miércoles, 13 de abril de 2011

cinco centavos de cambio.

No sos la mujer maravilla. Ser bueno en algo implica saber incorporar las fallas que tiene uno y así integrar todo para desarrollarse en los otros aspectos. Sabias palabras que salieron de una extendida sesión de terapia. Hay que incluir también el disfrutar las cosas. Sino ¿Qué pasa?...te late el ojo. Como a mí en este momento. Es por cansancio. De la capocha, de la vista, de pensar y leer tanto para la tesis. Ni hablemos de tener el cuerpo triste como dice mi amiga Bou para definir ese cansancio que te deja desmayado a las 12 de la noche. Esto es mentira porque nunca logro dormirme a esa hora. Por mas que lo intente. La novela termina muy tarde. No importa. Pero todo el ritual que implica irme a dormir hace que pierda fácil 40 minutos. Me lavo los dientes, mientras miro tele por supuesto. Porque eso de estar como idiota mirándome al espejo mientras la espuma se forma entre los dientes no es tan atractivo. Después la limpieza de cutis. Si soy como el resto de las minitas, me hago tratamiento de la piel. Además me gustaría hacerme las uñas todas las semanas pero no me rinde en la economía hogareña. Sigamos con la rutina. Me pongo el pijama. Voy a buscar la frazada. Porque quiero el invierno pero no asumo que tengo que ponerla entre las sabanas y el acolchado. Tampoco es que hace tanto frío en estas noches. Probablemente la mayoría de mis amigos varones duerme en cuero y calzones. Pero yo no. Creo que psicológicamente me obligo a tener frío. O es que necesito sentir las sabanas pesadas arriba de mi cuerpo. Nadie lo sabe, serán cuestiones de la infancia que uno no sabe de donde salieron. Otras cosas de minita que me encantaría hacer. Ir a la peluquería una vez al mes. Pero para que esto pase el pelo tiene que crecerme rápido. Cosa que no sucede. Hace 2 años que no me corto el largo y el hijo de puta sigue ahí. En el hueco de la espalda. Me gustaría maquillarme mas seguido y no solo para meterle bailongo con florero un finde. No como una puerta, pero por lo menos darle un toque de vida a la cara de zombie que tengo a la mañana. El tema es que pintarrajearse la geta implica gastar en maquillajes. Y salen caros. Como le dije a B. Lo gasto, pero no puedo hacerlo todos los meses. Este mes creo que no llego a fin de mes. Los días parecen más largos. No porque realmente transcurran lentamente, sino porque no llega mas el momento de renovación monetaria. Menos mal que en el medio tengo un stand by de la vida y del cerebro. Para comer waffles y visitar un monumento. Para que todo me parezca nuevo otra vez.

Me enganche con una serie. Porque la que me provocaba obsesión tiene unos retrasos de babosa impresionantes. Es de asesinatos. Espero no soñar con tanta sangre. De todas formas siempre me gustaron. Cuando era pendeja, bueno…..pelotuda como me dice El tipo (porque ahora si soy pendeja), cenaba viendo como resolvían los casos a lo yankilandia. La pasaba bien. Hoy vuelvo a hacer lo mismo que a los 15. En ese sillón. Donde empecé alguna vez a ver la mejor serie de toda la historia. LOST. Tengo abstinencia todavía. A veces estoy haciendo zapping y paso por el canal donde lo veía (hasta que traicione mis ideales de no mirar en Internet, me dedicaba a seguir las tramas por tele), y bueno…veo alguna escena que me da sensación de vacío. De que ya se que pasó, que el malo no es malo y el bueno no es bueno. Deberíamos organizar entre los que quedamos afectados un grupo de ayuda, en serio, porque es como cuando te peleas con un novio. Aunque algunos es mejor que no aparezcan ni siquiera en tus sueños, porque puede aparecer tu papá y putearlos en la cara. Cosa que Salv no tendría ningún problema de hacer en la vida real.

Tengo un gran problema de comida. Estoy cenando muy tarde. No me trae consecuencias físicas, o por lo menos no tantas. Pero me molesta. Estar mirando la novela que correspondería al postre (que obviamente no me compro seguido porque si fuese por mi me clavaría ¼ de helado de mousse de chocolate y dulce de leche TODAS las noches). Seria un mal necesario. Como otras cosas. Que no esta bueno una sola vez. Como por ejemplo ir al parque de la costa. O ir a la cancha. Quedarse toda una noche despierta en una plaza. Hay otras cosas que si esta bueno que sucedan una sola vez. Como que se te salga la “a” del teclado mientras escribís la tesis. Ponerte aparatos y no hacer un bis. Fracturarse alguna parte del cuerpo. Que te rompan el cuore y no aprender nada de eso…

martes, 5 de abril de 2011

Asimismo, de igual forma..

Vamos a empezar por algo. Si bien no me gusta la bipolaridad climática que hay en estos días de abril, la cosa se va poniendo linda. A la mañana caminando por una calle que no suelo transitar, el vientito frío me pegó en la cara. LA felicidad. Como me dijo mi amiga la futura psicóloga “un día de sol y frío me hace feliz”. Si señores, esa es la cuestión. Igual que clavarse una cuchara sopera de dulce de leche del pote. Una torta de chocolate, un café a la mañana que parece estar más rico que nunca. Placeres de la vida que no me niego. Intento cuidarme la cuestión física, pero hasta ahí no mas. Sé que podría estar mejor. Lo reconozco, pero la cara de idiota que pongo cuando me como un bon o bon no tiene precio. La misma expresión que aparece cuando recibo un mensajito que esperaba. No sucede mucho porque últimamente entre florero, mi madre y El tipo, mi crédito desaparece en cuestiones que nada tienen que ver con el amor. Aunque si me dejo llevar por el episodio sucedido en la radio hace un par de semanas, florero y yo somos como novias. Uno hace la transferencia. Hacia las personas menos pensadas me parece. Que se agarre el próximo con el que haga simbiosis si llega a ser un congo, la cuestión de hacerle koala se va a convertir en aspecto prioritario. Ojala suceda con el que, como quien no quiere la cosa, aparece cual huracán Katrina en mi vida. Porque todos tenemos esos momentos, personas o situaciones que nos revolotean. “Me agarran cosquillas en la panza” le confesé a florero. Y es así. A veces uno tiene que darle descanso al cuore, con situaciones conflictivas. Pero otras hay que dárselo desde la emoción. Demasiadas cosas juntas te ponen contenta y te pueden hacer feliz, pero te generan una ansiedad que te lleva a planchar a las 2 de la mañana. A ir caminando por la calle tan concentrada en lo que estas pensando que te pasas media cuadra de tu casa (conste que iba por la vereda del frente). Menos mal que no me pasa arriba del Bondi. Hoy había una señora con su nena. Aparentemente se tomaron el cole equivocado o no preguntaron bien. Puede ser también que el colectivero este tan distraído por la vida como yo y le haya dicho a la mujer que iba a seguir derechito por esa avenida. Lo cierto es que tuve que mirar dos veces al cartel interno del Bondi para asegurar que yo tampoco me había equivocado.

A todo esto cuando me levante, asustada porque me quede dormida gracias a los “5 minutitos mas”, era temprano todavía. No tenía tiempo para desayunar pero lo iba a hacer después. Total tengo para rato con el culo pegado a la silla gracias a la tesis. Un café mientras leo sobre los tintus que me quiero tomar no viene mal. Intente levantar la persiana y mágicamente hizo..¡PUM!. se corto la correa. ¡no es justo!. Necesito la luz para terminar de despertarme y no ser un zombie. Me lave la cara tres veces para despertarme y aun así no había caso. Esto de tener la cuestión dormidora alterada repercute en todo. Tanto que me compre un esmalte de un color que dije que nunca iba a usar porque me iba a hacer parecer de la saga twiglight. Ahí no mas, la tipa se pinto las uñas de color “yo nunca”.

Si me ve no me reconoce. Es algo que pienso algunas veces. Ese alguien no es nadie en particular, sino mucha gente que pasado pisado de por medio, quedo como una anécdota mas. A ver flaca, no te hiciste una cirugía de reconstrucción facial. Esta bien que Pablo Andrés aparece a veces para cagarte la existencia o para alegrarte, pero no sos otra. Bueno, para el Sr. de la cabeza si. Yo creo que simplemente…me estoy poniendo abuela.

Colgué un móvil en mi casa. En medio del pasillo. Esta ahí, presente y molesto como yo. En el medio de la vida de la gente. Atravesada en el paso, sobretodo de la gente mas alta. Es una buena metáfora de mi persona. Es un regalo que me hicieron cuando tenía 15 y nunca tuvo lugar. Era hora que lo pudiese exponer. Tiene dibujado el símbolo que utilizaba en esa época para identificarme. Con estas cuestiones de la adolescencia y la definición del Yo, el SuperYo y todos los Yo que entran en mi cabeza, pase por todos los estilos. Algunos debo admitir que me dan vergüenza. Solo voy a decir que una vez me puse una binchita en la frente y un cinturón de elástico rayado fucsia, amarillo y violeta. Dejo a su criterio cuan muzzarella, indefinido, confundido o “pedazo de pelotuda” era mi look.

Por lo pronto hablar de comida me incita a organizar una salida a cenar con mis amigos, lo cual no hacemos mucho porque la economía hogareña no nos da para tanto y nos reservamos para pasar por la roti y ensuciar platos de alguna casa. Así como ir al cine, cosa que quiero hacer hace rato pero no me sale planificar. Creo que voy a tener que conseguir un amigo pochoclero que no tenga miedo de darme la mano mientras me asusto en la única parte de la película en la que todos se ríen…