viernes, 7 de enero de 2011

Una jugada brillante

La sensación. Esa que tengo hace días. Me pone un poco nerviosa porque es anticipo de caos universal. Bueno no tanto en realidad, simplemente me avisa que hay cosas que aparecen y yo no tengo ganas. Como en la novela. Las tripas hacen ruido. Y enseguida las instantáneas ganas de abrazarse al inodoro para vomitar. Mi Cousine fue testigo mil veces. Basta una ventanita de msn o una cruzada por la vereda de en frente para que aparezca. Menos mal que ya no es ataque de pánico. O es leve y no se nota. Pensar que me llore la vida y casi me desmayo porque se me aflojaron las rodillas, mientras un chango que pasaba por ahí con cara de susto me pregunto “estas bien? Queres que te ayude?” por supuesto mi cuerpo estaba ahí y mi cabeza a miles de kilómetros, o mejor dicho a six feet under. Es como incomodo pensarlo. Se revuelve el almuerzo que te acabas de clavar. “otra no hay” me dijo mi amiga la model. Lo racionalizo. Pero de repente me dejo inundar por los síntomas de la sensación. Aparentemente es algo normal. Tanto que aparece en libros novelescos de los que leo en vacaciones cuando me da el cerebro. Lo interesante seria saber por que me sucede. Mejor no escarbo en el inconsciente porque me puedo llegar a encontrar con cosas que no quiero. O por lo menos no tengo ganas de sacar a flote. Mejor me voy a la cordillera, a relajarme y a asustarme con todos los bichos que van a asomarse por el cierre de la carpa. Me van a saludar y pasar por al lado mientras yo pienso que ellos me dicen “el aire es libre, no te toco, pero te asusto, sos una boludaaa, yo mido 2 cm y me tenés miedo como si fuese un gigante”. Esas fobias que por más sesiones de sr de la cabeza que hayan no se pasan. No desaparecen. Como las cosas que uno tira a la basura. A veces pienso que lo que dejo de existir en mi vida, es nuevo en la vida de otros. También me gusta pensarlo con la gente. Ahora esta con mis sobras. Pero después reflexiono y yo hice mías y nuevas las sobras de otra persona. En conclusión somos una gran cadena de paso de las basuras y elementos (llámese también situaciones, personas, momentos) de otros. De todas esas cosas aprendemos. Aunque no siempre tenemos ganas. Creo que habría maneras menos crueles de entender las cosas. O como dijo mi amiga Bou “creo que este año no tenia ganas de aprender las cosas de esa forma”. La sensación otra vez de lo que paso. La música que te recuerda a momentos exactos. Como olía la pileta esa noche que estabas sentada en el borde y te dejaste ver por alguien que iba a marcarte todo un año. Qué hábitos tenías esos 3 meses que viviste sola cuando llegabas de la facultad. Cómo se sentía que las lagrimitas se te metieran por el arito de la nariz mientras tu insomnio te hacia ver Grey’s Anatomy a las 3 de la mañana. Los dedos sin anillos que parecen desnudos, los ovarios revoloteados, la olla con el relleno del pastel de papas que haces en la casa de tu amigo (nunca entendí como en el bunker la gente pone $5, comemos 17 y no nos quedamos con hambre).

La sensación de estar desconectado del mundo. “mi computadora paso 48 horas apagada” le dije esta mañana a Laisa. No me di cuenta. No lo necesite. Se nota que estoy de vacaciones. Mi cerebro también. Mis amigas lo notan. Con mi particular frase “no entendí”. Mientras todos se esfuerzan por explicarme algo que cada vez que sale de sus bocas, me entra y me sale por un oído. Mas o menos como tratar de entender o acordarse de los personajes del programa de moda, ese que supuestamente refleja la realidad y no son más que unos idiotas con 1000 cámaras.

“¿Cómo te explico? cuando lo ves con otra y cuando estas por entrar a rendir un examen, así se siente, así te bate la sangre, así te dan ganas de reírte y llorar, así se siente y yo no quiero sentir”. Estas en lo cierto, me dijo Bou, pero aclaro que ella si lo veía de la mano de una nueva novia de ocasión le daban ganas de matarlo, mientras que si tiene que rendir un examen se quiere morir. Es muy distinto. En un caso me surge el instinto asesino y en el otro el suicida. Me reí como media hora, y me seguí riendo adentro mío cuando me acordaba mientras le metíamos baile un día de semana hasta las 7 de la mañana. Tener calor y frío, porque además de anormal sos desubicada. Eso es una sensación que si te la sacas, perdes tu personalidad. O por lo menos parte de ella. Por eso te tomas un café en verano y te comes un helado en invierno. Porque andas por el mundo y la vida como en contra. Pero aun así, la mejor sensación de todas es la de quedarse despierto hasta las 4 de la mañana después de haber visto dos películas (una que no te hizo pensar nada y otra que te hizo replantearte cada segundo que viviste hasta hoy) sin sentir que existe el tiempo y que no importa lo que pase alrededor, porque ahora el planeta gira entorno a vos y tus amigos.

1 comentario:

  1. es muy bueno!! tal cual la charla del otro dia, ahora falta descubrir y describir la sensacion que tengo en este momento, esa que a cada rato me hace decir uuffaaaa ufaaa.....!!!!
    che, y en la cordillera si se te aparece en la carpa un lagartija tranqui son indefensas y tecomen las arañas si alguna se metio jajame hace acordar a la que aparecio abajo de mariiiç
    besos me voya comer!! muaaa

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