miércoles, 29 de febrero de 2012

Auroras boreales

La teoría del lado de la cama. Desde el vamos pasar de una cama de una plaza a una de dos es todo un tema. Aprender a desparramarse de otra manera mientras dormís tiene toda una técnica. Entonces si de por si es complicado arreglárselas con uno mismo cuando aparece otra persona la cuestión se convierte en un problema físico-matemático que no te deja en paz. No solo vamos al hecho de que después de estar acostumbrada a dormir en posición L (con la cabeza en la almohada y las piernas atravesando toda la cama en un ángulo de 90º) tenés que acostumbrarte a hacer una coreografía con otra persona para que ninguno de los dos se moleste; también está el temita de qué lado duerme cada uno. Por imitación puede ser que esté adiestrada a depositar mi cuerpo en el mismo lado que mi madre lo hace, o puede ser por la proximidad a la mesa de luz atípica que tengo. No es algo que pueda explicar con palabras pero ese lado es MIO.

Como en el fondo soy minita y todas tenemos nuestro lado Cosmopolitan hay algunas señales por las cuales mi vida se rige. Un poco arbitrariamente y un poco porque la experiencia me lo ha demostrado, hay detalles que te hacen preveer como serán las cosas a futuro. Tener un deja vu porque estas saliendo con un pibe que te lleva en la primera y segunda cita a los mismos lugares que tu ex puede significar dos cosas: 1º que ese era el camino pero te equivocaste de persona, o 2º te esta avisando que no solo estas siguiendo un patrón de persona y comportamientos sino también que va a ser tan pelotudo como el otro pibe. Así también nos fijamos en el color de ropa que teníamos puesto el día que lo conocimos y si todo resulto bien pero te separaste porque fue de mutuo acuerdo, le pones todo el énfasis a la vida cuando volves a ponerte esos colores para una salida. Del mismo modo, cuando ese vestido que tenías incrustado la noche en que lo viste chamuyarse a una mina en tu cara vuelve a estar atado a tu persona, misteriosos acontecimientos empiezan a pasar. Entonces terminas sola sentada en tu cama comiendo lo que encontraste en la heladera, a las puteadas y mirando una película a las 6 de la mañana jurando que no vas a volver a ponerte ese vestido.

Algo así me pasa con el lado de la cama. Es mi señal. Sea mirando tele o durmiendo si la persona ocupa mi lugar hay algo que no esta bien. Después de salir 1 año y medio con un pibe que tenia una complicación existencial con este asunto porque se sentía menos hombre si yo dormía de ese lado, aprendí que las cosas hay que mirarlas en detalle. En su universo que yo durmiese del lado que en su casa parental lo hacia su viejo le daba la sensación de que se disminuía su hombría. Todos tenemos nuestros problemas, lo se, y gracias a esto aprendemos de las locuras ajenas. A mi me sirvió para darme cuenta que cada vez que me pase una situación de cama, el lado donde quede va a determinar cuanta atención le tengo que dar a la persona.

El problema se traduce en ¿Cómo le explico que me esta babeando mi almohada? He intentado de maneras sutiles, groseras, violentas, simpáticas, irónicas. Algunas de esas veces la persona se corre y me deja mi lugar. Otras se me ríe en la cara. Pero una sola vez la cosa fluyó naturalmente. Una sola vez me desperté de mi lado sin haber pedido nada. Una sola vez no tuve que idear una estrategia cual guerra de trincheras para adueñarme de mi espacio y mi almohada. Una sola vez no me sentí tan maniática como mi ex y su problema del lugar de la cama. Aunque todo esto parezca un delirio místico nacido de reflexiones de after office, mi manual de revista femenina y mi sensación interna me hacen pensar…no será que una vez en la vida alguien también quería su lugar y no era el mismo que el mío?...

miércoles, 8 de febrero de 2012

Maquillaje que se corre con el agua


Me enferma ser tan minitah algunos días. No esos días, fisiológicamente hablando, sino los días donde me acoplo al género. De repente me encuentro con delirios celotipicos con motivos totalmente inaceptables…ni hablemos de que los fundamentos de tal conducta proceden de cosas totalmente irrelevantes. Para ser una persona que no es celosa, tener que bancarse un día de descontrol emocional es bastante agotador. Busco excusas para justificar mis pensamientos y por qué me enojo de tal manera con una situación o varias que no deberían ni moverme una pestaña.
De la nada se te apretuja el corazón y tenés ganas de llorar. ¿Por qué corno vas a llorar si no tenés motivos? La bipolaridad o extremos anímicos se evidencian. A la mañana estaba feliz como una lombriz (aunque hay que preguntarse como son las lombrices felices antes de hablar tan livianamente, creo yo) y de un momento a otro pasas por la bronca o por la tristeza absoluta.
Tráiganme chocolates. Bueno no, chocolates no más no. Papas fritas también, una hamburguesa, un asado, una noche en la cordillera, unas vacaciones divertidas, un viaje al otro lado del mundo…Claramente la ansiedad se apodero de mi persona.
No logro que los lentes queden limpios. Estoy todo el día en la computadora o leyendo cual lisa Simpson y tengo los anteojos para atrás. Apreto un poco mas el papel cuando lo limpio, lo paso suavecito, agarro una tela, le pongo salsa de tomate…nada! Siguen cochinos. “Será hora que los vayas cambiando” dijo Laisa. “si debería cambiarlos, como varias cosas en mi vida como la comodidad de las situaciones con las que venia viviendo”. ¡Que existencialista que me ponen un par de cristales…bue…de vidrios con antireflex!
Siguiendo con la caracterización de los momentos sensibles, que me darían un Oscar por lo bien que me sale este papel, puedo hablar sobre lo que quiero y no quiero. “te falta un amor” me dijeron el otro día. No, no me falta un amor. Si voy a tener a alguien al lado que por lo menos me invite al cine o a bailar rock de los ’50 que me encante. No quiero un amor, ni tampoco quiero EL amor. Quiero alguien se ria un poco mucho de lo ridículo que puede ser el amor. Bueno, como verán en estos días de minitah me agarra la cursilería. Dame un fernet rapidito y pongamos futbol, así lo sobrepaso rapidito.
“¿Qué harías si pudieses cambiar el curso del tiempo?” o algo así leí en un titular de una revista. Ya no me acuerdo si de papel o digital, con esto de que tengo la geta pegada a la compu todo el día ya no distingo soportes. Volviendo al título, no se si tengo ganas de pensar que haría con el curso del tiempo, si lo tomaría en clases, rendiría exámenes. Tampoco se si tengo ganas de ponerme a pensar en eso si en la pagina o espacio programado webisticamente me recomienda como hacer que mis comidas tengan menos calorías usando un edulcorante con gusto a pasto.
Hablando de comidas y esas cosas ¿es tan necesario que los kilitos de mas no se vayan? Ya que estoy en esta postura de mujer psicótica leedora de Oh lala!, Cosmopolitan y consumidora incuestionable de Sex and the city voy a hacer mi reclamo sobre la cuestión del peso. Me morfo todo y sigo igual, me muero de hambre y sigo igual. ¿QUIEN TE ENTIENDE? Mientras me saco el esmalte de las uñas para tener unos gramos menos organizo una cena con gente amiga.
Hablar o no hablar con las personas. Esa es la clave en toda esta cuestión. Esa regla de “si no me habla, no le hablo” es tan hiriente que nos encanta seguirla. El tema del orgullo dicen todas. Yo en mis días de persona común, o por lo menos en mi mundo común, no me comporto así. He sufrido varias situaciones que hoy me dan risa gracias a mi sinceridad. Sobre todo a las 5 de la mañana. Pero eso es tema viejo. Ahora con mi personalidad de nena no me sale. De repente te habla alguien que hace siglos no te interesa y te sentís un poco bien porque te chamuyen. Aunque yo les recomendaría que duden de las intenciones de los tipos que no dicen nada y dicen todo. Llamarlo por teléfono o mandarle un mensajito, enviarle una paloma mensajera o aprender a hacer señales de humo. Si le hablo soy una desesperada y si no le hablo parece que me importa poco su presencia en el mundo. ¿Por qué hoy estoy tan minita?
Lo único que me falta ponerme a escribir un diario y contarle mi vida cotidiana…oh wait! Ya lo hago con un blog…

miércoles, 1 de febrero de 2012

No use este tomacorriente


La cuestión de armar o no armar un bolso, eso. Si tengo ganas o no. Loco inventen la teletransportación. Tengo unos días de hinchadez de pelotas, ovarios y hasta pestañas. "te vino?". NO PELOTUDO, soy un ser humano complejo, con muchas conexiones cerebrales que atraviesan todo mi ser, sentimientos que surgen de un momento a otro sin que yo tenga control, y la falla en la capacidad de la razón para poder articular en palabras y conceptos porque es que QUIERO MANDAR A TODOS AL CARAJO.
Me fui de vacaciones a la playa. Fuimos ese grupo antisocial que no le da bola a nadie, solo me levantaba para mirar al pibito que es 3 años menor que yo y que siempre me pareció lindo. Venia a chamuyarme para darme entradas gratis al boliche básico que había en la ciudad. Lo conocía de otros lados, espero que nunca se avive que me conoce a través de mi ex porque ahí si que vamos a tener problemas.
Dormí 4 noches en carpa. Bueno, "dormí". No, no me fui de fiesta. El día que llegamos había sombra en ese lugar. Si, a las 4 de la tarde.
A las 10 de la mañana era un sauna. Nos despertábamos como si nos hubiesen estado asfixiando con una bolsa biodegradable. Ni hablar del hecho de que estábamos durmiendo en CULO. Bueno, no tan así, digamos que estábamos en ropa interior con remeras apoyadas en nuestras partes mientras la mitad del cierre de la carpa permanecía abierto toda la mañana y nuestros vecinos (los hippies roñosos que dejaron unas tortafritas 3 días en un jarrito, al aire libre con calor y arena) nos miraban a través de los cristales de sus gafas de sol.
Para la 3era noche ya no había que darnos explicaciones de nada, nos entendíamos con  unas señas. Yo levantaba la cabeza y le decía “ahí, si ahí” a mi mejor amiga y ella sabia que tenia que bajar el cierre. O miraba para el costado y atándome el pelo daba a entender a la chica de las uñas largas que era hora de que nos vayamos a bañar juntas. Si uno tiene la mente en cualquier lado, estas escenas pueden parecer sacadas de una película clase B. Yo los dejo a su criterio.
Lo bueno que tienen las vacaciones (que son realmente vacaciones y no esos pseudo periodos de tiempo donde la gente se hace la que “esta relajada y zen con la vida” pero después se enoja hasta porque no encuentra el cortaúñas, se amontona en los lugares populares para hacer lo que hace todo el mundo y encima se queja de que el otro este haciendo lo mismo que ellos) es que uno se aleja de los conflictos. Aunque te persigan, aunque establezcan un hilo invisible con la distancia y tiempo, uno introduce su cara en un libro y la vida se transforma en una articulación de palabras y escenas mentales.
Además te comes todo lo que pasa por delante tuyo.  - ¿Qué hiciste hoy? – Nada, me levante y comí, y después comí, y después comí un poco mas…ah y también comí- Uno después se pregunta como es que no le entran los pantalones que se compro hace 3 meses. También en esta época aparece una dieta a base de una bebida espirituosa que nos alimenta el alma, la panza y las borracheras. Que es perfecta a la hora de cenar  y de madrugada, pero que es más perfecta en plena playa a las 5 de la tarde. Por si no se dan por aludidos, vayan al súper que fui hoy y fíjense a que botellas que empiezan con BRAN y terminan con CA les pusieron alarmas individuales para evitar los robos.
Las consecuencias de este periodo se evidencian en los cortocircuitos cerebrales que se producen en mi ser. Desde no entender un chiste de un librito de nenes de 4to grado a no saber si hablarle a las personas porque es demasiado trabajo explicar que carajo estas haciendo de tu vida. Mucha gente no entiende que sentirse productivo no pasa por estar ligado a las exigencias de un trabajo o de una pareja, pasa por revolverse el interior de la cabeza y definir como queres vivir la vida. Pero claro, no todo el mundo tiene la fuerza de voluntad para hacer algo así. Entonces mejor ir a decirte que lo que vos haces y pensas es idiota y solo una forma de existencia es la valida. Yo digo a todo eso que soy de las que se atan los cordones de las alpargatas y le quitan dramatismo a los huracanes…