domingo, 30 de diciembre de 2012

Entonces...¿Qué?


Resulta que llegó el último día del año y todo estamos como locos tratando de acordarnos qué corno hicimos con nuestras vidas desde el 1 de enero de este mismo año. Empiezan los especiales de “los mejores goles del año” o “los escándalos más importantes de la tv”…y bueno, se ve que a la gente le gusta que las cosas lleguen a un final y tengan un nuevo comienzo. Ojo! Yo no me estoy quejando, ni tampoco me molesta mucho que alguien haya decidido que los días se iban a establecer de esta manera. Si tuviese que organizar mi calendario creo que tendría más confusión que los que predicen el fin del mundo.
Pero más allá de las circunstancias arbitrarias y socialmente establecidas creo que se puede analizar lo que pasó este periodo que comprendió 12 meses de mi vida. De repente pase de ser una inocente desocupada y excluida del sistema a una de esas que se levantan siempre a la misma hora para cumplir con una consigna a la que le dicen trabajo. Ok, tuvo sus idas y venidas pero que bien la estoy pasando.
Me fui para los extremos de lo más extremo con mis vínculos personales. Me arme un personaje que vendí y compraron…y que después no quise vender mas y todo se constituyo en un mientas tanto. Y hasta me llevaron al cine.
Aprendí recetas nuevas y hasta a usar el horno. Para los interesados en hacerme compañía, hago milanesas caseras.
Resolví conflictos existenciales con el sr de la cabeza para darle lugar a otros que se convirtieron en pajaritos volando alrededor de mi cabellera. Hablando de eso, decidí ir por lo sano y me corté el pelo. Si a pesar de ser mufasa con mi pelo despeinado, entré un sábado a la tarde a la peluquería y pronuncie las palabras “Quiero cortarme carre”. Casi produzco un colapso de tinturas por los aires. Pero a partir de ese momento me dijeron cosas mas lindas en la calle. Mientras que en mi futon no me decían las cosas que yo esperaba escuchar.
Y teniendo en cuenta esta cosita de que se termina el año comencé a escuchar a las personas mezclar tiempos verbales o formas de organizar las palabras. Esta época del año se caracteriza por el potencial que indica un “estaría en condiciones de afirmar que el año próximo podría darse….” Y los que tienen una determinación tan grande como la mía cuando veo un flan con dulce de leche y me lo como igual aunque tenga 200 millones de calorías. Estos casos establecen hechos, sucesos y acciones a futuro que hasta parecen del pasado por como están formulados. Estos me asustan un poco más, no porque yo sea una insegura de las decisiones… ah no para, eso si lo soy, bueno no es por este motivo, sino que para cada determinación tomada un 31 de diciembre por una persona puede afectar a los caminos de las 7 mil millones de personas que existen en el mundo. Entonces yo voy a levantar mi copa a las 00:00hs mientras tengo el asado en el plato todavía y voy a brindar porque estaría en condiciones de decir que el año que viene podría estar dispuesta a….irme de viaje y que te vayas conmigo.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Las preguntas que nadie hizo a las respuestas que solo yo contesté


Los ¿cómo…? de mi 2012:
¿Cómo puede ser que no consiga trabajo?
¿Cómo puede ser que haya conseguido ESTE trabajo?
¿Cómo puede ser que no me hable?
¿Cómo puede ser que me hable todos los días y a toda hora y me persiga?
¿Cómo llegue hasta casa…?
¿Cómo le dije que si a esa pelotudez…?
¿Cómo se prende el horno?
¿Cómo se cuida una planta?
¿Cómo se hace la seña de “me gusta pero no me encanta”?
¿Cómo se hace la seña de “no me jodas mas”?
¿Cómo le explico que no me interesa lo que me está contando?
¿Cómo llegue a pensar que quería eso pero que en realidad no era lo que yo quería aunque tampoco sabia lo que quería porque venia de saber lo que no quería…?
¿Cómo hago para levantarme hoy después de las cervezas de anoche?

Los ¿Dónde…? de mi 2012:
¿Dónde deje la dignidad?
¿Dónde se metió esta pelotuda?
¿Dónde vamos esta noche?
¿Dónde me tomo el bondi para llegar a un lugar al que no quiero ir?
¿Dónde te compraste eso que no me gusta para nada así no voy a ese lugar?
¿Dónde consigo una camisa a lunares?
¿Dónde están mis ganas de levantarme un domingo?

Los ¿Qué…? de mi 2012:
¿Qué mierda se le cruzó por la cabeza?
¿Qué le digo a mi psicólogo?
¿Qué sentido tiene ponerse los tacos si mis amigas mas altas que yo se van a poner tacos..?
¿Qué porcentaje de neuronas sanas le quedan?
¿Qué significa no tener que explicar nada y estar explicándolo?
¿Qué se siente volver del descenso?
¿Qué se siente estar por irse al descenso?
¿Qué le pasa?

Los ¿Cuándo…? de mi 2012:
¿Cuándo fue la última vez que me reí hasta casi hacerme pis?
¿Cuándo pensabas decírmelo?
¿Cuándo empezó a gustarme esta situación?
¿Cuándo es el momento de decirle que si?
¿Cuándo vamos al cine?
¿Cuándo se termina el 2012…?

sábado, 1 de diciembre de 2012

Salteado y con sal


El problema real no es el problema. Son las secuelas. Porque si nos ponemos a pensar un poquito, un problema tiene solución. Encontrarla no siempre es fácil pero tampoco es que no existe. Todos los problemas tienen salida, incluso esos que parecen imposibles…que a nosotros no nos guste la respuesta no significa que no sea válida. Que nosotros nos generemos síntomas como los orzuelos semanales para tener cerrados los ojos, o anginas psicológicas para no aceptar una situación es otra cosa.
La secuela que últimamente vivo en carne propia es la del delirio celotípico. Esta denominación inventada por mi amiga del alma es generadora de los más ridículos pensamientos. Ver una foto sacada a las 10 de la mañana donde la persona aparece, te lleva a pensar lo siguiente “Que linda foto. Ah mira hoy se puso ese buzo que me gusta. Ah que bien, se debe estar yendo al trabajo. Que graciosa la foto….en la que él aparece, y si él aparece…entonces…QUIEN SACO LA FOTO?...ah listo, no te lo puedo creer…seguro es alguien..a las 10 de la mañana..ah listo, se quedó a dormir. Ah bueno, lo voy a cagar a piñas”
Claro, no se nos ocurre pensar que puede haber sido un amigo, o que esa foto se sacó en otro momento y ese día la subió. Eso se le llama secuelas posteriores a problemas ya resueltos.
Otra cosa en la que soy experta, además de las secuelas, es en entender bien las cosas que se deberían entender mal, y al revés. Por ejemplo, las normas de interacción social. “Hola, cómo andas?... (charla de relleno durante 1 hora)… vamos a tomar algo?”. Claramente esto no lo concibo. No digo que sea malo, simplemente yo no comprendo. Según mis amigas esto es lo normal. Creo que tengo la tendencia a entender más el golpe de cavernícola, que implica un “me interesas y quiero verte”, a la charla civilizada y correcta.
Sumando habilidades a mi cv puedo admitir que tengo un serio conflicto con los signos. Necesito señales del estilo STOP en mis vínculos con la gente porque sino no me doy cuenta y cruzo la calle. Después viene la multa y no tengo resto con que pagarla. Ahí es donde recurro a los llamados a mi madre a las 11 de la noche un domingo llorando o me sumerjo en mi futon a mirar películas tomando café. Ni hablar de los signos del lenguaje. Los puntos finales me cuestan como a nadie. Y los de exclamación para darle énfasis a mis decisiones ni te cuento. Los signos de pregunta son los que mas fluyen por mi vida. Siempre cometiendo el error de darle oportunidades a las personas, porque un signo de interrogación habilita a que la respuesta esté en la vereda de en frente. Si te contestas vos mismo tenés un grave cuadro de esquizofrenia o una capacidad inmutable de sobrevivir sin depender de nadie. La verdad es que hay que dejar de ponerle los signos que no van a la gente equivocada. Admito que me cuesta mucho el punto y aparte pero cuando lo pongo, olvidate. No volvés más? No volvés más…

No volvés más.