viernes, 17 de diciembre de 2010

La vela sin mecha

Bueno después de pintarme las uñas de color Fresia salvaje, como mi pelo, no por lo rojo sino por lo de wild, me dispongo a escribir. Me pinte la mitad de los dedos y ahora escribo cual novato con teclado. Despacio y con las teclas sonando de a una. Ni siquiera en vacaciones se pintármelas bien. Si señores, de vacas. Así también estoy. No se como ponerme la malla este verano. Antes me importaba poco. Debe ser que ahora uno entiende que esta de levante nuevamente. Con congo fijo, estable y cuasi formalizado te importa poco la panzi, los brazos caídos. Que horror. Nunca mas. Aun si tengo marido. Tengo esmalte en la pierna, todavía no se me va el nerviosismo característico de la city. Hoy abri los ojos temprano, sintiendo que tenia que hacer algo. Le dije a Salv que todavía no me desenchufaba, que si estaba haciendo nada sentía que perdía el tiempo, así que ordene, lave, colgué ropa, acomode mis remeras por categoría (de día, de casa, de noche, cuando tengo que remarla, cuando no tengo ganas de que me vean, con la que me voy a creer diosa por mas panzi, etc). Ahora tengo cansancio. Claro, le metimos 12 horas de viaje con Salv. Mi cara anoche era irrepetible. Me dormí antes de media noche. Creo que no pasaba eso desde que tenía 8 años. O por lo menos es algo que no sucedió durante este año. La tipa insoportable. Foto acá, foto allá, foto al bicho que se acaba de estrolar contra el parabrisas. Laisa pregunta si saque algo interesante y mi respuesta fue “hay campo verde, verde, verde, campo amarillo, amarillo, amarillo, ruta, ruta, vidrio, bichos, cielo,cielo,nubes,nubes,agua, agua, etc”. Que corno se puede esperar de una travesía donde hay una ciudad cada 8 millones de kilómetros, las radios no llegan, tenés 4 o 5 cds para repetir, la AM te pone nerviosa, intentas dormir y como tuviste la gran idea de vestirte de negro el sol te cocina, se te empieza a acabar la batería de la cámara y tenés que cargarla cuando comes apurada, aplastada, acalorada en una capital provincial donde hacen 35º según la boluda de la radio (en tu cabeza y en tu cuerpo hacen 450º), no hay aire. En fin. Ni hablemos de que queres tomar líquido. Te avisan. Mira que tenemos como 150 km de desierto. Vas a tener que ir a hacer pis al yuyo. “si, de ultima hago eso, pelo culo a la ruta, me dicen piropos (ya quisieras hija de puta lo tenés re caído), el viento caliente me lo tuesta cual Pinamar en enero, el papel higiénico lo metes en una bolsita porque esto de la contaminación viene heavy, corro hasta el auto y ruego que no me den ganas otra vez mientras el cinturón me sigue apretando la vejiga”. Pero no. Porque inmediatamente de la declaración positiva, se te ocurren, esos miedos que no tenias. Mira si hay algún bicho, un escorpión gigante, una araña trituradora de personas, una víbora muerde culos caídos, un yuyo que te diga que tenés celulitis. Mejor no tomo nada y me aguanto la sed hasta que vea por lo menos una casa en este desierto.

Se te paso el año. Para algunos bueno. Para otros la mierda misma. Hoy digo muchas palabras groseras. Sepan perdona. Yo tuve un poco y un poco. Miro para atrás y tengo ganas de que…no se en realidad. Creo que no cambiaria nada. Llore varias pérdidas. De todo tipo. Pero me volví a reír. Como nunca. Entre bailes desaforados y patadas ninjas. Entre un mundial y una platea viendo a Boca. Entre jugar al Grandt y que las consecuencias de no cambiar jugadores hayan estado buenas. Entre dejar la tesis y aprobar todas las materias (menos esa, que por estar en estado de pajerez la deje). El Sr. de la cabeza me pregunto. ¿Qué balance haces del año? La verdad es que la única balanza que ahora me preocupa es la que me dice que los 2 kilos que había bajado hace un mes los volví a subir. O eso creo. No se que quiero. Pero se lo que no quiero. Se decir no, y por ende se decir que si. Cuando quiero, donde quiero, y a quien quiero (tómenlo para el lado que tengan ganas). ¿Qué voy a hacer el año que viene?. NO LO SE. Y es lo que mas me gusta. Lo recomiendo.

Tuve la previa al verano. Si cual salida de sábado. Los tipos a los que llamo mis padres, que me concibieron, me criaron, me aguantaron, me garpan las cosas materiales, y bueno hacen todo lo que deben hacer las personas en su categoría, me visitaron. Es como ir preparándose para los 2 meses que vas a vivir como a los 15. Sin tantas explicaciones obviamente, pero con las restricciones que vienen al caso. Tiene sus ventajas. La comida hecha, el control financiero del mes a cargo de otros, la fregada de pisos dividida. Que puede pasar en estos meses que cambie el estado de las cosas esta indefinido. Tengo ansiedad de volver a la ciudad de la furia. Lamentablemente la extraño. Un poco. No su calor. No sus ruidos. No sus olores. No su gente. No sus construcciones. No sus plazas en medio de miles de metros de cemento. Ya volveré a lo que si extraño, mis hábitos, mientras tanto disfruto de estar sentada en la cama escribiendo esto mientras el llamador de ángeles que se menea, cual florero un sábado a la noche, suena incitándome a dormir una buena siesta…

jueves, 2 de diciembre de 2010

Me voy a poner en ocupado...


Bueno. Le acabo de decir a mi mamá que no escribo el blog porque no me inspiro. ¿Qué hago acá?. La tipa esta moviendo los dedos. Cual gym en septiembre para llegar con un poquito de menos panza. Algo imposible gila. Tenés que empezarlo en marzo de hace 5 años para parecerte a las vedettongas que andan por la tv diariamente. Tarde, noche y hasta la mañana. Por favor. Déjenos por lo menos unas horitas de poca piel al aire, cero colágeno, maquillaje y unos tacos que marean. De esos que sabes que si te paras te vas a caer. Como florero en la fiesta de egresados. No se que pasaba. Los pies se me salían, repitió sin parar. Creo que fue generalizado. Los zancos para tener unos centímetros más de altura. Seguro que nos fuimos a buscar un enano. Porque es así. El día que te clavaste los 10 cm, que te crees Vale Mazza, te encara el pibe que mide lo mismo que vos. Una vez me paso. No quería darle un beso. Le dije a mi amiga “que no me busque, hoy tengo tacos”. Nadie lo entendió. Pero en el instante en el que nos vieron hablando y yo tuve que agacharme para decirle algo al oído, la situación paso de romántica a circense. Yo te avise y vos no me escuchaste, dice una canción que siempre me sale cuando digo las tres primeras palabras de esa frase.
Una de mis personalidades volvió a salir a la superficie. No, no, no hay que asustarse. No es la asesina. Por ahora. Sigue ahí latente, hasta que te cruce, si a vos te hablo pichón. Te pego una patada Ninja que te vuelo el peluquín aunque no lo tengas postizo. Banquenme que me voy al balcón a reír porque me imagine la situación. Volví. Volvamos a lo de la gente que convive adentro mío. No entiendo si mi cerebro esta dividido en mil partes, si tiene una puertita hacia otro universo o si alberga mas gente que el hotel de inmigrantes a principio de siglo. En fin. Volvió. Lisa Simpson. Si señores. Acá esta. Invernó y la tenemos de vuelta. Dos días enteros leyendo. Sobre fotografía. Sobre la historia de los chabones que tuvieron una cámara en la mano y cambiaron el rumbo de una disciplina artística para siempre. Me aprendí los nombres que no se podrían decir estando ebrio. Alemanes, húngaros, polacos, franceses. Ahora soy polilingue. No se si se dice así. No importa. Más o menos como mi papá que sabe hablar el idioma París. “viluzysubi” o “Peugeot”. Bueno ¿saben que? ahora yo se decir “disderí” o “etienne carjat”. Mamita mía, no me gustaría tenerlos de amigos e intentar llamarlos por teléfono cuando estoy dormida. Trabalenguas total. Aunque son muy rockers. Los tipos seguro andaban por el inframundo de lo cultural, o no, y simplemente eran señores que agarraban una maquina veian al mundo de forma distinta.
Ahora la bardera soy yo. No es ella, ni es él. Acá la tienen. Escribe mails diciendo verdades muy crudas que son leídas al aire en un programa de radio a nivel nacional. Lo hago desde que tengo 10 años. Antes inventaba historias y hacia reír a la locutora que me daba las noticias mas agradables. Si gente. Ella me hacia seguir esperanzada porque Nick Carter no tenia novia. El tipo era drogon pero yo lo amaba. Confesión no tan confesada. Amaba a los Backstreet boys y a todos sus derivados, hermanos, tíos, abuelos, amantes, mucamas. Pósters por todos lados. No tanto como mi fiel amigo toro. Ella me superaba. Había uno que nunca me gusto. Nunca se lo dije. Te sentabas en su cama y lo veías de frente. No me acuerdo cual de estos pibes tenia trencitas, creo que el que después se declaro gay. El que no aceptábamos pero en el fondo lo sabíamos. Era horrible por favor. Acá te lo estoy declarando. NO ME GUSTABA TU POSTER. Seguramente a vos tampoco que gustaba que mi habitación tuviese espacios vacíos. Había que comprar demasiadas revistas y realmente no me gustaba gastar plata en eso. Intente armar una carpeta. Creo que si no la tire, en año nuevo hago un fueguito y pido un deseo. No, mejor no, no creo en esas cosas. Mejor las uso para embalaje. Digo todas estas cosas y después pretendo trabajar en el mismo espacio físico que todos esos tipos y tipas que la pasaron heavy. En el fondo son todos blanditos. Hasta el más metálico escribió una canción de amor. Menos mal. Sino tendríamos que conformarnos con las de High School Musical. Agradezco no ser pre ni adolescente en esta época. Nosotros éramos más sanos. Íbamos a la radio a cantar. Chateabamos a las 9 de la noche. No nos sacábamos fotos en corpiño para subirlas a una red social. Que cagada estoy hablando como señora mayor. Algunos me entenderán. Ya no estoy tan naif como para vestirme de rosa. Ni tan oscura como a los 14 para vestirme de negro. Estoy en la etapa de calzarme la mini de jean, las chatitas que se usan, atarme un rodete y salir a patear la city para ver donde empiezo la nueva rutina….

martes, 30 de noviembre de 2010

Cinta bifaz


Me siento y lo intento. Lo juro gente. Lo intente toda la semana. Siempre puse excusas. Voy a esperar un día más porque voy a tener material. Una mentira para autoconsolar mis no ganas de escribir. No me sale. ¿De qué voy a hablar?. No se flaca, pone los dedos sobre el teclado y que se escriba solo. Bueno acá estoy. Después de mini fumarme con mucho gusto a Iván Noble en el auto de Lolo, me inspiro la voluntad. Quiero seguir escuchándolo pero también quiero mirar tele. Alguien que me explique que pasa. Decidite. Aprende a decir y hacer. Tengo el zoom del programa en chiquito. Parecen letras lejanas. Encima yo no veo mucho. Menos de noche. No reconozco caras. Aunque eso a veces esta bueno. De día me doy cuenta lo feo que sos. ¿Por qué no te mire un poquito mas mientras había estrellas?. En realidad en esta ciudad nunca hay. Por eso tengo ganas de irme de vacaciones. El placer de sentarse cómodamente, clavándose un ferni bien frío y mirar para arriba con cara de idiota. Feliz. Siempre localizo las 3 Marías. Cuando salgo a la puerta de casa. Allá. Donde hace mucho calor de día. Y de noche hay que calzarse el saquito. Donde el olor a lluvia entra por la ventana que esta a la altura de mi almohada y no es necesario salir al balcón.
Viste cuando se te hace nudo en el pecho, que baja y sube constantemente al estomago. Después te da gastritis. No paras de lanzar en todo un día. Tenés que ir a una guardia y te pinchan dos veces. Temblas en la camilla, hay algo que no podes controlar. Los hospitales y las clínicas te ponen mal desde que tenés uso de razón. Siempre me voy a acordar de esa fiesta con pintura fluor y vestido floreado. En realidad no. Mi cabeza, todo mi cuerpo, quedo igual que mi casa. Fue intenso y corto. Pero así fueron las consecuencias. Tanto que no fue necesario hablar. Y dormirse con el sol que ya entra por la ventana. Creo que necesito parar un poco. Este no es un bueno momento para escribir me parece. No se. Yo atraigo las cosas. Lo pienso y aparece. Lo revuelvo con el Sr. de la cabeza y ahí esta. Alguna vez leí algo. Que decía que hay que aprender a decir que no para poder decir que si. No era una proclama a lo negativo. Era saber poner un límite. Entender uno que no quiere hacer eso. Hacérselo saber al otro. “si no lo decís nadie se va a enterar que te pasa”. Me lo dijo como 50 veces el chabon que me banca hablando en la sesión mientras yo como idiota sigo controlando todos mis movimientos y gestos. No se me va a escapar una lágrima mas. No por eso. No por este motivo. Creo que los 30 turnos que me da la obra social no me van a alcanzar.  No voy a hacer eso, no quiero, no tengo ganas. “decilo”. Sisi todo bien, ¿quien se banca el enojo después?. A mi no me sale. Un “si” fácil no tiene sentido. No se disfruta. No se entiende. No lo vuelvo a hacer más. Es una mentira obviamente. Todos lo sabemos. Todos hacen que me creen.
“voy a esperar que pare la lluvia para salir a la calle”. Totalmente empapada a las 2 cuadras. El momento justo. Cuando la cortina de agua era interminable y el cielo mostraba el sol, mientras yo tramite de por medio iba a la casa de mi amiga con el mismo nombre que el astro. No voy a llevar paraguas. Es al pedo. Con los techitos de los edificios me alcanza. “no podías haber esperado un poquito para salir a  caminar?”. Me dijo el taxista, mientras se fumaba un pucho y me ofrecía pañuelitos para que me secara. “si queres hay mas”. Me dio vergüenza, no alcanzaban ni para secarme las pestañas. Justo ese día se me ocurrió ponerme pollera blanca. Los porteros en las entradas se dieron el lujo. Me decían cosas. Yo caminaba rápido. Menos mal que no me puse maquillaje, sino terminaba como el fernet que se me volcó el otro día en la previa sobre la mesada.
No se para que me gasto en pintarme las uñas. Menos de 24 horas después se saltan. Se rompen. Se astillan. Pareciera apropósito. Cuando están al natural, las tipas perfectas. Debe ser que no quieren estar tapadas. Ahora trato de no taparme tanto. Quiero usar polleras mas cortas. No para mostrar el culi, como la pendeja con cara de trasnochada que cursa fotografía con florero y conmigo. Simplemente para pasar por afuera de un hall vidriado y que me guste lo que veo. No al escote. Las cosas que se pueden escuchar son brutales, pero si mostrar el cuello. Para algo mas que sostener el cerebro lo tenés. Empieza la época de las ojotas. Eso me alivia. Me gustan los pies. No de todo el mundo, pero los míos si. No son bellos pero me muestran que llego el verano. Aparecen las marcas de caminar descalza por toda la casa y correr a lo de mi amiga Bou. Los maltrato un poco. Pero también les doy la oportunidad de sentir todo lo que el resto del año no pueden. El pasto alrededor de la hamaca que me construyo mi abuelo cuando tenia 2 años, la madera del entrepiso y de mi departamento, las piedritas del bar donde me acobacho con mis amigas y estoy a salvo, el agua de alguna pileta y la arena calentita a las 7 de la tarde mientras baja el sol en la playa que aseguro me va a traer un cuentito nuevo para empezar el año…

viernes, 19 de noviembre de 2010

Subí el volumen

Limpiar tu casa puede servir para 2 cosas. En realidad para más. Pero 2 son seguras. Y no caigamos en lo básico de pensar que una es que no haya mugre. Eso es un resultado secundario. Las mujeres limpiamos, fregamos, barremos, pasamos trapo, esponjita, nos fumamos el olor a Cif, el olor a lavandina, nos ponemos los guantes amarillos, nos arruinamos las uñas, chivamos, el pelo despeinado con rodete incluido…todo por el resultado que obtenemos. Volvamos con lo de antes. ¿Cuáles son las opciones entonces?. Primero, no pensar. Actuar y no dejar lugar a otra función cerebral que no sea la motriz. Te peleaste con tu novio, te fue mal en un examen y perdiste la materia, el portero se hizo el boludo y no llamó al pintor, no llegas a fin de mes, tus viejos te rompen las bolas, abrís el placard y no tenés ropa….¿y?...¿que hacemos?. Limpiar sin parar. Si hago no pienso, si no pienso, las cosas no existen. Tres horas gastamos de nuestra vida, a veces mas, a veces menos. Pero ahí están. Invertidas. Aprovechadas. Descargadas. Que gym, ni gym. A sudarla metida adentro de la bañera refregando. Voy a buscar algo que me olvide al lavadero y en la pasada me veo en el espejo del baño. Ufff que despeinada estoy, que no venga nadie ahora a tocarme timbre. Que no aparezca ningún amigo con el “holaaa te caí de sorpresa a tomar unos mates”. Ni hablemos si tuviese uno a cual llamarlo “gordo” y el tipo ese día se acordó de que existo para caerme con el almuerzo comprado en rotisería de onda porque hace mucho que no comemos juntos. Menos que menos si aparece un llamado del Congo, ese que podes ver el viernes o sábado a la noche, pero el tipo decide pasarte a buscar para ir a almorzar, o te propone verse después de comer para dormir una siesta. Miras la hora y son las 12. ¡No llego ni en pedo!. Todavía te queda limpiar el piso, lavar los platos, hacer la cama, bañarte, ponerte diva, tratar de que el pelo te quede bien…muchas cosas. Menos mal que eso no me pasó. Aunque..pensándolo bien, que lastima que no pasa. Seguís metiéndole con fuerza a la bañera pero también seguís sin tener cerebro. Sos una hueca. Que placer. Un momento donde sinceramente no hay conexión cerebral. Escuchas la radio de fondo. El locutor que tira frases que te sacan una risa. Te asomas casi cayéndote, en una pose medio extraña por el pasillo para escuchar mejor un comentario que te interesó. Con cara de boluda. Con esa misma cara que ponemos las mujeres cuando nos maquillamos o nos ponemos crema. Boquita intentando estirar el resto de la cara y semi abierta. Si te lo estas imaginando probablemente estas probando hacerla. Y volves a agacharte con el culex para arriba y fregas y fregas y fregas. El resultado de esta operación es un cansancio aplanador pero las canillas brillantes y un poco de relax a los 2 hemisferios del órgano que parece una nuez.

Ahora vamos por la otra opción. Cuando limpias pero pensas. Maquinas una y otra vez. Ese problema al que mágicamente le encontras solución. Debe ser que estas medio mareada e idiota porque te fumaste el olor a lavandina. Estabas muy cerca cuando roseaste el limpiavidrios en el espejo. Ahí se te ocurren respuestas a conversaciones que alguna vez tuviste con alguien, que deseaste decirle algo y no te salio porque lo que te dijo te dejo cual cubito de hielo. Ahí se te ocurre que hubiese pasado si hacías tal cosa. Entendes un chiste o comentario que te hizo un pibe hace unos meses y siempre te quedo en la cabeza porque no lo habías entendido, tratando de descifrar que quiso decirte en ese preciso momento. Conclusiones existenciales de quien sos hoy, hacia donde vas, que queres en la vida. Es cuasi una epifanía. Se te ocurren mensajes de texto geniales para hacerle una joda a una amiga con la que no hablas hace mucho. Te arrepentís en el camino porque tenés los guantes llenos de espuma, no vas a poder apretar bien las teclas y sacártelos implica muchas otras cosas que no estas dispuesta a hacer. Vas a buscar otra cosa al lavadero y pasas por en frente de la compu. Ves que te hablaron. La ventanita en naranja y contestas medio monosilabito porque estas llenando el teclado de limpia baños universal. Otra cosa mas que hay que limpiar después. Ya para esta altura te estas muriendo de calor y en la radio te anuncian que hacen 28 grados. Como si tuvieses un sauna instalado en tu casa. ¡Menos mal que estoy haciendo mantenimiento y no limpieza a fondo!. En el transcurso de las horas vas llegando a puntos de restauración para cuando se te queme el disco. Ahí pensas volver en algún momento cuando tengas problemas y tengas que volver a pensar las cosas.

He aquí entonces una de las conclusiones a las que se pueden llegar estando drogado por productos de limpieza. Uno se acostumbra a las cosas. Es así. Se acostumbra a tenerlas y a no tenerlas. Es aplicable a las personas y a las cosa materiales. Vamos a hacer una analogía entonces entre lo que pasa con un ser humano y un electrodoméstico.

Pasaste toda tu vida sin microondas. Un día experimentas lo que es tener descongelado el bife en 2 minutos. En tu casa. A la hora de cocinar. Te empezas a encariñar con el aparato. Lo usas para todo. Cuando hay sobras las calentas ahí y listo. Él solito hace todo. Recordemos que se puede aplicar a una relacion. Sigamos. Vas a un hogar donde no tienen microondas y te preguntas como hacen para vivir sin el. Como harías vos, ahora que lo tenés en tu vida para estar sin el. Como hiciste para estar tanto tiempo en otra situación. Es ideal. Es lo que querías. Es lo que necesitabas. ¿En serio es?. En tu cabeza no hay otra posibilidad. Un día se rompe. Metes el café, pasa 1 minuto y sale frío. ¿Qué esta pasando?. Lo desenchufas, lo dejas descansar, no metes mas cosas, lo golpeas, si podes le preguntas que le pasa. Recordemos nuevamente que esto es aplicable a una relación amorosa. ¿Qué paso entonces? No funciona mas. Se rompió. Empezas a pensar en todo lo que significa que haya sucedido esto. Tengo que llamar al service, me tienen que avisar como hago, lo tengo que llevar, lo vienen a buscar, me va a salir caro, me compro uno nuevo, no tengo plata, como hago para seguir descongelando la carne. El shock. ¿Cómo sigo mi vida sin el microondas?. Esta ahí. Sobre el mueble, sin usar, no sirve, no funciona como debe. Es un cadáver de algo que alguna vez fue bueno y ahora no lo es. Tiene solución. ¿Es la mejor?. Evaluas todas las posibilidades, después del llanto por la bronca. Justo cuando pasan todas las otras cosas ¿también se tenia que arruinar esto? Se esta rompiendo el tele, no funciona el calefón, las paredes se caen a pedazos. Volvamos a recordar que es aplicable a los seres humanos. Mi vida es un desastre. Dejas que pasen las semanas. Y el electrodoméstico sigue ahí. Muerto. Un día viene alguien, que te dice que te va a ayudar. Tus viejos, tus amigos, y te acompañan a llevarlo al service. Vas resignado a que te van a cobrar mucho, no lo van a poder arreglar, ya no va a servir. Y lo dejas. Un papel dice que ahí te solucionaran el problema. Y tenés que cocinar, porque sino te morís de hambre y no podes vivir de delivery. Empezas a ingeniártelas para recalentar las cosas, usas las ollas que tenias olvidadas en la alacena, te acordas de sacar el bife 3 horas antes para que no tenga hielo, el café por un lado y paralelamente calentas la leche en un jarrito. Existís. Te das cuenta que podes seguir. A veces te da un poco de fiaca porque significa hacer esfuerzo cuando con el microondas era fácil. Pero lo haces. Seguís adelante. Te empieza a parecer divertido porque innovas con las comidas. Cambias tus hábitos de vida. Cambias tus costumbres. Empezas a ver la hora de poner las sartenes al fuego como un momento para poner música y bailar, no estar idiotizado mirando tele mientras el plato adentro del cubo blanco gira y cocina tu comida por si mismo. Te dan ganas de invitar a la gente a comer, porque ahora probas cosas nuevas. Ya no te importa tanto que el tele no funcione y que el calefón se apague. Escuchas radio y te vas a bañar a la casa de esa amiga que no ves hace rato. Te dedicas a leer libros. Y escribir un blog. Un día recibís un llamado. “hola te llamamos del servicio técnico de…”. Volvió a la vida. Tu aparato funciona de nuevo y tenés que ir a buscarlo. Y ahora ¿como hago para incluirlo en mi vida de nuevo? Ya me había acostumbrado a esto. Lo buscas y lo apoyas gentilmente sobre el mueble. Lo probas tímidamente con un café con amigos y el tipo funciona. Pero ya te olvidaste de cómo era vivir con esa facilidad, esa comodidad de las cosas. Sentís que te va a tirar para atrás. Ya probaste una vida con algunas dificultades pero mas divertida. Como solucionas esto. Estas un escalón mas arriba. Recordemos que se aplica a circunstancias de amor. No queres volver a lo de antes. Queres algo nuevo. Y seguir disfrutando de lo que venís viviendo. ¿Entonces?. Seguís como venias y tenés la capacidad de incluir tu microondas en algunas de tus actividades. No te permitís quedarte sentado mirando tele mientras hace todo solo. Le das la oportunidad de que te ayude en algunas cosas, pero seguís bailando mientras tenés el fuego prendido de las hornallas y revolves eso que con tanto gusto te estas cocinando…

martes, 16 de noviembre de 2010

un numerito al costado

Bueno. Esto empieza así. Tengo el síndrome pre. ¿Eso dice todo no?. Lamento contestar esto pero no. Es una cosa así como bastante particular. Todas las minas lo hablan. No hay día en que no se converse sobre esta situación. Sobre la que viene después también. Pero a mi en este momento no me importa. Porque estoy en el before. ¿y qué es esto del antes?. Paso a relatar.

Estoy inflada cual pez globo, rueda de auto, zeppelling, piñata mexicana, vestido con viento, ego de Maradona. Si señores, así estoy. Me siento y el pantalón me apreta. Las gambas y la panzi. Ni hablemos de las “tikis” como le dice mi amiga la model. Puedo estar sin ñocorpi y las tipas se mantienen en su lugar, cual niña operada. Los brazos. Estoy reteniendo líquido. Emmm bueno me tome 400 millones de litros de agua y de todas formas el volumen total corporal no baja. A pesar de ir a hacer pis cada 14,7 minutos, no baja. ¿Por qué no soy hombre?. Pfff todavía no llegue a lo peor y ya me estoy arrepintiendo de mi género. Me tomé la pastillita mágica. Esa que nos tragamos con florero cuando no damos más. Le voy a meter caminata con El Sol a ver si la situación se acomoda. Esperemos que si, porque esto tiene repercusiones. El humor.

¡hooolaaa! Que ganas de matar a alguien que tengo. Ese profesor que tiene retraso de babosa y un criterio bastante particular me hizo estallar. ¿Qué hago para remediar esto?. Salgo a correr y descargo energías. Hago boxeo. Bailo árabe. Grito por el balcón. Me acuesto a dormir. Le pego a alguien. Escribo el blog….NO, NO, NO….me prendo cual koala a arbolito a la comida. Empieza el desfile. Galletitas con todo lo que pueda untársele encima, bueno me hago la boluda y de paso me como unas cucharadas de dulce de leche así no mas, del pote. Que placer. ¿Qué mas tengo para comer en casa?. Otras galletitas, ahora dulces, de chocolate….atroden!. Sigo con hambre. No, no es hambre, es ansiedad, me lo repito sin parar. Ya me comí medio paquete. Voy a ponerme a ver historietas de Liniers, me hacen reír y me olvido de que estoy enojada. Me salió, me pase 1 hora haciendo eso y de paso diseño como voy a organizar mi rincón de pared decorado con los chistes. Lastima que mientras hacia eso mi mano no paraba de llevarme galletitas a la boca. No me sale no comer ni cuando lo intento. Tengo ganas de comer helado. Aunque ya es hora de irme a mover las caderas. Como me dice El Tipo.

Ahí me voy a distraer. Si así fue. Me canse. Llegue a casa con más hambre que antes.

Otra vez el dilema. ¿Qué como?. Me voy a buscar novio que sepa cocinar, que haya estudiado cocina y que además le guste cocinar. Bueno no novio. No quiero etiquetas ni formalidades. Vamos a ponerle glamour a la palabra que describiría la categoría en la que se encontraría este ser humano. No le voy a decir chongo, vamos por un “congo”. Suena un poco mejor. En fin. En el CV tiene que aparecer “hago pastas como un dios” o “me encanta cocinar aunque sean las 23.37”.

Me acabo de rascar un brote. No es creativo. No es el motivo del nombre de este blog. es que con el pre aparece el sarpullido. Uno por acá, otro entre medio de los ojos cual punto hindú, uno debajo de la nariz, uno al lado de la oreja, uno en la frente, otro, otro, otro. Bueno me siento como cuando tenía 15. Tanto que quería volver a la adolescencia. Acá tenés forra. Me descubrí uno en el hombro. Esto ya es terrible. Basta. Voy a llamar a una dermatóloga. Me va a hacer comprar cremas. No tengo plata. Como todos los meses. Es increíble esto de tener que planificar como voy a hacer para morfar el día 30 cuando estoy a mitad de mes. Vamos todavía y mi mala organización. Más o menos como mi comida. Como mis días de sueño. Como mis actividades sociales. Como las birras que me tomo entre semana que quiero dejar de tomar. Como los pañuelos que tengo colgados en el placard y no logro que queden bien. Como las ideas que se me caen de la cabeza y quedan desparramadas por el piso de mi casa…

lunes, 15 de noviembre de 2010

Algun día iba a encender...

Me salio levantarme temprano. Si señores. Al fin. Un lunes amanezco antes de las 11. Es una novedad en mi vida. No suele pasarme. No creo que le pase a mucha gente, y los que lo logran es porque tienen la costumbre. Así como la tuve yo alguna vez. Probablemente el cuatrimestre pasado. Se me cambio el reloj biológico. Mis ojos me retan si los abro cuando todavía el solo sigue entrando por la ventanita del costado y no por las del frente de mi habitación. Tengo bastantes cosas para hacer en un día. Me da vértigo pensarlo. Creo que ese es el gran problema de la gente que vive en esta ciudad. O los que viven en todas las ciudades. Bah! De todas las personas que viven. No es el hecho de hacer lo que tenés que hacer, es la cosa de pensar tooooodo eso. Por ahí si te pones a contar cuantas actividades van a pasar por tu día, las contas con los dedos de una mano, pero ya el simple hecho de decir “uy tengo que ir allá, tengo que ir a acá, tengo que…TENGO QUE..”.Obvio que si fuese un quiero ir para aquel lugar a hacer tal cosa no seria tan tedioso. Yo por lo pronto hoy tengo un día por delante que no tiene tantas cosas para proponerme. ¿O si?. Ya no lo sé y no me interesa. De todas formas ayer me di el gusto de no hacer absolutamente nada. Caminar por toda la city de una casa a otra en busca de elementos para realizar manualidades que obviamente a mi no me saldrían hacer porque soy bastante inútil. Lo digo de buena forma. Lo acepto. Nunca supe dibujar de forma coherente. Si un psicólogo lo analizara creería que estoy para internación o que tengo algunos rasgos psicópatas probablemente. Menos mal que hoy existen las computadoras que disimulan las fallas humanas. Bueno. Pensándolo bien las acentúan en muchos casos. Yo por acá enfatizo mi capacidad de hablar sin parar.

Volví a ser persona civilizada. El calefón anda. Me puedo bañar con agua caliente. Uno aprende a disfrutar de las cosas básicas. También volví a tener microondas. Ahora puedo calentar las comidas como la gente normal. No tengo que pensar en sacar el bife del freezer 3 horas antes, cosa que hacia mi madre cuando no teníamos este aparato durante mi infancia. En realidad no lo tuvimos hasta que yo tuve 19 años mas o menos. Mis amigos no lo comprenden. Pero para mi no era extraño. Me estoy tomando un café. A esta hora. Porque repito, me salió levantarme temprano. Aun después de una picada en la terraza de mi amigo De la Vega donde intentaron contar historias de terror. Lagartija se concentraba así le daba miedo y se acostaba en el piso que me dejo el jean sucio cual usado por 3 semanas sin lavar. No faltaron las birras. Creo que es la palabra más usada en estos tiempos por mi grupo de amigos y yo. Lunes a la noche… “che ¿nos tomamos unas birras acá en el barcito…”, miércoles a las 6 de la tarde “chee ¿bajamos a comprar unas birras?”….ni hablemos de jueves, viernes y sábado. Clásica del domingo. Como el futbol. Ese que miro porque me gusta. No creo que se entienda. Pero me entretiene realmente. Tengo mi propio vocabulario o por lo menos mi criterio. Distinto al de algunos hombres. Yo creo que le rompieron el arco, cuando para Lagartija fue un gol así no más. Considero que debe ganar el equipo del poroto, cuando para el resto tiene que ganar el pincha. Pongámosnos de acuerdo gente. O por lo menos yo tengo que empezar a coordinar con el resto del planeta. No es que voy en contra. Yo voy directamente para el costado de la humanidad.

Hace 2 días empecé a pensar cual va a ser mi ultimo final. Ya se con que profesor lo voy a rendir. Lo voy a decir apenas entre, así no hay tantas chances de que me desaprueben. Encima creo que le sigo cayendo bien. Mejor todavía. Estoy más cerca de irme a London Town. Se que me falta juntar plata, planear el viaje, trabajan, buscar compañeros de viaje, pero de todas formas estoy mas cerca. Mis 15 personalidades me van a acompañar. Y allá veremos cual es la que predomine, sobreviva, mate a las demás, o si logro una armonía entre cada una. Este finde se quedaron durmiendo varias. Me porte re bien. Tanto que llego a ser aburrida toda historia que sucediera en el lapso nocturno de los 3 días. Me di cuenta que me gusta la radio. Mucho. Quiero trabajar en un lugar así. Un micrófono no me asusta. Al contrario. Ya se para donde apuntar este finde. Tengo que ponerle nombre a ese aspecto de mí. Puede ser que sea la verdadera? ¿Esa que mis viejos se encargaron de nombrar?. Esperemos que si. Este posteo va dedicado a mi tía Ricotera, mamá me dijo que lo lee. Así que imaginatelo cual chango que camina por la calle, se topa con la cámara del noticiero y dice desaforadamente “hoolaa un saludo para mi mamá, mi tía, y para todo’ lo’ que me conocen lo’ quierooo”. Yo no diría eso frente a una cámara, pero creo que puedo ir considerando como puedo empezar a estar en la caja boba. Por lo menos ahora tengo la capacidad de pensar un poquito mas allá del finde, aunque siendo lunes ya quiero que sea sábado…

miércoles, 10 de noviembre de 2010

mi cara se parece a esto..

Si duermo y estoy todo el día con el culo pegado a la silla frente a la compu, me quejo de que no hago nada. Pienso que necesito tener actividades. Que no debo dormir tanto. Que tengo que tener responsabilidades y no postergar todo hasta último momento. Pasar del futon, al balcón, a la silla, a la cama me parece un plan perezoso. Hoy estuve elocuente con mi vocabulario. Es que tengo que empezar a hablar bien. Me dijo mamá que parezco tan linda de lejos, hasta que se me escapa la primera palabra seguida de un insulto. Entonces aplique la oración “creo que le atinó con lo que dijo..” en una charla mañanera after café de local de comida rápida con mis amigas facultativas, después de un desayuno de esos que solíamos tener todas las semanas debido a la proximidad entre la facu y las sucursales. De esos que el año que viene no vamos a tener más. Para juntarnos vamos a tener que organizar otro momento. Volviendo con lo anterior, me quejo de vacía, de que no tengo planes ni motivaciones diarias para salir a la calle, ni siquiera a dar una vuelta cual idiota a la plaza. Pero también me quejo de llena. Hace 2 días que no duermo. Bueno, si he dormido de noche, unas 5 horas promedio por día. Me desacostumbre. Necesito acostarme. No paro de tener actividades. Voy de acá para allá. Me levanto a las 7 y me duermo a las 2. Si fuese porque me enfiesto, te lo agradezco, pero no. Todas cosas educativas. Encima la murga en frente. No para de sonar desde las 5 de la tarde. Me recuerda a momentos de hace 2 años atrás, donde no se podía dormir ni mirar tele sin tener un “tun tun tun” de fondo. Es por eso que no puedo ir a este tipo de espectáculos, ni siquiera cuando Lolo lo propone 1 vez por mes aproximadamente.

Hoy no tome botellitas de agua. Hoy hizo frío. Como viene haciendo hace 3 días. No es el momento indicado para que se rompa de nuevo el calefón. La frustración de no poder meterte abajo del agua caliente. Menos mal que mi amiga la Psicóloga Jamón me prestó su ducha. Hizo colaboración a la causa. Además de una linda charla donde me sentí profesional. Que cerca estoy de ser grande y responsable. La puta madre. Quiero volver a tener 18 años y empezar la facu de cero. En realidad no. Porque estoy harta de la facultad. Se pueden meter sus ascensores que funcionan cuando quieren y la cantidad de carátulas bajadas de la web en el culo. Tengo ganas de trabajar. Pero que sea por diversión. No que venga el rompe pelotas de mi compañero, que trabaja en un box como yo, y trate de mostrarme que esta en un escalón mas arriba de una escalera que nadie puso en ningún lado. Que proyección a futuro que hice. Basta. Mejor pienso en que voy a hacer este finde. Como siempre. Porque hoy lo único que me importa es eso. Que va a pasar. Que me voy a poner. A donde voy a ir. Lastima que agarro el celu. Eso es para cagadas. Mi bipolaridad se pone de manifiesto. En realidad se puede llamar tripolaridad. De la alegría de estar tomándome unas birritas con mis amigas en la casa de El Sol, a la euforia de mandar mensajes desaforados hacia diferentes destinos en distintos lugares del país, como sucedió con George; llegando por ultimo a sensación de “algo me falta” que aparece cuando me meto en la cama en pijama y puedo extenderme todo lo que quiero porque no hay nadie al lado. Es algo que me gusta hacer. Durante la semana. Pero los findes se pone crítica la situación. Menos mal que lo compenso con todas las horas de baile excesivo y desmedido que solemos meter con florero. Las tipas parecen infradotadas y son felices. Aun saliendo de short y ojotas a un lugar superpoblado con riesgos de terminar encastradas y con los dedos negros. Tengo las uñas de ese color porque aprovechando el calor del finde saque a relucir las patitas. Pequeño detalle. Parecen aplastados por un martillo. En su momento me combinaron con las uñas de las manos. Ahora no. Porque tengo un rosa. Ese que mamá llama Dior. Ese que es el color de mi traje, de mi pasión, de lo que disfruto y me da placer. Ese traje que durante años me hizo tener otra personalidad. Hoy convive conmigo, en mí, y es parte de mi persona. Ya no tengo 2 personalidades, tengo 3. El Tipo acaba de inventarme una nueva. Se suma a las otras. Ahora que me acuerdo me olvidaba de la que es la parte masculina. Esa que ama mirar futbol, que llora cuando escucha la canción de un mundial, que daría lo que sea por ir cada domingo a la cancha. Ese Pablo Andrés. Que a veces se adueña de mi y deja a todas las otras relegadas. Creo que analizándolo un poco, la primavera 2010 tiene el mismo problema. O la misma situación por decirlo de alguna forma. Que nadie le explico. No le enseñaron, que uno debe ponerse de acuerdo con quien es. Si sos esta estación, tenés que hacer calor. Hoy gracias a este conflicto interno, el saco que usaba en Agosto, me hizo desear una taza de café bien caliente a las 8 de la mañana mientras no me decidía si abrir los ojos para cruzar la calle o volverme a mi cama a dormir tapada hasta la nariz…

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Donde pongo el ojo, no miro el resto

De repente la tipa iba por la calle escuchando Stand By Me de Oasis a todo volumen, como si no existiese nada más. Me mire hacia afuera. Si, así como cuando no sos vos pero te estas mirando. Es un poco complejo, no estoy loca, pero me pasa. Era feliz. Iba flotando. Iba escuchando la música y no pasaba nada más alrededor. Menos mal que presto atención por lo menos a los autos. Sino no habría más de mí. Inmediatamente me teletransporté a la playa. Si esos días donde hay sol pero tipo 7 y algo se va. Empieza a desaparecer y las ganas de quedarte hasta que no quede ni siquiera el chango que cuida el baño en la arena. Con el vientito, ese que no te congela, que te alivia el calor y no deja que te insoles. Ahí me sentía. Si miraba lo que me rodeaba, me tiraba planeando por un acantilado, puros autos, más cemento que nunca, algunos árboles porque thanks god que en la cuadra de florero existen algunas manchas verdes en las veredas. No me importó nada. Por fin en mucho tiempo caminar por la ciudad sabiendo que podía cruzarse cualquier persona non grata no me interesó. Iba directo a acostarme cual carne en el asador en la terraza de florero. No me salió muy bien ya que ahora estoy insolada. Pero bueno por lo menos le dije hola a los rayitos solares, junto con El Sol, que nos brindaba la ambientación musical desde su dispositivo móvil. De paso me salió un orzuelo, de esos que son típicos en mi, creo que ya podría añadirlos a la forma de mis ojos. Me duele bastante. Este se rebeló. Salió en la parte de abajo cuando siempre aparecen en el parpado de arriba. ¿Me estará queriendo decir algo? Como decía el posteo de mi amigo el hombre que ama demasiado, mi ojo debe estar tratando de comunicarme algo y yo no lo estoy escuchando. ¿Será enojo?. Espero que no. Porque eso significaría que yo en el fondo estoy así. Creo que es más una molestia. Algo me esta fastidiando. ¿Algo con nombre y apellido?...mmmm no lo creo. Aunque sé que hay varios DNI que me podrían alegrar la existencia.

Llueve. Otra vez en esta ciudad. Como siempre. Es bastante intensa. Me gustaría estar en la vereda mojándome. Seguramente me asome al balcón así me siento como en la ducha. Se me inunda y me pone un poco nerviosa pero no importa. Hoy quiero que el pelo me quede chorreando. Como una vez. Como varias veces. Algunas de esas me enferme y quede 2 semanas en cama, pero otras, quedaron ahí instaladas para siempre en mi cabeza. No me gustaría pasar por eso si estoy esperando el Bondi. Hoy lo espere 30 minutos. Más o menos lo que hubiese tardado si caminaba a mi casa. No quería mover las piernas. Esto de empezar de nuevo con las ojotas me hace sentir como una nena de 1 año que recién sabe lo que es caminar. Parezco medio chueca. Acaba de sonar un relámpago, me encanto. Quisiera tener una cámara para sacarle fotos. Mientras la luz de mi casa esta apagada y yo estoy tirada en mi cama. Repito de nuevo. Es una imagen que me encanta. Hay que compartirla con alguien. Es inspiradora, puede generar ideas en la gente. Voy a proponérselo a la gente que necesite un poco de creatividad en su vida o por lo menos mirar las cosas desde otro punto de vista.

¿Qué me cocino? El eterno dilema. Diario, que me agobia. Señores me da paja agarrar las ollas y sartenes para morfar. Voy a contratar un cocinero, o por lo menos hacerme amiga de algún chef para que me haga el favor. ¡que lindo sería levantar el teléfono y que alguien venga a hacerme la comida!. Una especie de delivery de servicio culinario. Aunque si levanto mi teléfono como siempre hago se cae porque el rulo que ata el tubo al cuerpo principal es muy corto, nunca me acuerdo y queda colgando. Tengo que apretar el botón de cortar para escuchar que la gente me habla. Es así que parezco boluda, diciendo “hola hola hola” en repetidas ocasiones hasta que escucho del otro lado un “si te escucho”. Como me dice mamá.

Me duele la cabeza. Me puse un vaso dado vuelta con una toalla. Como cuando era chica. Bah! Todavía lo sigo haciendo cuando en verano me paso de la raya con los calores. Son varios. Esos que me agarran cuando camino a la casa de mi amiga Bou, a pesar de que no son más de 50 metros suelo sentir desmayos intermitentes. O los que me azotan cuando me dirijo a rendir finales en la facu en diciembre, espero que este año alguien invente un aire acondicionado portátil. Ese calor que me agarra cuando me enojo. Ese no se baja con nada. Hasta que exploto. Pfff ahí si que baja la temperatura. O ese que es muy agradable cuando en invierno tengo frío y me meto en la cama con los pies congelados, y gentilmente alguien me apapacha cual almohada.

Hoy me molestan mis anillos, esos que ya son parte de mis dedos. Algunos desde hace mas de una década. Ya tienen la forma de mi cuerpo, así como el ancho de los anteojos. Si me los saco siento que me falta algo, aunque debo empezar a cambiarlos un poco de lugar. Lo confieso. En las cosas mas inimaginables no cambio por mucho tiempo pero cuando pasa ya no tengo vuelta atrás, ni siquiera atrasando el reloj que hoy programe mal y me hizo llegar tarde…

viernes, 29 de octubre de 2010

se me esta por romper una uña

Más o menos como ser el salame de un sándwich que no esta bueno. Entre medio de una situación en la que te pones a pensar mil cosas para no dejar que el pánico entre en tu cabeza. Bueno no pánico, mejor dicho, que no aparezca rondando por ahí un “y ahora? Qué hago? Cómo explico? Y candela?”. Después me lo empecé a tomar para el lado gracioso. Mientras observaba una conversación que si se supiese como eran las cosas no seria tan amigable. Mientras miraba mis zapatillas. No tenia que tener ese calzado. Justo ese día se me ocurre estar crota. No importa la tipa es diva igual. Por lo menos los aros me rescataban. Ni siquiera make up. Más cara de muerta imposible. Muchas horas de cursada. Un día complicado, donde el técnico del calefón me dijo que me parecía a Coki, esa boluda que andaba colgada de los pantalones del rey de la televisión argentina, que por cierto alguien podría ir y decapitarlo cual Luis XVI. No lo puedo creer, un parecido con esa. Creo que por mi cara el tipo tuvo que preguntarme si nunca me lo habían dicho. Y mi respuesta tratando de no reírmele en su frente fue “ay no, igual gracias”. ¿Por qué el ascensor no es automático y no viene mas rápido? Quiero que este tipo se vaya. Era simpático aunque me trato de hueca que no sabe ni prender un fósforo. “cuando uses el agua para lavar los platos pone en el botón 2, sino el aparato se te apaga”. YA LO SE IDIOTA, QUIERO SABER POR QUÉ ES QUE SE APAGAAAAAAAAAA, DECIME SI ESTA FALLADO O ES QUE TIENE EL SENSOR ASIII!. No importa era simpaticon el señor. Me lo puedo imaginar integrándose a la conversación antes dicha. Esa en la que me sentí relleno. Podría serlo y vivir dentro de una empanada. Cuantas cosas no sabría, de cuantas no me enteraría, y por otro lado..cuantas me perdería no?.

Mi mamá me manda mensaje diciendo “hoy donde vas a estar?”. Esto significa que mis jueves pre finde o ahora sumados a la condición de joda son muy habituales y predecibles. Es algo bueno supongo. Me estoy divirtiendo. Así como cuando bailo mientras cocino. Algo que no ve nadie. Pero que me encanta. Muchas personas deben hacerlo sin decirlo, así como cantar en la ducha. Yo lo admito pero soy conciente de que no soy ninguna soprano, así que para no castigar al aire que me rodea pongo la música. También bailo ahí, si en la ducha. Mientras me lavo los dientes, como hicimos con Che el otro día. Metiendo pasos que no levantarían a ningún pibe en un boliche. Como bailamos con florero anoche. Con esa música que no entendíamos que hacia ahí. Pero las tipas siempre remándola. No bailo cuando me tomo un café. Ese que me produce sensaciones, porque me lo tomo mirando por la ventana. Que me da placer cuando llueve. Ya no me deprime. Ahora inclusive me dan ganas de salir a caminar. No lo voy a hacer porque me voy a enfermar, no estoy en condiciones de hacerlo.

Me siento mas parte de la sociedad. Si me han censado. Más o menos como cuando vote por primera vez, mi mamá me hizo pasar vergüenza. Salí y todos me aplaudieron. Que horror. Menos mal que en pueblo chico, no vota tanta gente. Me preocupaba que me fueran a preguntar. Pero termine tomándole el pelo a la pobre chica que ya tenia cara de ganas de irse. “¿tenés hijos?”. No que yo sepa le respondí. Se empezó a reír y me pidió que le conteste con seriedad, recomendación que no seguí por supuesto. “¿estado civil oficial?” soltera, sola, pero cuando agarre a uno lo caso en 2 minutos. La chica no paro de reírse por todo el resto del cuestionario. Obviamente mis pensamientos y mis respuestas eran irónicas. No me caso ni en pedo ahora. Si andas por ahí amor de mi vida bancame unos años más de boludeo. Igual ya lo hable con él, porque si gente, yo se con quien quiero estar hasta que se me arruguen hasta los dedos de los pies. Me puse romanticota, que por cierto el otro día aprendí de donde viene eso. Somos unos deformadores de conceptos. Todo lo tiramos para el lado que queremos. Voy a empezar a hacer eso con regularidad. Cambiar el significado de las cosas que habitualmente se conocen de alguna forma.

No me salieron bien algunas cosas esta semana. No desde un lado pesimista, sino que realmente no me salio que me salga. Dije no toco más eso, y viene El Tipo y me ofrece dos segundos y sin pensarlo estaba disfrutando de un pucho. Basta. Definitivamente basta. Como a tantas otras cosas que esta semana se aparecieron en frente mío. Después me salen orzuelos a consecuencia de eso. Tengo algo crónico me parece. Tengo que ir al oftalmólogo para que me vuelva a dar las gotitas mágicas. Sino no voy a poder seguir viendo como veo las cosas. Aunque eso puede ser bueno. Lo evaluare a medida que lo hago. No me salio comer temprano en toda la semana, hasta no me salio comer en todo un día. Mi presión estaba por el piso, mi cara lo delataba, tanto que lagartija como buen amigo que es tuvo que salir corriendo en medio de una clase bastante fastidiosa a comprarme una barrita de cereal. Después de eso me agarro como una euforia, hasta podía contestar cosas coherentes, pero después se me fue. Me prendí a las papas fritas cuando llegue a la casa de mi amigo De la Vega (esto va en honor a la novela de Thalia, no a flor de la v, aclaro para que no haya problemas). Estaba ansiosa, como muchos de estos días, creo que tengo que bajar un cambio, o por lo menos abrir la ventana para que me pegue el aire mientras viajo fuerte…

domingo, 24 de octubre de 2010

Se me quemó otro foquito

Mientras mi vida parece una síntesis del regreso de los muertos vivos me muero de frío porque no funciona bien el calefón. Los electrodomésticos/utilería de hogar se revelan contra mí. Me estan dando señales. Mi casa me quiere decir algo. Tengo que empezar a prestarle más atención. O será que tengo que dejar de prestar atención a las cosas que pasan alrededor. No lo se ya lo voy a descubrir. Así como descubrir cuan divertido es bailar sin para hasta las 6 de la mañana. No importa el calor, no importan las aureolas en las camisas de los pibes del grupo, no importa nosotras con rodete y flequillo atado para atrás. No importa el maquillaje corrido si hay posibilidad de armar una ronda y meterle pasos espaciales, como los amigos que canta florero. No se si la pasaron. Lo que realmente se es que mis zapatos, en realidad botas que por cierto me dieron mucho calor pero me abrigaron cuando tuve que caminar a buscar taxi, terminaron muy gastadas. Con gusto. Como mi cerebro y mi garganta por cantar a los gritos. Ese lugar siempre nos da material para pasarla bien. Me da materia prima para escribir este blog. Que por cierto tengo que mandárselo por mail a un pibe, al que le compre un librito. Muy bueno lo que escribe. Muy buena onda él. Creo que lo voy a hacer. Por ahí se divierte. O por ahí no. No me interesa. Loló lo caracterizo muy bien mientras el canino del Sol temblaba del frío como yo en este momento.

La cabeza me explotaba un viernes a la mañana porque el jueves cambio su personalidad y se sumo a los fiesteros del finde. Tengo que dejar de salir tanto. O tengo que empezar a hacerlo todos los días. La verdad no lo sé. Ninguna de las dos opciones me tienta mucho, a menos que surgan planes que me vuelen la cabeza. Ya veremos por donde sigue esto. Mientras tanto la tipa se siente como en 5to año del secundario. Ahí en la recta final donde todo te importa nada. Donde juntarte con tus amigos es prioritario antes que terminar un trabajo practico para la materia que tenes atrasada. ¡Que poco me interesa ponerme al día!. Siempre con la excusa de que cuando tenga tiempo libre me siento frente a la compu y me pongo las pilas con esos trabajitos insignificantes. No me lo creo ni yo. No me lo cree nadie. Mejor. Así nadie me incita a ser responsable.

El balcón me tiro onda toda la semana. Lastima que el clima no acompañó. Frío. La primavera se arrepintió. Estuvo buena onda un par de días, con unas temperaturas que incitaban a calzarse la pollera y las ojotas, así como en la peli de Julia Roberts en el lugar que conoce a Bardem (me acabo de acordar lo sexy que es haciendo de brasilero y siendo un sensible total. Quiero verla de nuevo, uno de estos días me la alquilo y me siento con medio kilo de helado para mi sola, de dulce de leche y mousse de chocolate) pero después aparecieron las sensaciones térmicas por debajo de los 15 grados. No es tanto si uno lo piensa con detenimiento. Pero cuando te agarra ese vientito. Que ni siquiera los 2 millones de edificios que existen en la city lo paran. Ese que me recuerda al sur. Que te congela la nariz y se pone roja. Ahí cuando te enteras que se fue el verano. Las camperas y los guantes en las manos aparecen. Como ese día que nevó en el colegio. Tengo ganas de que sea diciembre. Es una fecha bastante particular. Es el pico de la bipolaridad. Me gusta y no me gusta. Me llena y me hace vacío. Se termina y esta por empezar. Hago un tour entre mis amigos y mi familia. Aparecen las reposeras de los vecinos en la vereda. Algo que acá no se hace y que extraño. Mientras riegan el pasto del frente de las casas. O nosotros que lo desvirtuamos juntándonos hasta las 3 de la mañana mientras tomamos unas cervezas con los pibes, esos que nos aguantan desde que éramos niñas. Esos que nos aguantan desde siempre.

Me estoy clavando 15 botellitas de medio litro de agua por día. No me hacen el efecto que quiero. Sirven para apagar el fuego. Es cuestión de hábito. Así como las cenas que estamos metiendo. Espero que a B se le haga una costumbre también y no colguemos tanto. En mi casa o en la suya, o mientras miramos una expo de fotografía y después nos clavamos unas buenas cervezas alemanas en un bar que me tira para irlandés. Con unas papas muy especiales. De esas que no te permiten bajar 2 kilos pero si aumentar 10. Con esas no se hace discriminación. Así como con una pizza tentadora en el balcón. Si la estación del año se pone de acuerdo con su personalidad, los días, tipo 7 de la tarde traerán muchas de esas juntadas a mi casa. Así como pijamas party. Como el que hicimos el viernes. La habitué de la casa Che y la sumatoria de Loló. Acá hay camas de sobra. Lo digo y lo repito. O por ahí no lo digo tan seguido. Espero que mis amigos lo empiecen a tener en cuenta. Esos días el departamento no queda grande. “pueden venir cuantos quieran, que serán tratados bien” como dice la canción que me hace acordar a mi papá haciendo el asado en el patio mientras nos clavamos una picadita con cerveza negra y nos sentamos a ver el cielo que no acostumbro a ver el resto de los 9 meses que no miro para arriba. Acá hay lugar de sobra. Y todo el que quiera puede autoinvitarse, como acostumbra a decirme en joda George. O no se si tan en chiste. No importa. Me voy a comprar una alfombra de “bienvenidos” para poner en la puerta. Así como mi vecina, la que hace las mejores sopas del edificio, o por lo menos eso intenta comunicar el olorcito que se expande libremente por el pasillo cada vez que salgo a tomar el ascensor.

Tengo que poner cuadros en mis paredes. Porque ahora que van a venir mas personas a mi casa tiene que tener un poco de onda. Por mi también. Para mirar hacia los costados y encontrar cosas alegres. Además de las fotos de mi abuelo. Voy a hacer un collage con imágenes que me gustan. Esto se presta para el escrache. “el que avisa no traiciona” digo por las dudas. Para que después no vengan las puteadas y las frases del estilo reclamo por las caras que se parecen a las que se hacen cuando comes algo que esta caliente. O las del fondo en una foto de boliche. Espero se puedan imaginar de que tipo de expresión facial estoy hablando.

Puedo mantener mi casa limpia y ordenada. Eso es un punto a favor. Significa que yo estoy bien. Como siempre repito “mi casa representa mi cabeza” creo que el Sr. de la cabeza me pude felicitar. Ya no existen los días pozo o por lo menos ya no se presentan con tanta furia. Será que yo deje de darles importancia. Puede ser. Un día me desperté y ya no me importaba más…

martes, 19 de octubre de 2010

Ocupa 1gb

Más o menos como llamarte Azul y que te guste el azul. Mas pelotuda no podría ser. Las reflexiones entre florero y yo caminando un día donde te sentís pegoteada. Ese día que la gente salio a caminar porque estaba lindo. Son esos amagues de la primavera donde te morís de día pero se van los rayitos de sol y tenes que calzarte 3 buzos. Por lo menos eso me pasó a mi. “hoy no es el día para probarse ropa” (repetimos durante 15 cuadras) y el resultado fue ver a mi amiga adentro de un probador con unos sweateres finitos de esos que no se encuentran mucho en unos colores divinos. Éramos 2 tanques australianos y ni decir cuando nos pico el bagre (lo definió ella). Me quise hacer la Light y me compre una barrita de cereal. Me lleno. Si. Un rato. Llegue a casa y after Lucky Strike me clave 3 galletitas con queso untable con gusto al hilo. Quiero bajar 3 kilos y no me sale. Menos en estos días. Si estos benditos y malditos días. Esto de que sean progresivos no me cae muy bien. Un día empieza la cosa y termina siendo real 36 horas después. Es tan molesto. Sentís algo en las piernas dice florero, yo mas bien siento otra cosa. Es tan personal la sensación. Cada una reacciona distinta. Yo estoy mas tranquila. “no me enoje, no tuve esos arranques que me agarran 3 días antes donde si se me cae la tostada del lado de la manteca, mi humor cambia y soy un huracán que arrasa con toda una ciudad”. No me paso eso esta vez. Por eso será que no estaba tan conciente de las cosas.

Me pica el ojo, debe ser por el maquillaje. No lo uso mucho. A veces hay que remontar la cara de zombie. Algunos días me atrevo a ponerlo a las 7 de la mañana. Solo los días que curso en ese horario. Otras veces lo aplico para situaciones donde no debe hacerse. Como para ir al quiosco de abajo. No porque me quiera hacer la linda con el tipo que tiene el pelo mas largo que yo y me dice “linda” cada vez que le compro algún tipo de golosina. Es que cuando estoy en el ascensor y veo el espejo mi aspecto a veces me asusto.

Tengo ansias de que llegue el finde. Lo extraño. Lagartija dice que lo deje descansar, que por eso me pone los días hábiles en el medio. Yo digo que lo agoto. Exprimo mis findes. Es como si el mundo se terminara mañana. Que divertido que está. No pienso dejar de hacerlo. En este momento es lo que quiero. Como le dije a mi amiga 2cm. Las cosas descartables, en este periodo van. Si voy a ser una loser que sea con estilo. Y con gracia. He aquí la cuestión de estos escritos. Reírse de uno mismo y pasarla bien con lo que uno es. Ahora me puse filosófica. Esto de caminar muchas cuadras me pone el cerebro en remojo y cuando vuelve a su funcionamiento normal se va al carajo. Como yo que me voy a los extremos. Así me dice mi psicólogo. Tengo que buscarle el gris del medio. Mas tirando para blanco. No se por qué pero me da color de lo positivo. Así como las rayitas del sistema anterior mencionado donde esta bueno que la actitud de acerque cada día mas al 10, y si se mantiene mejor. Así como intento mantener mis estados de euforia. El otro día apareció uno cuando estaba tomando agua. Eso fue sospechoso. No había nivel etílico alguno y yo tenia ganas de bailar. Así como florero, que baila y baila hasta más no poder. Y tiene la capacidad de despertarse y querer seguir bailando aunque le duelan las gambas como después de hacer equitación.

Quiero hacer ejercicio. No el gimnasio. Ya esta mencionado el problema de esto. Creo que voy a anotarme en una clase. Con el Sol. Así chivamos las dos juntas y sufrimos al ritmo de la música. Espero que la facu me lo permita. Y sino buscare otra forma de hacer ejercicio. De moverme. Aunque con los bailes que metemos los sábados a la noche no podemos quejarnos. Ojala fuese suficiente. Lo que si esta en forma son mis dedos. De tanto chatear y meterme en las redes sociales. Creo que tengo una adicción. Bueno no tanto. Ahí estoy de nuevo con los extremos. Aunque si me pongo a pensar bien es mas que todo una excusa. Si. Una excusa para no levantarme y cocinar (termino haciéndolo, porque mi sensación de hambre me supera aun si me concentro para no tener); excusa para no mirar la tele aunque esta prendida al lado mío; excusa para no ir a dormir una siesta y reprimir todo tipo de instinto por hacerlo (este tema sugiere atención aparte). Hoy quería dormir pero me aburría pensar en acostarme y levantarme sin haber hecho nada. Ahora tengo ojeras en consecuencia. Pero es que….no tengo mas ganas de que la cama me quede grande. No es un petitorio ni nada por el estilo. No es para dar lastima. Ni tampoco para que se ofrezcan voluntarios. Es que simplemente no tengo ganas de dormir solo por dormir. Para eso me sirven mis siestas nocturnas…

domingo, 17 de octubre de 2010

Una media de cada color

Se me quemaron las tostadas. En honor a florero debe ser. Esta semana estando separadas tenia que culminar con algo que la represente. Me colgué viendo un programa, no muy entretenido para el común de la gente, pero para mi si. Para mi versión Lisa Simpson. Esa que disfruta la historia. La que hace dormir a la gente. Y la tipa muy pendiente. Creo que en otra vida fui arqueóloga, investigadora (no forense porque me desmayaria a los 2 segundos) o la antecesora de Felipe Pigna. No debo haber sido muy linda entonces. Pero por lo menos con la conciencia tranquila de que algún día iba a hablar en persona con Mario Pergolini. Lo sigo y lo amo desde que soy chiquita. Cuando hacia que mamá se quedara despierta para ver la tv ataca. En esa casa, donde me acostaba en la cama grande y soplaba hacia arriba para que la lámpara, que según recuerdo era de tela, se moviera o “bailara” como lo definía yo. Me acuerdo que me gustaba dormir debajo de la cama. La alfombra me parecía lo más cómodo. Siempre me gusto estar en el piso. Aun hoy cuando voy a la casa de mi amiga 2cm me tiro en el enorme peluche que tiene en el living y ahí me quedo. La cantidad de noches que habré pasado desparramada ahí, como cuando nos juntamos con los pibes del curso. Esa época donde las hormonas estaban revolucionadas y a mi no me gustaba ninguno. Todos durmiendo, despatarrados en la alfombra. Así de cómoda es. Seria bueno para dormir una siesta. De esas que aplico en mi cama. Que a veces parece gigante. Por incompleta y otras por una cuestión física. Me gustaría tener un tele en mi habitación. Así me quedo en la cama con otro motivo, no solo mirar por la ventana.

Hoy el departamento me queda grande. Tiene mucho espacio. Muchas paredes sin cuadros. Estoy esperando que B me haga los stenciles. Quiero poner un cuadro, una de las últimas fotos que le sacaron a los Beatles juntos. En grande. Aunque sale caro. Voy a pedirlo para navidad. Aunque seguro me regalan como todos los años un poco de dinero y la eterna bombacha rosa que mi tía me compra con tanto amor. Que obviamente no uso hasta cierto tiempo después. Porque no me gusta ir a cambiarme en medio de la cena. No me creo lo de la suerte. Nunca lo creí. A veces me pasan cosas muy buenas. Que no tienen que ver con eso. La mayoría de las veces son las buenas consecuencias de mis buenos actos. Y otras veces me descontrolo. Dejo que las cosas fluyan y salen bien igual. Mis decisiones por lo general son acertadas. Los comentarios de esas decisiones no suelen ser los correctos. Es ahí donde la cago. “estuvo re bueno lastima que no me dejo bailar”, es un claro ejemplo de lo que digo. Estoy empezando a que las barreras no sean tan altas. Es algo que no es fácil, pero tampoco difícil. Mas o menos como intentar sacar la gelatina de un vasito de dentista. De esos que Lolo hace con tanto entusiasmo y nosotros transportamos hasta el boliche/bar al que recurrimos para bailar hasta morir. Anoche no paso. Nos fuimos temprano y no con la luz pegándonos brutalmente en la cara como el finde anterior. Hay fotos que incriminan. Eso me entere hoy además de cómo fueron algunas cosas que no lograba recordar. Creo que el cerebro me quedo gelatinoso, después de mandarme como 5 o 6 de los anteriormente mencionados vasitos de dentista. ¿Qué me dijo para convencerme? Me pregunte todo el día hasta que me lo aclaro. Creo que mi actitud con respecto a algunas cosas esta cambiando o por lo menos creo que ahora miro de torcido la vida. “estas de mente abierta” me dijo August. A lo que yo agrego “y de vestido negro” ese que me compre y que me tengo que bajar cada vez que me levanto de una silla. De todas formas es un ciclo. Ya lo tengo calculado. Ahora empieza la época de sequía. Hasta dentro de un tiempo donde algunas sensaciones aparecen de nuevo. Donde las rayitas llegan casi al 10, de un sistema inventado para dejar las cosas claras entre el pibe que la remo hasta con cucharita de té y yo.

Se me sale el esmalte de las uñas tan rápido como la A de mi teclado. Intente que mi padre me solucione el problema, como tantos otros que tengo. Pero no hubo caso. Creo que la compu me esta pidiendo irse al banco. Ya no esta para estos trotes, como yo, que ya no me sale salir tanto y no tener sueño. Hoy estoy destrozada. Mi circuito regulador de las horas que se deben dormir se daño. Después de 4 horas mis ojos se abrieron y no me pude dormir mas. Los mensajitos del Sol y florero me despertaron. Y ya no hubo vuelta atrás. Fue como tratar de atornillar un tornillo para el lado que se saca. Con un destornillador que tampoco entra bien. Como el que trato de conseguir mi viejo, para ver que le pasaba al televisor. Aparentemente el problema es tan interno que a simple vista no se puede solucionar. Lo mismo que pasa con mi cabeza. Ahora tengo sueño y veo borroso del ojo izquierdo. Espero que no me salga un orzuelo, ya que este es uno de los primeros síntomas, aunque si estoy relajada no aparece. Voy a ponerme a hacer ejercicios de yoga mientras escucho Enya. Mientras tengo un rodete en el pelo y pienso en que mi amiga que trabaja en el local de nombre pastillero vio de cerca de ese actor que me encanta. Ese que tiene algo perverso por estar enamorado de su prima en la novela, ese que me motiva a que llegue el finde y me mande las mil y una…

jueves, 14 de octubre de 2010

Toma, usa esto de cenicero.

Me puse mi ropa de limpiar la casa. Si ese jogging que tengo desde el secundario que tiene manchas de lavandina, no porque yo lo haya hecho, sino porque mamá cuando tenía 15 más o menos tuvo un pequeño descuido. Con esa aureola a la altura de la tibia de la pierna derecha, estoy preparada para fregar. Todo porque quiero mantener mi vivienda en un estado digno. No me lo creo ni yo, pero ahora me sale. Descubrí que mantener es más fácil que limpiar a fondo. Así que ahora 1 vez por semana me calzo las ojotas y me meto adentro de la bañera a drogarme con el Cif color rosa. Sospechosamente tuve que dejar de hacer lo que estaba haciendo, es decir la preparación, la previa, el momento anterior a ponerme los guantes y darle a la esponja. Tenia ganas de sentarme a escribir. Fue como un momento impulsivo. Porque vengo pensando hace días que tengo que hacerlo pero no se me ocurría de que hablar. Menos mal que no vivo de esto porque sino me muero de hambre. Imaginate si tuviese que escuchar en mi correo de voz el mensaje de un editor diciéndome “a ver nena, ya pasaron 5 días de la ultima vez que nos mandaste esto, pone a funcionar un poco tu creatividad y danos algo interesante, deja de juntarte y estar al pedo con tus amigos, y ponete a laburar”. Menos mal que lo hago por diversión. Menos mal que lo hago porque quiero. También esta bueno que salga cuando tiene ganas. Eso demuestra que es de pura inspiración y espontaneidad del momento. Estoy tratando de escribir mientras escucho la radio. Así que por ahí me pierdo y redacto cualquier cosa, sepan disculpar. No voy a apagar la radio si eso es lo que me recomendaría cualquier persona cuerda. No lo voy a hacer porque no tengo ganas. Igual la canción que están pasando no me motiva a cantar, así que no hay problemas que se escape así una frase como “antes que te vayas dame un besoooo” a lo Daddy yankee. No hay problema alguno.

Se me sigue saliendo la A del teclado y me pone un poco nerviosa. Creo que esta jugando conmigo y mi paciencia. Tengo mucha. Es comprobable. Me he aguantado cada cosa en mi vida que si lo cuento tengo que escribir un libro. Tampoco soy victima, pero esto de tener la cualidad de bancar las cosas hasta el momento de reviente me ha llevado a soportar algunas cosas que ni en el mundo del revés de María Elena Walsh se soportarían.

Me clave una cena con sushi, con mi amiga el sol, mientras veíamos el rescate de los mineros. Tremendo. Fue como el estreno de una película o como ya lo he definido varias veces, el final de LOST. Pensé que iba a tirar un poco de llanto. Aparentemente ya no estoy tan sensible como hace algunos meses atrás. De todas formas yo no se si fue la comida, la situación, el sillón o mi sesión con el Sr. de la cabeza, que hice unas confesiones un poco subidas de tono. Lo que pasa en la mina queda en la mina, ídem sucede con mi sillón. Hago un paréntesis porque tuve que levantarme a sonarme la nariz, ya que tengo un inminente resfrío asomándose por la puerta. Tengo los pañuelitos al lado y sin embargo me voy hasta el baño para sacar un poco de papel higiénico. Yo no tengo remedio. De todas formas corte el hilo de la inspiración y no me acuerdo que seguía después de lo que estaba hablando, aunque nunca lo se pero aparentemente mi cerebro por si solo si tiene un eje lógico de las cosas como van y yo lo acabo de reprimir.

Se pasó la semana que era para hacer cosas productivas. Por supuesto dormí como no lo hacia hace rato. Encima tengo la cara de tener sueño a las 11 de la noche. Esto me esta diciendo dos cosas. O que tengo que aflojarle un poco al modo de vida y descansar más; o que estoy vieja y necesito hacer como los abuelos que se acuestan a las 8 de la noche y después clavan 4 horas de siesta. El día no me esta ayudando. Me dan ganas de quedarme en la cama. Abrigada, porque tengo frío a pesar de que sea primavera y hagan…19 º (tuve que cambiar de canal para enterarme) porque mi sensor corporal esta arruinado. Tengo frío cuando no hay que tenerlo y calor cuando todo el mundo esta tapado hasta la nariz. Debe ser por la cantidad de agua que tomo. Eso me dijo alguien alguna vez. Todo es posible, lo que no va a ser posible es la dejar de ingerir tanto líquido. Ya no me sale. Antes no tomaba nada y ahora me debo clavar como 7 litros diarios. Ojala me haga como en la publicidad, donde todo lo malo se limpia. Como tendría que estar haciendo yo con mi casa. De todas formas no estoy viendo los resultados. Espero que en serio funcione.

Deje el gimnasio. Me fastidio bastante el profesor. Un idiota como la mayoría. El primer día intentando levantarte y los siguientes tomándote el pelo. ¿Quién se piensa que es?¡ FLACO SI TE DIGO QUE TENGO PROBLEMAS DE RODILLA NO ME HAGAS HACER EJERCICIO QUE ME HACE DOLER!. “mmm vos me estas mintiendo me parece” atino a decir el muy hijo de puta. Mientras yo sentía que mi rodilla se descuartizaba. No voy a volver mas. Voy a anotarme en una clase. Ahí seguro hay mas minas. Y el tipo que nos va a decir “arriba, abajo, al centro y adentro” al ritmo de una canción excesivamente remixada va a hacerme un poco mas feliz…