martes, 8 de febrero de 2011

Tomalo o dejalo...o ponetelo sobre la nariz

Bueno la cosa por este lado no viene con reflexión. Días y días pensando “esto lo voy a plasmar en el blog” ¡minga! No me salio ni una anécdota buena. Pasaron cosas. Algunas relevantes. Otras no tanto. Como darte cuenta que un pibe que es lo mas lindo del mundo, amoroso, divino puede decir que serias su novia sin problemas. Sin avergonzarse. Sin miedo a darte un beso en el medio del bar a donde vas siempre. El tema esta en que uno a veces no puede dejar de sentirse disminuido. Entonces ¿qué? Lo ves pasar de la mano de una diosa, a la que no le llegarías ni a los talones. No estamos hablando del mismo chico de antes, sino de ese que no entiende que no lo queres en su vida. Las señales parece que no le llegan. Creo que los hombres deberían nacer con antenas parabólicas incluidas en el cerebro para captar todas esas cosas que tratamos de decirles sin decirles. Ni una palabra. Telepáticamente. Si yo te digo que no te quiero hablar y que no tenés que buscarme, ¿que entendes por eso? En fin. De todas formas si uno se pone a pensar bien, no estaría bueno estar embarazada de un crio que tenga que atravesar el camino con una antena cual dumbo en la cabeza. Sigamos con la diosa. La miras y por donde la veas es perfecta. Pelo perfecto, cara perfecta, cuerpo perfecto. Todo. Lastima la cara de boluda. ¿Yo tuve esa cara cuando iba de la mano con vos? Menos mal que ya no es mi realidad. Pero de repente, cuando se pasa toda esa angustia, te das cuenta que no queres mas estar en ese lugar. Ya estuviste ahí y no te gusto. No queres volver a lo de antes. A pesar de tener esos días donde hasta una canción te retrotrae 5 años atrás. Y empezas a darte cuenta que lo mejor que pudo haber hecho fue dejarte. Un día te acercaras y le dirás “el mejor regalo que alguna vez pudiste darme fue irte de mi vida”. La cuestión esta en que el otro lo intente. Pero como me dice Laisa, no es personal. No me lo hiciste a mi, se lo haces a todo el mundo, porque también te lo haces a vos mismo. Parece una frase preformulada por un psicólogo que no tenia muchas ganas de pensar pero realmente si uno no se quiere a si mismo, no va a poder querer a los demás. Y sino, terminas llegando a la conclusión de que…..el tipo puede ser gay.

Hoy hice por primera vez en mi vida una masa casera de tarta. Instantáneamente salió de mi boca una catarata de palabras sin sentido…con ustedes…. “ya me puedo casar”. O sea…¿Qué te pasa por la cabeza para decir eso? Hace 1 año casi estoy negándome a estar en una relación formal hasta con Casper. Siempre metiendo excusas a todo. Siempre buscándole defectos que no tienen a los que han pasado por mi vida. Disfrutando de los deslices pero no dejándolos instalarse en mi casa. Lo bueno es que tengo a mis amigas que están en sintonía conmigo. Esas que me gustaría ver mas pero que un puente en vacaciones (y que no tengo carnet) me lo hace difícil. Ni hablemos de los kilómetros. Ese es otro tema. Lo único malo de aprender a amasar es que me voy a hinchar toda. Porque desde que una amiga me dijo que las harinas te ponen la panzita cual porcel, te cuidas.

Voy a estar eternamente condenada. En cuestiones del amor por decirlo de alguna forma. Hoy no tengo amor ni lo quiero, pero bueno, de repente darte cuenta en medio del súper que la crema que usas para el pelo es para tener “cachos definidos”, te puede poner un poco nerviosa. O sea, me voy a enamorar y siempre voy a ser cornuda. Malditos idiomas. Pero a no hacer drama de las cosas. Si algo me di cuenta este verano (que por cierto no quiero terminar, me niego rotundamente) fue que hay que alivianarse el cuore de cosas. Tenés una historia de vida complicada, perfecto, te entiendo, yo también la tengo. Depende de que perspectiva uses para mirar las situaciones. Toda mi vida tuve que ir al medico. Así es que hoy veo a un señor de bata blanca y me pongo nerviosa. Ni hablemos si te pasas de jelly shots en tu fiesta de egresados y al día siguiente estas 3 horas en la guardia, para que venga el enfermero boludo que va con su ipod para todos lados y te estacione una camilla al lado. “no me voy a impresionar, no me voy a desmayar, son solo caños con sabanas”. Creo que si no lance mas de lo que había hecho en todo el día fue porque tenia a lagartija y a florero al lado. pero bueno. Desde que decidí ser dueña de mi vida, desde que me autoimpuse la regla de no ir al medico hasta que no sea grave, soy mas feliz. ¿Por qué? porque hay menos cuestión dramatúrgica a lo Shakespeare. Mas o menos es la determinación que uno tiene que tener para con esas cosas toxicas que te rodean. Se le puede poner un stop. Y si tenés que atravesarlas, apretate la nariz con los deditos como cuando eras chiquita y te metías al agua. Te daba miedo que te entre y te haga sopa de sesos, pero te zambullías igual. Yo era grosa y me tiraba en la de grandes. Obviamente en la parte bajita porque sino venia Laisa y se asustaba. Bueno, así uno tiene que atravesar las cosas complicadas, difíciles, dolorosas, insoportables, desagradables…y también así tiene que aguantar a los amigos, parientes, personas que ama. Con paciencia y respeto. Con consideración y entendimiento. Obviamente sin hacerse cargo de lo ajeno. Porque ahí esta el problema de por que vivimos tan estresados. Yo no podría ser psicóloga. Porque me tomaría como personal todo lo que le pasa al planeta. Llegaría al punto de sentirme centro de mesa, pero no del estilo de algunas personas a las que les faltan 5 jugadores (definido así por sus relativos más cercanos), sino que sentiría que toda la culpa del mundo la tengo yo. Pero para esto hay solución, y con Laisa la encontramos, nos reímos y hacemos chistes. Es inclusive sanador, porque cuando empezas a echarle la culpa de que se acabe el mundo a un ex, todo lo que pudo haberte hecho resulta indiferente…

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