivas te salen con reproches. No son relevantes todos esos aspectos en los que cediste a tus deseos para no molestar ni hacer daño, siempre sos un aprovechador en momentos clave. No importa cuanto quieras que cambie una persona por su bien, las personas no cambian.

La terquedad es valorada en muchos ámbitos, yo no la aprecio en ninguno de los míos. Ser orgulloso no siempre demuestra valentía, sino más bien pánico y deshonestidad. Juzgar las cosas según el anteojo con el que las estés mirando no hace que estén mas cercas o mas lejos tuyo. La vida no es unilateral como muchos piensan. Las cosas se acuerdan, se pactan, se respetan, se establecen bajo criterios y parámetros, se cumplen, se practican como son. Cada uno cuida su jardín, pero si yo tengo las hojas de mis plantas en tu terreno por más que las raíces digan que son del mío, vas a pelearme la situación aunque los dos nos quedemos sin plantitas. Las personas deberían entender que el respeto se pierde solo con la falta de respeto.

Ante este panorama desolador hay opciones a seguir. En primer lugar podes sentirte mal todo el día, enojarte con el mundo y con vos mismo, llorarle a tu papá porque te frustraste con algo, aceptar las culpas, asumir culpas que no te corresponden, prenderte al pote de dulce de leche con más culpa (no te lo recomiendo, porque salir de ese estado va a estar mas complicado que con los mineros de chile).

Sin embargo a veces aparecen opciones para seguir riéndose de la vida, una cena con amigas, un amigo que te dice que te quiere, una madre que te habla pavadas y se confunde de tecla diciéndole Nessi a un jugador (ME TENTE), unas canciones que te inspiran a cantar a los gritos, unos pensamientos desorbitados respecto a temáticas bizarras de la vida, unas fotos que te pones a sacar, unas lecturas a libros que te atrapan, una recorrida por todo el camino que transitaste con tus propias palabras, un posteo de blog sin sentido y sin gracia que te alivia un poco las ganas de decir las cosas…

martes, 27 de septiembre de 2011

Rentando o alquilando

El tiempo es un concepto que viene apareciendo en mi vida bastante en este último tiempo. (Valga la redundancia). Debe ser la edad o el momento, no lo se y creo que tampoco me importa. Pero me di cuenta que hay varios factores que influyen en esta cuestión de medir, calcular, tener un parámetro de tiempo. Depende del cristal con que se mire es que estas un poco o muy ciego. Hay tiempos para distintas cosas, o cosas metidas en distintos tiempos. Una de ellas y que me desespera es la espera. Por ejemplo, tenés un turno… ¿Qué haces? ¿Llegas 10 minutos antes? No. Porque seguro llegaste muy temprano y por la ley de Murphy ese día el medico se atrasa 40 minutos. Llegas después, no porque perdes el turno que te costo tanto sacar. (Aclaremos con esto que es mucho esfuerzo levantar el tubo del teléfono, marcar los numeritos y tratar de coordinar con una secretaria que no tiene ganas de estar ahí cuando es que podes modificar tu rutina diaria para poder ir). Alguna vez el psicólogo me dijo que si llegas 3 minutos antes no estas siendo puntual, estas llegando 3 minutos antes. Eso es clave..por eso cuando tengo un horario de llegada a un lugar camino la primera parte del trayecto corriendo para que me sobre el tiempo para caminar despacio la parte restante. Ni hablemos de cuando te citas con alguien. Bue, ponele que en estos tiempos que corren te dignas a tener una cita. Ponele que todavía los hombres te invitan a tomar un café y no te encaran en una barra con un fernet. Ponele que nosotras no los andamos apurando para que nos inviten a tomar algo para después decir que va muy rápido. Ponele que yo prefiero que me inviten al cine y que sea 3D. En fin, ¿Qué haces en esos casos? Llegas antes y tenés que bancarte esos interminables minutos donde la otra persona no aparece. Miras para un lado, miras para el otro, hasta miras hacia el suelo a ver si por casualidad es tan creativo que se te aparece debajo de un zapato. Lo peor de esas situaciones es que vos estas ahí parado, esperando, en una esquina, al costado de una escalera, al lado de uno disfrazado de Barney, mientras la gente que pasa te mira. Y pensas “deben pensar que quiero robarles algo, que estoy haciendo de campana” y te pones a mirar el celu, o a atarte los cordones, o a hacer todas esas cosas que crees que te harían ver normal pero que en realidad te hacen ver mas sospechoso que nunca. Aun mas trágico resulta si esa señora que pasa caminando por adelante tuyo con un bastón y apenas puede moverse piensa “pobre, la dejaron plantada”.

También existen otros tipos de tiempos de espera, obviamente que en el teléfono es lo peor…”bancame que busco papel y lapicera para anotar”...uff listo, acá me clavo 10 minutos, me gasto todo el crédito, no va a salir tinta, se va a dar cuenta que el papel es importante y no puede rayarlo, etc, etc, deambulas por tu cabeza mientras el teléfono de la otra persona queda apoyado en la mesa solo, riéndose de vos que estas ahí respirando fuerte. Pero para ir subiendo la graduación de lo terrible del tiempo de espera podemos declarar que la mas desagradable de todos los minutos, segundos, horas, etc es cuando tenés que decirle algo a alguien que no queres decirle. “no te quiero mas”, “me voy a mudar”, “me dieron el trabajo que querías”, “me canse de que hagamos siempre lo que vos queres”, “me olvide de ponerle mayonesa al sándwich”, y así podemos seguir. Es una adrenalina y un vértigo pensar en que puede pasar en ese momento en que las palabras salgan de tu boca, y es placentero pensar como te vas a sentir en el instante después de haberlo dicho.

Otro tiempo que me tortura en estos días es el que existe entre el momento en que te vas a dormir y el segundo exacto en que el despertador suena. Obviamente el primero de los 4 despertadores que te pones para informarle a tu cerebro que ya es hora de sacar la carucha a la calle e intentar tener una vida normal como el resto de los seres humanos (aunque no lo consigas muy seguido). Justamente este espacio temporal que existe entre esos dos puntos suele llamarse sueño, noni, dormir, desmayarse en la cama, descarrilar el cuerpo contra el colchón, babear la almohada y lamentablemente para algunos…roncar, se convirtió en algo gracioso para mi conciencia. Soñé que me encontraba con un señor ex y me decía que de los 30 días del mes, me extrañaba solo 20…y para mi grata sorpresa mi respuesta fue “¿Qué hacemos con los 10 restantes?, ese tercio del mes ¿no me extrañas?...Yo no puedo vivir con fracciones”. Ahí descubrí que el tiempo no es tiempo sino que es la cantidad de numeradores y denominadores que nosotros queramos…

jueves, 1 de septiembre de 2011

Joyeux anniversaire!

La cuestión es la siguiente: Hace 1 año exactamente se publico el primer posteo. Fue la consecuencia a la causa que se llamaba “hubiese cumplido un nuevo aniversario con mi ex”. LA ANGUSTIA se había apoderado de mi cabeza durante todo el mes de agosto. Se acercaba el día y yo no podía hacer nada. Cuando llego la fecha paso de todo menos lo que yo pensé que iba a pasar. Que de eso iba a nacer un blog. Si, porque la tipa cuando se deprime escribe. Pero además cuando se pone feliz escribe. Ni hablemos de cuando se le pelan los cables (mi pelo podría decirse, como me dijo un Sr. ebrio cuando tenia 10 años). Todo esto me hizo reflexionar sobre la costumbre o necesidad que tenemos de estar celebrando, recordando, conmemorando las cosas. Buenas y malas.

Me pongo filosófica mientras como dulce de leche del pote. Porque hoy tengo que festejar, conmemorar y celebrar que hace 1 año tuve un impulso. Tuve ganas de dejar salir todo eso que no me dejaba dormir bien. Me he propuesto en la vida celebrar las cosas más banales que puedan existir. Como por ejemplo, hace 6 días exactamente me pare en la esquina de una avenida muy ruidosa y transitada. Esperando cruzar la calle, con todo el fastidio que significa vivir en una ciudad, de repente salio el sol y un vientito bien helado me hizo darme cuenta que todavía estamos en invierno. Yo me pregunto entonces…¿Por qué no puedo acordarme de eso dentro de 10 años? ¿Qué necesidad tengo de estar recordando el día que le di un beso al bepi ese? ¿Qué necesidad tenemos de conmemorar el día que se murió un ser querido o importante para una causa? Se que es una cuestión de respeto, pero a veces nos olvidamos un poco de que hay cosas cotidianas que tendemos a olvidar y podrían ser motivo de festichola igual. El día que probé el primer vaso de fernet….yo me lo acuerdo…pero ¿cuántos de los que leen esto pueden decir exactamente en que momento fue y con quien estaban?

La cosa no está en criticar. Porque estoy cansada de las críticas. Todo el mundo tiene la capacidad, voz y voto de decirle al otro lo que hace mal. No hay que dejar de acordarse de los aniversarios con los novios, no hay que dejar de recordar la fecha en que cumplís años (si llegaste a este punto, creo que te ha visitado el alemán). Menos que menos olvidarse que algún ser humano fue significativo en nuestra vida y ya no está. Pero creo que la cosa está en festejar otro tipo de cosas. No es vivir del pasado, ni quedarse atado a lo que fue. Es darte cuenta que estas disfrutando de las cosas cuando son buenas, y que las malas fueron consecuencia de decisiones equivocadas pero que ahora no repetirías.

Por esto mi propuesta de acá en adelante es que empecemos a inmortalizar en nuestro cerebro cosas cotidianas sin tanta pompa como un san Valentín o un año nuevo. Porque al fin y al cabo, son nada mas que FECHAS. Impuestas, decididas, arbitrarias, estipuladas…a las cuales todos respondemos de la misma forma, o vamos contra la corriente. Como hacemos con mi grupo de amigas que celebramos nuestro propio dia de los enamorados teniendo por lo general una noche patetica, donde siempre pasan sucesos inesperados, donde ves a todas las parejitas apretando en el cheboli y vos estas cual loca desaforada y chivada bailando en el medio de la pista sin importarte nada. Total, el pibe que te gusta, si esta soltero no sale ese día para no comerse el garrón de la cursilería. Y si tiene novia, debe estar soportándola a ella diciéndole “te amo” cada dos minutos. Por eso nos propusimos conmemorar año tras año, el día de san Benjamin, que nada tiene que ver con nada pero nos hace felices. Propongo también acordarse del día en que te pusiste ese vestido “de la mala suerte” o como lo pienso yo “el vestido que no le encanta a las consecuencias de mis actos” que acompañó a acontecimientos inexplicables, inesperados e increíbles. Lo que no pensaste que iba a pasar esa noche ni nunca, sucede. Eso es motivo de conmemoración. Igual que el día que probas una marca nueva de chocolate.....o cuando descubrís que tu favorito bajo de precio. El esa hamburgueseada donde probaste el queso cheddar verdadero (no el de cadena de comidas rápidas). La noche que aprendiste a bailar con los tacos de 10 cm sin caerte (ni al piso, ni sobre la gente, ni sobre vos misma, ni mientras haces pis, ni cuando intentas bajar un escalón, ni cuando te llevas puestas las camperas en el centro de una ronda de gente bailando). Por este motivo es que hoy me broto mientras me bajo el pote de dulce de leche a cucharadas…

miércoles, 10 de agosto de 2011

La libertad del agobio

Bueno, la cuestión es la siguiente: después de pensar durante un tiempo en el tema duelo decido escribir. Hace una semana o dos capaz (ya no tengo noción de tiempo y espacio, estar en 1500 o en el 2356 me da lo mismo) me reí mucho con un hashtag de una de las redes sociales. La consigna invitaba a poner las cosas que te hacen notar que un duelo termina, cuando estas listo para salir al mundo otra vez. Cuando te das cuenta que eso que te daba angustia, dolor de panza, ganas de morirte, estar en la cama tapado hasta la nariz, llantos inexplicables, mirar programas de tele a horarios turbios, irte de las fiestas temprano SOLA a dormir SOLA a tu casa SOLA. No se si dejé clara la situación. Entonces qué mejor que recapitular algunos de mis duelos o “procesos” como me decía el Sr. de la cabeza. Primero vale aclarar la diferencia entre nenes y nenas. Nosotras, obviamente dramáticas como somos, hacemos duelo tanto porque terminamos una relación como porque se nos rompió una taza que teníamos ahí guardada en la alacena que nos regalo alguna tía que no vemos hace 25 años aunque tengamos 20 de edad. Es esa sensación de no tener mas la cosa, nuestro problema radica en…LA DISPONIBILIDAD. Porque siempre que estuvo ahí ni lo vimos. No sabíamos si lo queríamos, ni siquiera sabíamos si era lo que queríamos. Más o menos como hacer el duelo de una relación con un pibe con el que deberías haber cortado 6 meses antes de la ruptura oficial porque te despertabas todos los días pensando en que no eras feliz y querías otra cosa para tu vida. Los varoncitos…¿Qué hacen? SALEN DE FIESTA. Bueno, en realidad suelen juntarse con sus amigotes a jugar algunos partiditos del PES y tomarse unos fernets mientras esquivan todo lo que les produce extrañar a la minita. Su ventaja reside en que saben distraerse rápidamente, la nuestra está en la capacidad de procesar todas esas sensaciones de “dolor de panza” y dar el paso hacia adelante cuando realmente estamos preparadas. Sino, fíjense en la sección del programa que escucho todos los días a la mañana…los que llaman para recuperar a sus ex son todos nenes que se dieron cuenta 4 meses después de que los abandonaron que la joda no sirve para tapar pozos. El chocolate y el psicólogo si.

Volviendo a lo personal, soy bastante patética cuando paso por un “proceso” de perdida. Soy de las que se duerme mirando Grey’s anatomy a las 3 de la mañana después de llorar exageradamente por la muerte de un personaje totalmente irrelevante. De las que en medio de su cumpleaños tiene cataratas en los ojos mientras un amigo le grita en la cara desaforadamente “no lloreeeeeees” (con tono violento). De las que no mira la película del año porque le gustaba al pibe. De las que evita tanto escuchar cierta música que el cantante principal se enferma y ahora se siento culpable. De las que invita a un chico a su casa y lo hace dormir en el sillón. De las que se toma unas cervezas con los amigos un miércoles a las 5 de la tarde y termina borracha para la cena. De las que se manda cagadas con gente que tiene que verle la cara bastante seguido y bueno..ACA NO PASO NADA. De las que se vuelve adicta a las redes sociales. De las que empieza a comer dulce de leche del pote sin problemas. Orgullosamente soy de las que se va a la peluquería a hacer terapia (no es cosa de hablar con el peluquero, es irse a sacarse el look de seducida y abandonada) aunque a veces te cortan tan mal el flequillo que pensas “gracias por hacerme ver mas destruida de lo que mi interior podría reflejar”. También soy de las que repite NO HABLO DE ESE TEMA pero después se pasa pensando conversaciones sobre esa cuestión desde que se levanta hasta que se acuesta. Ni hablemos de que soy de esas que cantan Si te vas de Shakira a los gritos y baila ridículamente con Mr. Brightside de The killers (así como Cameron Diaz en la película que amo mirar 50 veces por año).

Pero al mismo tiempo, no se si por genética o por necesidad de supervivencia, los duelos dan lugar a situaciones mágicas. Mi primo, la genialidad de artista en persona, escribe las mejores canciones, yo escribo un blog. Uno vuelve a las pasiones. Porque las sentís con más ganas. Volves a tener planes por vos mismo. Arrancaste la maquina y no la paras, los que te siguen son bienvenidos y los que no, nos encontraremos en otro momento de la vida…y cuando termina el duelo, te das cuenta que estas cantando las canciones que antes te daban ganas de vomitar por la angustia mientras te reís de las situaciones que te hicieron mal y las cosas ridículas que hiciste…

lunes, 25 de julio de 2011

Enrulando el pelo lacio

Yo venia muy tranquila. Muy zen. Todo era paz. Mis respuestas hacia situaciones problemáticas hasta me sorprendían en el fondo de mi inconsciencia. Orgullosa de haber trabajado todo un cuatrimestre durante 8 horas por día en un proyecto que termino anillado y entregado en una cajita. Leyendo libros por placer. Haciendo cosas porque me gustan. Estando con gente que me cae bien. Esquivando todas las balas de los problemas ajenos. Sintiéndome plena porque resolví algunos de los míos. Divirtiéndome solo porque si. Encarando situaciones sin pensar en lo que piensen. Hasta que…todo tiene un final, todo termina…como dice la canción que tuve que tocar a los 13 años y me equivoque tanto que me dio vergüenza volver a tocar el piano.

Un hijo de puta que viene y me pone torneos de 40 equipos. A ver macho, como hago para prestarle atención a todos los jugadores en el concurso de mierda que me gasta todo el crédito pidiendo pins. Si ya hacia mal los cambios y tomaba malas decisiones, ahora se va todo al joraca. Sumémosle la intolerancia por parte de la gente. O sea, no todo el mundo piensa como vos, no todos son como vos, no todos tienen tu personalidad, no todo el mundo tiene fuerza de voluntad. No sos nadie para criticar la vida de otro. Ojo que no me estaban juzgando a mi, sino imaginen este posteo con cuchillazos que vuelan desde la pantalla hasta los estómagos de los lectores. Un puto día que decido ir a sacar fotos con mi primo…LLUEVE CON CENIZA. Sabes que naturaleza, metete tu energía y tu materia en el centro de tu magma y andate despacito al búfalo de tu abuela. Ni hablemos del frío. De la cara de frío que me da pensar en las novias y novios de mis mejores amigos. Ese es otro tema, que no da para explayarse.

YO decido estar en automático. Oír pero no escuchar. Responder monosílabos. No involucrarme. No aconsejar. No brindar ayuda si no me la piden. No esperar lo que no me van a dar. Así como decidí por primera vez en la vida hacer solo lo que quiero, voy a decidir no hacer lo que no quiero.

Porque a la gente le da miedo decir si o no. Pensar en lo que pasa si yo voy por el camino de la izquierda con lo que pasa en la derecha. El PANICO que da sentir que vas a tomar una decisión equivocada. Pero una vez que eso se pasa, agarras y metes 5ta a fondo. ¿Y si eso que deje atrás tiene éxito?...¿si ese es mas feliz que yo?....¿si dije que no porque pensé que era lo mejor y me perdí la oportunidad de mi vida?....para saber que algo esta bien, tiene que fluir. Como me dice mi profesor de baile. Si de afuera parece que va bien la coreo pero los pies se te están enredando es porque estas decidiendo mal, estas yendo para el lado que no es, estas cruzando lo pasos. Así es la cuestión. Tiene que fluir. ¿Cómo hago para mantenerlo?...porque peor que una mala decisión, es tratar de revertirlo. Porque es peor retractarse que elegir para el culi. Pero el mundo esta acostumbrado a eso. Te puteo pero después te pido que me perdones. Te digo que no te amo mas pero después te mando mensajes, mails, y quiero verte. Te doy libertad pero te persigo con la cadena. Te digo hace lo que quieras y aparezco en cada rincón de tu vida. Dijiste que si, BAN CA TE LA. Te dijeron que no, BAN CA TE LA. Porque se tienen mas ovarios o cojones cuando decís que no y seguís mirando a la cara, que decir no y darse vuelta para girar la cabeza a los 2 segundos. A veces no entiendo como es que resulta tan fácil elegir un color para las uñas pero se complica redactar un mensajito de “no me rompas mas las pelotitas”.

Pensar que alguna vez no dude en cortarme el flequillo, en elegir unos zapatos, en subirme a un escenario, en hacer un curso, en subirme a un caballo, en hacer esa actividad física que no hacia nadie, en darle un beso al pibe mas lindo del lugar, en pisar una aguaviva grande como un plato, en matar una araña, en probar el atún, en decir que si, a decir que no, en decir te amo, en decir te detesto con fundamentos, en ponerme aparatos, en caminar sola a las 5 de la mañana por una zona complicada, en irme a vivir a una ciudad que había visitado solo 3 veces, en pintarme la boca de rojo, en mirar al pibe que nadie mira, en decir “ojala que seas feliz, aunque no sea conmigo”…

miércoles, 15 de junio de 2011

Fijate con quien te metes

Del dicho al hecho hay un largo trecho. Frase que le vi escrita en la red social a mi amiga la futura psicóloga. Son palabras que siempre tuve presentes. Bien, el tema es que yo soy una persona que me podes estar diciendo que me amas pero si no me lo demostras con actos no me doy cuenta. Si, gente soy así, lamentablemente crecí siendo de esta forma. Ahora estoy tratando de revertirlo, porque sino es ponerle demasiada presión y expectativas a los individuos que me rodean. Entonces me puse a analizar ¿Qué hacemos con los actos de las personas que queremos? Tenemos varias formas de actuar. Llevándolo a los vínculos amorosos puedo determinar que existen las opciones siguientes: en primer lugar, tenemos a ese ser que adoramos, que amamos, que deseamos, y ¿Qué hacemos? LO AHOGAMOS. Porque te quiero te persigo, te mando 25 mensajes por día preguntándote como estas, te llamo cuando estas jugando a la play con tus amigos y te exijo que me expliques como es que hiciste el gol de chilena. Cuando estamos en un lugar con gente, te abrazo, me siento a upa, te insisto para que dejes de jugar el partido de poker y te vayas conmigo. A ver…que alguien me explique de qué sirve accionar de esta manera. ¿Sabes cual es el paso siguiente? NECESITO UN TIEMPO ALEJADO DE VOS. Por otro lado, tenemos esa forma de actuar indiferente. No te llamo, no te digo nada, te digo que te amo pero después te dejo plantado, mis amigos no te conocen o no les digo que me quedo con vos, no conoces a mi familia porque no me interesa llevarte a ningún lado. Quiero decir que este tipo de prácticas me hacen pensar…¿Para qué te quiero conmigo si sos igual que el jabón? Cuando se termina puteas porque sentís que remarla con el shampoo no fue suficiente, pero cuando te tengo uso jabón líquido.

Porque te quiero te aporreo. Claro ejemplo de las que somos así. No es histeria, no es boludeo. Es pura y exclusivamente INCOHERENCIA. De la boca para afuera te bardeo, pero con mis actos te trato de decir que te amo. Ni hablar cuando es el caso contrario, ahí nos metemos en un perfil enfermo, donde te digo que te amo pero después te hago las forradas más grandes de la historia. Pero hay una situación que va mas allá de todas las maneras de actuar que tienen los seres, y es, la interpretación que le damos a las cosas. El otro día en una conversación, un hombre dijo “no se por qué ustedes piensan que nosotros vamos a pensar todo eso, que vamos a conectar tantos detalles para darle un significado que no tiene, para nosotros nos dijiste que si o que no y punto.” Por supuesto que las minas, le damos más vueltas que una calesita a las palabras. A ver flaca, no es “el día de lo contrario”. Si el pibe no te quiere ver, no te manda un mensaje y listo. No se esta haciendo el difícil, no esta tratando que vos pienses que en realidad te tiene ganas pero no te lo demuestra por ser orgulloso. ES SIMPLE, no te escribe porque no apareces en su cabeza. Y ¿Qué pasa? Ahí vamos nosotras a tratar de descifrar un “che…linda quiero verte” como si fuese un jeroglífico. Para entender que conexiones cerebrales hacemos nosotras es necesario saber que nos preguntamos desde si ese “linda” era para nosotras o se equivoco, hasta como nos tiene agendada en el cel. Una afirmación, eso es, no tiene un significado oculto, no es un acertijo. “quiero verte” o “nos vamos juntos” es eso, no es “no se si quiero verte porque no quiero que pienses que estoy enamorado de vos, pero se que en el fondo vos tenés sentimientos hacia mi, así que te lo tiro con onda para que entiendas que esta noche quiero verte pero que no significa que soy tu novio, y además me gustaría volver a verte en otro momento pero no tengo ganas de definir lo nuestro ahora porque tengo sueño, son las 7 de la mañana pero igual tengo la energía que es suficiente para que la pases bien”.

Actuamos como pensamos o pensamos como actuamos. Cualquiera sea el caso, yo tengo un conflicto. A veces no tengo filtros y como pienso hago, pero otras veces le pongo más barreras al impulso que sale de mi cabeza que una pista olimpica de obstáculos. Quiero decir y no decir las cosas. Entonces ¿Qué hago? Te doy un beso y te pego un cachetazo, te digo que si pero después te niego a muerte, escribo un blog pero no me animo a decir las cosas personalmente…

lunes, 13 de junio de 2011

La sonrisa de la cara seria

Bueno, empecé a cambiar la forma de ver las cosas. La cuestión es la siguiente. Después de tanto proclamarlo de la boca para afuera, decidí que era hora de hacerlo con las celulitas y neuronas que componen mi cerebro. Tanto lo uso para la tesis, el estudio, la buena redacción, pero no para las cosas que realmente me importan. Que se reducen a…sentirme bien. En fin, la primera determinación que tomé fue cambiar los “tengo que” por los “quiero”. En muchos posteos hice mención de este tema. Pero no sirve de nada si lo escribo, lo digo, lo cuento, lo analizo pero no lo aplico. Entonces, decidí que quería dormir más, sin estrés, sin pensar que me tenía que levantar desesperada. Porque vamos a decir la verdad, vivimos despertándonos sabiendo que tenemos que hacer algo. No es justo para nadie abrir los ojos e instantáneamente empezar a pensar en todo lo que tenemos que hacer desde ese momento hasta que volvamos a dormirnos. Ni hablemos de esos agujeros negros en el tiempo y espacio que se producen cuando dormitas entre los 5 minutos que transcurren entre cada alarma. O sea, ¿Qué necesidad tenemos de estar dos horas más en la cama acostados, inconscientes pero concientes de que en 5 minutos va a volver a sonar el despertador? Estar así un rato no es saludable. Por lo menos a mi no me resulta agradable. Pero igual lo hago. Entonces ¿Qué hice? Puse despertadores cada media hora. Así por lo menos duermo tranquila un rato más sin la exaltación de los 5 minutos. La cosa también está en las situaciones donde sabes que deberías hacer algo pero no lo queres. Donde te presionan de todos lados. O te presionas vos mismo. Como me dijo B alguna vez, no tengo que irme a dormir a la 1 porque el día siguiente tenga que levantarme temprano para ir a trabajar, para estudiar, para ir a la facultad, para esto, para lo otro….¡andate a dormir cuando tengas sueño mujer! Sabias palabras que te juro que sacan un peso de encima. Además hay que pensar que se pueden hacer cosas placenteras hasta el momento en que cierres los ojos. Tomalo como quieras, yo por lo pronto estoy leyendo. Es el tercer libro sobre un monarca que me clavo en este año. Explicación no tiene, pero así soy feliz. Porque si uno hace lo que quiere y tiene ganas no te enfermas, como se enfermaban en esa época por cosas inentendibles hoy. Lamentablemente, en este tiempo tenemos las enfermedades mentales, que nos hacen mas mal que una simple fiebre. Una de ellas o por lo menos así lo considero yo, es la indecisión. No se si dejarlo o no dejarlo, no se si trabajar o viajar, no se si estudio otra carrera o hago un curso, no se si comer esto o lo otro, no se si gastar plata en eso que quiero o en lo que necesito, no se tantas cosas que me mareo. De acuerdo con mi criterio hay que ser un poquito impulsivo pero decidido. La cosa es así, en el momento en que sentiste que había que hacerlo, anda y tirate de cabeza a la pileta, pero sabiendo lo que vas a hacer. Para ponerlo en palabras que me identifican, hace 1 semana que quiero comer panqueques con dulce de leche, probablemente lo haga en el momento justo en el que me de le antojo, pero sabiendo que eso es lo que quiero comer y no otra cosa.

Además quiero empezar a callarme la boca cuando es debido y a hablar cuando es necesario. Virtud que no tengo. Digo las cosas que no corresponden a quien no se lo merece en el momento en el que no daba, obvio la reacción es una puteada o una acción agresiva. Porque al mundo le encanta llevarle la contra a todo el mundo. Podes tener razón o no, pero la sola cuestión de ir contra lo que la persona te dice o piensa genera una adrenalina que mueve mucho. Así es que hay varios ámbitos diseñados para eso. El problema es cuando lo trasladamos a las relaciones. Amorosas o de otra índole. Porque el tema no está en decir lo que opinas, sino en tratar de que el otro piense como vos, para que cuando lo haga sumiso porque ya no quiere pelear mas, te des vuelta y le vuelvas a llevar la contra aun contradiciéndote lo que planteabas en un principio. Yo no quiero eso para mi vida. La idea de todo vínculo es que sea fácil y fluido. Que no te genere angustia, bronca o reproches. ¿Qué hacer cuando eso no se puede cumplir? Relacionarte de forma superficial. Desenchufar el cerebro cuando te hablan, contestar en automático y no involucrarte. No es por egoísmo, es por supervivencia. Es porque a veces hay que tomar la determinación de no gastar energía, ganas y vida en causas perdidas….

miércoles, 1 de junio de 2011

Celular de pantalla naranja

A ver vos, nena de 15 años que se pasea por el pasillo del colegio con el pañuelito rollinga en el cuello, que no vivís conectada a un celular porque todavía no es una cosa masiva de todos. Vos que vivís en una época donde las redes sociales no existen y seguís haciendo cartelitos con lapiceras de colores para tus amigas. Si vos, mi yo de la adolescencia, te voy a explicar un poquito que te pasa cuando superas la barrera de los veinte. No vas a saber que queres. Es así de simple. Vamos a detallar por ámbitos.

En primer lugar, no sabes si empezar otra carrera o trabajar. No sabes si queres viajar por el mundo o tomarte el Bondi por lo menos hasta provincia. No sabes decidirte. No sabes tomar decisiones. Empezas con un laburo de abajo o tratas de brillar en un puesto importante. Nadie te lo dice, no lo entendes. Escribís, pero no sabes si publicarlo. En realidad lo subís para que lo lea la gente pero pasarlo a un papel resulta complejo. Miras los años de facultad y mientras te acordas de esos recreos de 15 minutos en el patio mientras te daba el sol en invierno, te das cuenta que los extrañas. Pero al mismo tiempo, ya te dan ganas de no cursar más. Tener profesores, rendir exámenes, preparar trabajos prácticos en tu casa, simplemente te molesta. En fin, estas en el limbo, pasando de ser una estudiante prestigiosa a una desocupada mas que va a ser piche en cualquier empresa.

Ni hablemos del aspecto amoroso. Ver a las nenas de 14 años con sus polleras a cuadrille, abrazas al cuello del novio que se parece a Justin Bieber en el Bondi, no sabes si te genera ternura o te da vergüenza por haber tenido un novio así alguna vez. Te empiezan a gustar los “maduritos”. Entendes a tus amigas que miraban pibes 10 años mas grande. Ahora lo haces vos, pero ¿Qué pasa? Son boludos de 30 y pico…(acá los de 25 para arriba también se incluyen) que siguen saliendo a bailar, que parecen de 12 y que no saben ni encararte. O esa sensación te da. Le decís nenes a los de 18. Perdón ¿no? Para la ley ya son mayores de edad y te podrían tener que mantener si te hacen un pibe. Incluso, algunas veces tienen un poco mas de neuronas conectadas que los veteranos que soles mirar. En esta etapa te pasa que si tenés una relación de más de 2 años empezas a dudar. En tu cabeza aparecen pensamientos como “Che…estoy con este desde los 19….¿voy a aguantar hasta los 80?” entonces tomas dos cursos de acción. O te separas gracias al bendito tiempo…(de los 20 a los 35, un tiempo es mínimo 6 meses, sino no sirve), salís a revolear la chancleta y cualquier cosa volves. En el caso contrario, ya vas mirando revistas con minitas vestidas de blanco porque en 3 años estas con anillo en el dedo y la zapan con movimientos internos.

Pero te pasa que pretendes cosas de una situación que ni vos entendes. A ver, para ponerlo claro….no empezas ninguna relación nueva y seria con nadie por factores que cuando tengas 40 te vas a reír de lo disparatados que eran. Primero…no queres parecer una pendeja de 15, como la del pañuelito, así que mandas mensajes toda correcta, siempre preguntándole al pibe con el que te ves si quiere o puede. Hasta que un día te agarra el pedo encabronado y saltan esas cosas que no podes controlar mas. Listo, como mirándote desde arriba el genio te dice que no lo van a hablar en ese momento y vos haces berrinche retrocediendo hasta los 3 años. Y que pasa?...a esta edad, por no estar sola, te conformas con lo que hay. Pero también sucede que te gusta un dolobu marca cañón. O te gusta uno que no es para nada para vos. Sos conciente, y aun así, le das bola. Porque….¡levante la mano quien no se puso en pedo y se comió al boludo!...dudo que alguien que lea esto pueda hacerlo. Ante lo desconocido que hay ahí afuera, seguís mirando el celular a las 5 de la mañana por las dudas….porque mas vale inmaduro de 30 conocido, que copado de 23 por conocer.

También tenés la edad suficiente para tomarte un vino con tus viejos. Por dentro te sorprende que a ellos no les sorprenda. Ya no tenés que esconderte cuando llegas a tu casa a las 8 de la mañana ni escaparte para salir a bailar. Si fumabas de antes, ahora estas mas convencido que nunca. Si no lo habías hecho, empezas a hacerlo con total libertad. Pasear con tus padres por la calle, ya no resulta vergonzoso, soles extrañarlos tanto que hasta los invitas vos. La vida deja de girar alrededor de los amigos y las salidas por “el cumpleaños de la prima de la amiga de tu amiga”. Te das cuenta que tu fiesta de 15 tuvo mas gente de la que deberías haber invitado. Tus cumpleaños empiezan a ser valorados por los cafés y mates de la tarde, mas que por las desorbitaciones alcohólicas del finde. No sabes lo que queres, no sabes lo que no queres, pero sabes que algo tiene que aparecer…

martes, 17 de mayo de 2011

Patinada en el hielo

La conversación con mi madre derivo en algo muy increíble. Ahora que estoy escuchando la entrevista a uno de los mejores actores argentinos, que le están haciendo en el programa que me acompaña todas las mañanas, digo que Laisa tenía razón. Aprovecho para escribir esto en los 10 minutos que me quedan de paz mental. La cuestión ahora no ahonda solo en la tesis, que me corretea las neuronas por todo el cerebro. No, esta vez tiene que ver con algo más externo. Mejor dicho, algo que pasa en frente. Una CONSTRUCCION. En realidad, estamos en el proceso de demolición. No se, yo no entiendo tanto de este tema, pero es tan necesario en esta vida que se rompa el cemento con un taladro. O sea, rompe 10 cm nada más…imaginate que si tenés que deshacer 10 vigas de cemento tardas un par de días. Bueno así esta mi vida. A las 8 o 9 me despierto ya con dolor de cabeza y unos sueños un poco extraños porque el taladro suena sin parar. Si, SIN PARAR. Claramente el señor obrero quiere terminar rápido y yo quiero que así suceda también, pero esto de escuchar “ trrrrrrr trrrrrrrrrr trrrrrrrr” constantemente me esta empezando a dejar idiota. Son las cosas que pasan cuando existís.

Volviendo al tema anterior, en una conversación telefónica dije que menos mal que estoy sana, porque si me dejase llevar por todas mis personalidades, seria esquizofrénica. A lo que mi madre respondió: “no mujer, serias actriz”. Cosa que mucha gente me ha dicho. Lamentablemente es un arte en el cual no soy buena. Yo soy miles de personas al mismo tiempo y dependiendo de la situación pero porque me sale ser así. De todas formas tendría que hacer lo que me dice el Sr. de la cabeza, que es integrar todas juntas a mi persona, a mi yo verdadero. Cosa difícil, porque estoy muy cómoda así. Me gusta ser Pablo Andrés cuando estoy con los pibes y miro fútbol. Y ser Vicky cuando me compro zapatos de tacos y vestidos. Ni hablemos de la Barbie odalisca o de la chacha piggie que se siente princesa.

Ni hablemos de Lisa, esa que este cuatrimestre estuvo a full. Para equilibrar el descarrilamiento del cuatri pasado, donde todo me importaba poco y las cervezas eran moneda corriente. Bueno ahora llegue a la conclusión que no falte nunca, no llegue tarde, no me fui antes con media falta, NUNCA. O sea pueden entender, que en 3 meses de clase no lo hice NUNCA. Por favor que alguien me golpee. Ya vengo, le voy a decir a los obreros de en frente que me apoyen el taladro neumático en la cabeza un ratito. Quiero aclarar que nunca en mi vida pensé que iba a googlear para saber como se llamaba el instrumento que están usando para molestarme, posta, y menos saber cuanto afecta el ruido. Me quiero tomar un relajante muscular y quedar como El Sol en la clase. Que se dedicó a hacer flores en su hoja, la que le presto la ayudante del profesor, como a mí, porque somos tan genias que a cursar no llevamos ni cuaderno ni nada para escribir. ¿Se nota que queremos irnos a la mierda de la facultad?.

O sea, yo me pregunto, ¿Para qué me corto el pelo si a las 2 semanas no voy a poder usarlo suelto otra vez? Está todo revolucionado. Los rulos de león se van para un lado y para el otro. Se inflan, se achatan, se deshacen, no se ponen de acuerdo en la dirección que deben tomar. Más o menos como mis decisiones. Claro, obvio, no podía faltar a todas las personalidades, esa que no puede elegir. Entonces no se si buscar trabajo o tomarme unas vacaciones. No se si hacer por mi misma las cosas o pagar para que las hagan. No se si escribir la tesis a la mañana o a la tarde. No se si dormirme temprano de noche y levantarme temprano o quedarme a trasnocharla y desvelarme escribiendo mientras hago breaks para mirar series en Internet. Ser o no ser, siempre lo mismo. Le hablo o no le hablo. Me va a hablar o no me va a hablar. Hago la denuncia por ruidos molestos o espero un día más para ver si los de la obra terminan con todo esto. Por lo pronto. Dejo fluir las cosas. Por cierto, hace 20 minutos volvieron a taladrar y escribir este posteo me cuesta el triple.

LA FELICIDAD apareció en mi y en mi cara el día que el novio de mi amiga El Sol me dijo con toda naturalidad “estas mas flaca?”. A ver, no seamos idiotas de pensar que promuevo la anorexia ni ningún tipo de desorden alimenticio, pero después de hacer esfuerzo esta bueno ver resultados. Aunque yo no lo vea tanto, es genial que alguien venga y te sorprenda con algo así. La cosa está en que yo me dedique a relajarme. No parece lo reconozco, por mis reacciones y el estrés que generó la cuestión tesiana en mi, pero posta que deje de pensar en todas esas cosas que tenia que hacer para que las cosas pasen. Porque si uno hace lo que siente y no se vuelve loco por lo que no sale, a veces los resultados te asombran. Por lo que, yo le declaro la guerra a las determinaciones excesivas de esfuerzo y si a tomar un café con tostadas y dulce de leche común, no Light…

lunes, 9 de mayo de 2011

Saneamiento mental

Vaso medio vacío o vaso medio lleno, no es lo mismo que tener la cafetera con café preparado para cuando te levantas a la mañana con cara de zombie. Yo no se si es que me puse mayor o que tengo menos ganas de hacer las cosas, pero pensar que tengo que poner el filtro de papel, las cucharaditas del café que mas me gusta, la cantidad justa de agua, me agota. Porque encima no vaya a pasar que me paso de mambo con el agua. El café me sale color birra y ni da. Entonces ahora lo hago el día anterior y ahí queda. Porque si el mundo no hace esfuerzos, por qué los voy a hacer yo ¿no? Te matas como pelotuda haciendo las cosas bien, siendo meticulosa, y vale lo mismo que no hacerlo. Esas cosas que solo miro yo. Esos cuestionamientos que obviamente hago yo y el resto de las personas no se los hacen a si mismos. Esa facilidad de decirle al otro “lo que vos haces esta mal” sin mirar para adentro primero. En fin, cosas que le pasan a la gente común. Como darse cuenta que haces analogías referidas a cuchillos clavados en personas. No basta soñar que asesinas a 2 bepis siempre de la misma forma, ahora haces paralelismos. FLACA SOS UNA PSICOPATA. Démosle la bienvenida a mi nueva personalidad de desorden mental. Todavía no tiene nombre, pero ahí está. Puede ser consecuencia de la serie que me obsesiona, esa que el tipo es un matador compulsivo. No porque se encare y se gane a todas las minas, como algunos amigos creen que es posible, sino porque el tipo va por la vida haciendo una extraña justicia. La cuestión, es que a mi me gusta la serie, para esos momentos donde tengo ganas de desconectarme del planeta. Volviendo a la comparación, uno debe dejar ir las cosas, pero cuesta. ¿Por qué? Porque da miedo. La cosa es así. Hipotéticamente hablando, si te clavan un cuchillo, y no te matan, podes hacer dos cosas. Por un lado podes dejarlo ahí, cicatrizando, con el metal incrustado. Sabiendo que tenés una molestia, sabiendo que te cuesta caminar, sentarte, divertirte, vivir. Ni hablar de que le das la oportunidad a que el que te lo clavo venga y le de una vueltita para entretenerse. O a cualquier otro, que tenga curiosidad por venir a romperte las boliñas. Y lo peor es cuando queres quedarte con el cuchillo ahí clavado. Porque te da miedo desangrarte. Entonces preferís vivir incomoda toda tu vida, sabiendo que podrías haber hecho algo para curarte, pero no lo hiciste. De todas formas, hay otra versión de la historia. Como en los cuentos de las princesas de Disney, donde el mejor amigo se queda con el cuore roto porque la minita que el miraba únicamente y le aguantaba los días del mes, se va con el pibe galancete que no tiene dos dedos de frente. Pero volviendo a la otra visión de la acuchillada, te podes sacar el cuchillo, dejarlo que sangre un rato, apretarte la herida, subirte a un taxi sola, irte a un hospital, bancarte que te curen, que te cierren el corte, que te tengas que drogar un poco para el dolor, pero estar contenta que nunca mas lo vas a tener clavado ahí.

Esas cosas normales que se me ocurren, como comprarme un bowl más grande que tu cabeza y una tabla de planchar. Porque me encanta, como a mi madre, pasarle la plancha caliente a la ropa. Ya le dije a mis amigos que me traigan lo que quieran, que me van a hacer feliz, excepto los calzones. Primero porque no se planchan y segundo porque eso deberían hacerlo sus novias. En el caso que no lo tengan, para eso existen los lavaderos. Algún día me gustaría mandar a que me limpien los problemas, el cerebro y las sensaciones, y me las devuelvan en orden con perfume y calentitas…

martes, 3 de mayo de 2011

Nadie entendio nada

No garpa comer tan tarde. En realidad no garpa tener que cocinarme tan tarde por salir de baile. Pero bueno, el que quiere celeste que le cueste ¿no? No se. Creo que es hora de replantearme las cuestiones por las que me quejo. Resulta que me paso la vida despotricando contra un programa de TV. Uno que genera todo el puterio del cual se nutren los chimentos. Que no hay contenido. Que no brindan nada importante a la sociedad. Que todo el tiempo es pelea y gente bizarra con síndrome de centro de mesa. ¿Y? ahora resulta que tengo contacto con la gente que realmente se rompe el lomo y me doy cuenta que distintas son las cosas dependiendo de donde se miren. En fin, tengo que aprender de que quejarme, o por lo menos, antes conocer para saber opinar.

No me salía escribir para el blog. Es entendible, si se tiene en cuenta que me pase este ultimo mes y medio escribiendo sin parar desde las 9 de la mañana hasta las 3 o 4 de la tarde promedio. Todos los días, las teclitas sonando, sin parar. Si me hubiese grabado podría haber hecho una canción instrumental con este ruido. Imagínense que encima no me corte las uñas, porque me las deje largas para ir a hacerme las manos. Ahora resulta que no se si quiero hacérmelas, porque no quiero gastar plata. La economía hogareña esta complicada, cada vez menos cosas me compro y cada vez gasto más. La cuestión es que ahora tengo uñas re contra fuertes por tanto calcio o fortalecedor que me mande, re largas, re ruidosas de todo lo que toco, lastiman a todo el mundo y mas a mi misma…¿con qué fin?. Ninguno. O por lo menos todavía no descifre cual será el uso de estas uñas. Capaz rascarle la espalda a alguien. Hacer mimos en el pelo. Algún día lo sabré. La cosa esta en que me la pase escribiendo sin parar por la tesis. Que tuvimos ahí una escala de entrega. No dormí nada, bueno en realidad la que no había dormido era florero. Por lo que, su capacidad de comprensión de los diálogos el día de la materia era para filmación. Una y otra vez preguntando lo mismo, ni hablemos de un ojo que se desviaba. Claramente no dejamos la facultad todavía, porque estas cosas se hacían cuando teníamos parciales. Estamos mayores para estas situaciones. No tan mayores como los bepis que me gustan a mi. Lamentablemente miro viejos. Obvio que tengo un techo. La edad de mi papá menos 7 aprox. Hasta ahí le doy. Vamos a poner esto en ejemplos porque sino mis amigos van a querer presentarme a sus abuelos. Un jovie al cual le entro sin culpa y como si fuese dulce de leche (¡un aplauso para la vulgaridad presente en esta oración!) es a Iván Noble. Si gente, yo le doy aunque tenga 43. Si, tiene esa edad, aunque no lo crean. Está genial. Y ¿Qué es lo mejor de todo esto? ¡QUE TIENE BARBA! Porque ahí esta otra de mis fijaciones. Mayores y con barba. Si pueden usar el pelo con rodete mejor, si a lo Manguera de Juanita. No obstante (palabra aprendida durante el termino de escritura tesiano para no poner un simple “pero”), quiero decir que también me van así medio rapaditos. Listo lo dije. Ahora el hombre de mi vida va a tocarme el portero y cuando yo baje me va a traer un kilo de helado de dulce de leche y mousse de chocolate… Bueno, emm, el timbre no esta sonando. Será cuestión de no pensarlo. Porque como siempre me dicen algunas personas que conozco, las cosas llegan cuando uno no las busca. Entonces, si uno no las está buscando, ¿cómo se da cuenta que son? “te van a caer del cielo, vas a ver”…a mi lo que me caen de cielo son los pelotudos. Que no saben si hablarme o no, que me maltratan y me aman, que no están en este momento cocinándome. Probablemente mientras yo despotrico contra mi momento de chef queriendo que esté acá abriendo y cerrando el cajón de los cubiertos, el amor de mi vida está volviendo a su casa y deseando que esté alguien cocinándole a él. Esas paradojas de la vida. Me fui al joraca con la poética en este párrafo. Bueno ahora paso a pedirles perdón por nacer, como solemos decirnos con El Tipo cuando nos tiramos bombas explosivas llenas de fideos con albóndigas.

Tengo que dejar de enojarme por esas cosas que no controlo. Porque por más que uno haga el esfuerzo, ahí están para descarrilarse. Te vas de viaje a la concha de la lora para distraerte y aún así, te pueden pasar cosas que te desequilibran. Yo quiero decir una cosa, pongo excusas para las cosas que me enojan en realidad. O sea, si estoy frustrada por algo voy y digo que en realidad me afecto una idiotez de algún ex. Ni hablemos de poner excusas para las cosas que realmente quiero hacer. Para esas que si nadie me estuviese mirando las haría como bajar al kiosco a las 2 de la mañana en pantuflas, para comprarme ese chocolate al que le tengo antojo mientras miro una serie que se convirtió en mi obsesion..

miércoles, 13 de abril de 2011

cinco centavos de cambio.

No sos la mujer maravilla. Ser bueno en algo implica saber incorporar las fallas que tiene uno y así integrar todo para desarrollarse en los otros aspectos. Sabias palabras que salieron de una extendida sesión de terapia. Hay que incluir también el disfrutar las cosas. Sino ¿Qué pasa?...te late el ojo. Como a mí en este momento. Es por cansancio. De la capocha, de la vista, de pensar y leer tanto para la tesis. Ni hablemos de tener el cuerpo triste como dice mi amiga Bou para definir ese cansancio que te deja desmayado a las 12 de la noche. Esto es mentira porque nunca logro dormirme a esa hora. Por mas que lo intente. La novela termina muy tarde. No importa. Pero todo el ritual que implica irme a dormir hace que pierda fácil 40 minutos. Me lavo los dientes, mientras miro tele por supuesto. Porque eso de estar como idiota mirándome al espejo mientras la espuma se forma entre los dientes no es tan atractivo. Después la limpieza de cutis. Si soy como el resto de las minitas, me hago tratamiento de la piel. Además me gustaría hacerme las uñas todas las semanas pero no me rinde en la economía hogareña. Sigamos con la rutina. Me pongo el pijama. Voy a buscar la frazada. Porque quiero el invierno pero no asumo que tengo que ponerla entre las sabanas y el acolchado. Tampoco es que hace tanto frío en estas noches. Probablemente la mayoría de mis amigos varones duerme en cuero y calzones. Pero yo no. Creo que psicológicamente me obligo a tener frío. O es que necesito sentir las sabanas pesadas arriba de mi cuerpo. Nadie lo sabe, serán cuestiones de la infancia que uno no sabe de donde salieron. Otras cosas de minita que me encantaría hacer. Ir a la peluquería una vez al mes. Pero para que esto pase el pelo tiene que crecerme rápido. Cosa que no sucede. Hace 2 años que no me corto el largo y el hijo de puta sigue ahí. En el hueco de la espalda. Me gustaría maquillarme mas seguido y no solo para meterle bailongo con florero un finde. No como una puerta, pero por lo menos darle un toque de vida a la cara de zombie que tengo a la mañana. El tema es que pintarrajearse la geta implica gastar en maquillajes. Y salen caros. Como le dije a B. Lo gasto, pero no puedo hacerlo todos los meses. Este mes creo que no llego a fin de mes. Los días parecen más largos. No porque realmente transcurran lentamente, sino porque no llega mas el momento de renovación monetaria. Menos mal que en el medio tengo un stand by de la vida y del cerebro. Para comer waffles y visitar un monumento. Para que todo me parezca nuevo otra vez.

Me enganche con una serie. Porque la que me provocaba obsesión tiene unos retrasos de babosa impresionantes. Es de asesinatos. Espero no soñar con tanta sangre. De todas formas siempre me gustaron. Cuando era pendeja, bueno…..pelotuda como me dice El tipo (porque ahora si soy pendeja), cenaba viendo como resolvían los casos a lo yankilandia. La pasaba bien. Hoy vuelvo a hacer lo mismo que a los 15. En ese sillón. Donde empecé alguna vez a ver la mejor serie de toda la historia. LOST. Tengo abstinencia todavía. A veces estoy haciendo zapping y paso por el canal donde lo veía (hasta que traicione mis ideales de no mirar en Internet, me dedicaba a seguir las tramas por tele), y bueno…veo alguna escena que me da sensación de vacío. De que ya se que pasó, que el malo no es malo y el bueno no es bueno. Deberíamos organizar entre los que quedamos afectados un grupo de ayuda, en serio, porque es como cuando te peleas con un novio. Aunque algunos es mejor que no aparezcan ni siquiera en tus sueños, porque puede aparecer tu papá y putearlos en la cara. Cosa que Salv no tendría ningún problema de hacer en la vida real.

Tengo un gran problema de comida. Estoy cenando muy tarde. No me trae consecuencias físicas, o por lo menos no tantas. Pero me molesta. Estar mirando la novela que correspondería al postre (que obviamente no me compro seguido porque si fuese por mi me clavaría ¼ de helado de mousse de chocolate y dulce de leche TODAS las noches). Seria un mal necesario. Como otras cosas. Que no esta bueno una sola vez. Como por ejemplo ir al parque de la costa. O ir a la cancha. Quedarse toda una noche despierta en una plaza. Hay otras cosas que si esta bueno que sucedan una sola vez. Como que se te salga la “a” del teclado mientras escribís la tesis. Ponerte aparatos y no hacer un bis. Fracturarse alguna parte del cuerpo. Que te rompan el cuore y no aprender nada de eso…

martes, 5 de abril de 2011

Asimismo, de igual forma..

Vamos a empezar por algo. Si bien no me gusta la bipolaridad climática que hay en estos días de abril, la cosa se va poniendo linda. A la mañana caminando por una calle que no suelo transitar, el vientito frío me pegó en la cara. LA felicidad. Como me dijo mi amiga la futura psicóloga “un día de sol y frío me hace feliz”. Si señores, esa es la cuestión. Igual que clavarse una cuchara sopera de dulce de leche del pote. Una torta de chocolate, un café a la mañana que parece estar más rico que nunca. Placeres de la vida que no me niego. Intento cuidarme la cuestión física, pero hasta ahí no mas. Sé que podría estar mejor. Lo reconozco, pero la cara de idiota que pongo cuando me como un bon o bon no tiene precio. La misma expresión que aparece cuando recibo un mensajito que esperaba. No sucede mucho porque últimamente entre florero, mi madre y El tipo, mi crédito desaparece en cuestiones que nada tienen que ver con el amor. Aunque si me dejo llevar por el episodio sucedido en la radio hace un par de semanas, florero y yo somos como novias. Uno hace la transferencia. Hacia las personas menos pensadas me parece. Que se agarre el próximo con el que haga simbiosis si llega a ser un congo, la cuestión de hacerle koala se va a convertir en aspecto prioritario. Ojala suceda con el que, como quien no quiere la cosa, aparece cual huracán Katrina en mi vida. Porque todos tenemos esos momentos, personas o situaciones que nos revolotean. “Me agarran cosquillas en la panza” le confesé a florero. Y es así. A veces uno tiene que darle descanso al cuore, con situaciones conflictivas. Pero otras hay que dárselo desde la emoción. Demasiadas cosas juntas te ponen contenta y te pueden hacer feliz, pero te generan una ansiedad que te lleva a planchar a las 2 de la mañana. A ir caminando por la calle tan concentrada en lo que estas pensando que te pasas media cuadra de tu casa (conste que iba por la vereda del frente). Menos mal que no me pasa arriba del Bondi. Hoy había una señora con su nena. Aparentemente se tomaron el cole equivocado o no preguntaron bien. Puede ser también que el colectivero este tan distraído por la vida como yo y le haya dicho a la mujer que iba a seguir derechito por esa avenida. Lo cierto es que tuve que mirar dos veces al cartel interno del Bondi para asegurar que yo tampoco me había equivocado.

A todo esto cuando me levante, asustada porque me quede dormida gracias a los “5 minutitos mas”, era temprano todavía. No tenía tiempo para desayunar pero lo iba a hacer después. Total tengo para rato con el culo pegado a la silla gracias a la tesis. Un café mientras leo sobre los tintus que me quiero tomar no viene mal. Intente levantar la persiana y mágicamente hizo..¡PUM!. se corto la correa. ¡no es justo!. Necesito la luz para terminar de despertarme y no ser un zombie. Me lave la cara tres veces para despertarme y aun así no había caso. Esto de tener la cuestión dormidora alterada repercute en todo. Tanto que me compre un esmalte de un color que dije que nunca iba a usar porque me iba a hacer parecer de la saga twiglight. Ahí no mas, la tipa se pinto las uñas de color “yo nunca”.

Si me ve no me reconoce. Es algo que pienso algunas veces. Ese alguien no es nadie en particular, sino mucha gente que pasado pisado de por medio, quedo como una anécdota mas. A ver flaca, no te hiciste una cirugía de reconstrucción facial. Esta bien que Pablo Andrés aparece a veces para cagarte la existencia o para alegrarte, pero no sos otra. Bueno, para el Sr. de la cabeza si. Yo creo que simplemente…me estoy poniendo abuela.

Colgué un móvil en mi casa. En medio del pasillo. Esta ahí, presente y molesto como yo. En el medio de la vida de la gente. Atravesada en el paso, sobretodo de la gente mas alta. Es una buena metáfora de mi persona. Es un regalo que me hicieron cuando tenía 15 y nunca tuvo lugar. Era hora que lo pudiese exponer. Tiene dibujado el símbolo que utilizaba en esa época para identificarme. Con estas cuestiones de la adolescencia y la definición del Yo, el SuperYo y todos los Yo que entran en mi cabeza, pase por todos los estilos. Algunos debo admitir que me dan vergüenza. Solo voy a decir que una vez me puse una binchita en la frente y un cinturón de elástico rayado fucsia, amarillo y violeta. Dejo a su criterio cuan muzzarella, indefinido, confundido o “pedazo de pelotuda” era mi look.

Por lo pronto hablar de comida me incita a organizar una salida a cenar con mis amigos, lo cual no hacemos mucho porque la economía hogareña no nos da para tanto y nos reservamos para pasar por la roti y ensuciar platos de alguna casa. Así como ir al cine, cosa que quiero hacer hace rato pero no me sale planificar. Creo que voy a tener que conseguir un amigo pochoclero que no tenga miedo de darme la mano mientras me asusto en la única parte de la película en la que todos se ríen…

miércoles, 30 de marzo de 2011

Lector de huellas

“Relajate flaca” me dijo el psico. Obviando el hecho de que tengo 3 o 4 kilos de más que aun no logro bajar. Así fue. Me tire media horita a dormir y termine desmayada durante 2. No me pasa de noche por supuesto. Ahí me puedo quedar despierta todas las horas que se me cante. “es por la ansiedad” le dije. Claramente tenés un problema mas grande que la ansiedad nena, porque si te pones un domingo (en realidad lunes) a planchar a las 2 de la madrugada tenés que replantearte algunas cosas. Bajar un cambio, subir, apretar el acelerador, no se. Así las cosas no están funcionando. Digamos que las mañanas me cuestan. Me encantan porque es el momento donde funca la capocha, sobretodo en momentos de tesis. Como cuando rendía finales. Ahí me mataba estudiando y el resto del día boludeaba. Pero esta complicado el asunto si no te podes levantar. Le tenés que pedir a amigos como florero o El tipo, que te manden mensajes para despertarte porque con los 4 despertadores cada 5 minutos que pones en tu celu y el otro externo que también usas, te das el tiempo para seguir durmiendo. La gente tiene que putearte para que te despiertes. O mas simple, una vieja desubicada llama a las 8.30 de la mañana 3 veces seguidas porque se equivoco y no entiende que esta marcando el mismo numero. Todo es posible en esta vida de sueño, cansancio y mareo post levantada que te dura 40 minutos mas.

La cuestión de la tesis, ha vuelto a mi vida, con fuerza y un poco de obsesion. Es que no llego con los tiempos me parece. De todas formas todo se dará, este es un capitulo en mi vida que prefiero abandonar en la parte escritura porque justamente es lo que tengo que hacer como responsabilidad y no me esta saliendo. Así que las palabras que salen para este blog mejor que no se relacionen con las otras “académicamente pertinentes” que necesito para hacer el escrito. “no parecen muchas, van a tener que achicar la cantidad de cosas que quieran poner, van a ver” nos dijo el profe, que habla bajito, es aburrido, no nos explica todas las cosas que debería y por eso lo hacemos mal. Además, se parece al actor que menos atractivo es de la novela de la noche. Cosa que me produce no disgusto como podría esperarse, sino ganas de irme a mi casa y estar mirando la tele en vez de estar escuchándolo. Momento que no sucede hasta que salgo de cursar y termino de cocinar, o sea a las 11 de la noche.

El otro día llegamos a la conclusión con El Sol que los pesados se pasan. Nunca te di el pie para nada, nunca te dije que me gustabas, nunca te mostré interés mas allá del que corresponde, nunca te trate de forma diferenciada a los demás, ni siquiera te tire una indirecta entonces…¿Qué es lo que te lleva a conectar cables neuronales adentro tuyo para asumir y entender que te estoy tirando onda?. No me gusta ser mala. Me pongo en el lugar y pienso “yo me siento una tarada cuando el pibe que me gusta no me habla o me habla poco o le hablo y va a pensar que lo acoso o me dice las idioteces mas grandes del planeta”. Pero, a no confundir cortesía con amor. No confundir educación con ganas. No confundirse de ámbitos ni de intenciones. En realidad no son los pesados el problema, como le dije a Geoge en una conversación bastante rara que tuvimos, sino los acosadores. No quiero que me hable ni tampoco puedo dejar de hablarle por modales. Me gustan los pesados que quiero que sean pesados. Me gustan los indiferentes que quiero que sean indiferentes y no me hablen. Me gustan los expresivos que deben ser expresivos cuando es el momento de serlo.

Debo admitir que ante mi soltería y soledad inminente pero feliz, he extrañado un poco la cuestión del abrazo cariñoso. En distintas situaciones. Porque hay sucesos que se merecen un abrazo de oso. Por ejemplo, una aprobación de algo académico, como el día que dos profesores me dieron el ok al tema tesiano. O cuando me puse un poco triste por cuestiones de la vida. O el día de mi cumpleaños, que me faltaron abrazos en exceso y después me los dieron todos juntos. Esas horas, no se recuperan mas, sépanlo. Un abrazo de siesta o de buen día. Un abrazo de alguien que no ves hace mucho y realmente te transmite todas sus energías amorosas apretujándote.

Así paso el día que fuimos unos cuantos rejuntados entre los que estaban Florero, Che y Lagartija. Todo gracias a mis amigas las tipas, caímos a un universo paralelo. Para visualizar la cosa, imaginen paredes de terciopelo rojo, una banda de reggaeton y otra de cumbia tocando en una especie de escenario, un caño cual cabarute y temas que no conocíamos. Como dijo mi amiga llegada de afuera en un estado de red social, nuestras caras agarrando las carteras por el miedo que teníamos, no tiene precio. Muchos pasos espaciales y demasiados mensajes para una noche terminaron de condimentar la cuestión. Pero eso no fue suficiente, porque después de un viernes radiofónico con un taxista que me contó la mejor historia mentirosa de todas tuvimos una noche de cervezas –culo en la silla con florero que podría haber tenido muchos bailes increíbles y que no paso porque tenemos esas ganas de no cruzarnos con la gente. Que cagada que nuestros amigos vayan siempre al mismo lugar. Y para rematar un finde de cosas bizarras nocturnas, una fiesta donde el ambiente político era contrario al nuestro, quedamos en medio de unas canciones de partido que no conocíamos y un piso de madera que, con la cantidad de gente saltando a la par de una canción poguera, me imagine muchas veces caerse con todos nosotros incluidos. Después de un susto amistoso, nos dimos el gusto de tener un domingo de frío con merienda y cena a puras risas y declaraciones de panqueques…

miércoles, 16 de marzo de 2011

Total a pagar

Esas cosas que te pasan cuando no tienen que pasar. Por un motivo o por otro, ese día tenés cara de ufa (sepan que existe un emoticon para esto). Entre una caminata agotadora, un dolor que te retuerce, unas ganas inmensas de quedarse desparramada en el futon y al mismo tiempo correr una maratón, varios sucesos se dan el gusto de pasar por mi día. ¿Es tan necesario que el mundo camine lento cuando yo estoy apurada? O al revés. Porque existe eso. Aparece justo el día en el que caminas con toda la fiaca del mundo y tenés un idiota atrás que te pisa los talones. Le dejas todo el espacio del mundo para que se adelante al galope como viene, pero no, el tipo sigue caminando atrás tuyo y pero esperando que vos te apures.

No podemos ni salir a buscar accesorios para el nuevo emprendimiento de florero que nos topamos con el kilombo universal. Ruido por acá, ruido por allá. Ambulancia que pasa. Policía. Colectivos. Esta bien, reconozco que estábamos en una zona muy transitada, pero de todas formas no daba que pasara eso. Faltaba un avión despegándonos al lado. Lo bueno de todo esto es que por 2 mangos conseguí lo mismo que en otro lado hubiese pagado 30. Muchas horas después te das cuenta mientras vas con medio kilo de milas en la mano que un resto se incendio o algo así y por eso era tanto lío, tenés compasión por la situación pero las sirenas rebotando adentro de tu cabeza unas horas atrás no se borran.

La chica del local nos atendió mal. Estas ahí para eso. Un tubito de mostacillas valía $1 y el otro que no tenía papelito salía 75 centavos mas. Primero, eso no tiene sentido. Como le dijo florero a la señorita con la geta sobresaliente “son exactamente lo mismo, ¿cual es la diferencia?” Segundo, no tiene por que ponernos esa cara, ni hablarle mal a la señora que estaba en el mostrador con nosotras, ni tratarla de dolobu a mi amiga porque no vio el cartel con el precio. Thanks god, ese fue el ultimo local al que entramos.

El calefón se apaga. Hoy se le dio por apagarse todas las veces que quería. Tenía el cuerpo triste como dice Bou. Debe estar cansado. Estuvo un par de meses de vacaciones y todavía le cuesta volver a la rutina. Lo entiendo, pero yo quiero irme a bañar y tener el agua caliente. Encima llego a casa y me olvide de rellenar las botellitas con agua. Hace calor y tengo que tomar líquido a temperatura ambiente.

El bar donde quería hacer una fiesta esta con todas las reservas que tiene capacidad ya hechas. Por colgada. La organización y yo no nos llevamos bien, como algunas amigas mías que no logran entenderse con la tecnología. No soy Steve Jobs yo ni mucho menos, pero por ahora la compu me responde bien y el tele esta aprendiendo que conmigo no se jode. La hora de la novela es SAGRADA. Después que boludee y se apague todo lo que quiera, pero en ese momento no.

Menos mal que esta noche me voy a dormir temprano y me desmayo en la cama, si es que no me pasa como las noches anteriores que me cuelgo leyendo y me duermo a las 3 y media. Prácticamente me desmayo frente al teclado, pero en el momento en el que estoy tapada y cómoda en mi habitación, puff el sueño desaparece. No pasa así a las 10 de la mañana cuando intento levantarme. NI EL CAFÉ ME AYUDA.

Por estos días no hay que asustarse si el delirio celotipico aparece. Si empezas a ver fantasmas donde no lo están. Un mensajito, un comentario agradable en alguna red social, una foto, un nick, una tortafrita con la cara de la mina con la que lo viste de la mano. O sea, todo, menos mal que uno tiene personas diarios íntimos a los que le dice la posta. Donde realmente decir “no quiero” vale.

Los sucesos del día de repente se convierten en un posteo bipolar, son cosas que uno no controla afortunadamente. Estas cosas son las que pasan cuando son lo que tienen que ser, o como pienso decir de ahora en mas, como yo digo que van a ser…