jueves, 29 de diciembre de 2011

Renovacion del adn


Después de reflexionar bastante sobre las relaciones amorosas tengo que decir que me dan sarpullido o piel de pollo. A mi mejor amiga le pasa lo mismo. Es sentir ese ancla atado al pie que te hunde, que te manda mensajes todo el día, que tenés que llamar, que tenés que organizar para ver…claramente no tengo ganas de tener novio formal. Pero al mismo tiempo charlando con la tipa Morena y recordando una situación vivida en una fiesta, me di cuenta que existen algunas justificaciones para cortar una relación si es que en algún momento tengo ese peso encima. “No me gustan tus estados de fb”, parece una boludez, pero si se piensa detenidamente tiene un fundamento profundo. No voy a detallar mucho sobre el análisis de cómo escribe la gente en su red social, mas aun porque yo suelo poner las incoherencias mas grandes de la historia, pero cada uno sabe que quiere y que no de un actualizador de estados. Somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestros silencios, pero además somos dependientes de nuestros caracteres virtuales.
Continuando con la cuestión relacional, hay una cosa que se llama LIBERTAD y no todos los vínculos la conocen. ¿Sabes como se consigue? Decidiendo. Elegir te da libertad y la libertad te da la posibilidad de elegir. Entonces, hasta que encuentre a uno que en sus conexiones neuronales le entre esta idea en la cabeza, NO ME JODAN. Como dijo mi mejor amiga…rómpeme el corazón pero no las pelotas. Elegir, seleccionar, optar, preferir…todas esas cosas que deberían ser básicas, a veces se tornan tan complicadas que uno ni siquiera se esfuerza. Entonces ahí es donde se produce la simbiosis cerebral entre los tortolitos que piensan igual, hablan igual, se quejan de la vida igual, no quiero ni pensar que es lo que harán igual en otros aspectos de la vida. Me pregunto, si van a tener una relaciona así, pónganse de novios con el espejo. Es mas barato, siempre te va a devolver la sonrisa cuando le sonrías y te aseguro que si te pones vestido no va a quedar ridículo si el que esta en frente también lo tiene.
Otra cuestión de los vínculos es la delimitación del YO. Dependiendo de cuantas veces por frase o párrafo dice una persona yo o a mi, es el grado de necesidad de imponer la voluntad sobre el otro. Esto se convierte entonces en una guerra de pisadas unos sobre otros. Claramente YO cuando hablo, hablo mucho, muy rápido, así que si alguien se atreve a contar la cantidad de veces que digo YO, le doy un premio. En realidad es algo que estoy tratando de cambiar, porque medio como que uno termina quedando como con complejo de centro de mesa. Siendo su visión la única que se puede dar y la única que es correcta. No hay que caer en el extremo de ser sumiso a la voluntad de los demás, sino de escuchar y dejar ser. Y si te produce muchos problemas existenciales escuchar y aceptar que el otro piensa distinto, desenchufa las orejas y anda por algunos ámbitos en automático. Cuidarte tu YO hace que el que tenés al lado, en frente o atrás no te obligue y tampoco se sienta ofendido, y si es un poquito inteligente también aprenda a cuidar el suyo. Ahora me pregunto…¿Qué hago YO si mi YO esta compuesto como por 15 personalidades? Estos delirios y derrapes nocturnos que llevan a filosofar sobre escarbadientes y alicates hacen que me tiemble la mano cuando me tomo un café a las 4 de la tarde en verano y con 40º de calor.
Se abre acá un dilema también. ¿Sigo juntando experiencias para contarle a mis nietos y poner la olla gigante de fideos cuando nos juntamos todos en una fiesta; o me quedo sola y espero a que me deslumbre alguien que funcione con mis pasitos y yo con los suyos? Quiero que me hablen y al mismo tiempo me da pánico que me inviten a tomar algo. No me gusta que me sofoquen con mensajes y chateadas pero si me ignoran durante mucho tiempo me da la sensación de que ya no es divertido. Voy a una fiesta y bailo con alguno o me quedo con mi grupo y me aprovecho de los amigos de mis amigos. Estas cuestiones son tan complicadas que me dan calor como el que te da cuando recién te pones el autobronceante. Así de incomoda me siento respecto a las relaciones amorosas…quiero estar quemada pero no poder moverme y vestirme porque no se me absorbió la crema es el gran conflicto que asecha a las mentes de estos días…