miércoles, 30 de marzo de 2011

Lector de huellas

“Relajate flaca” me dijo el psico. Obviando el hecho de que tengo 3 o 4 kilos de más que aun no logro bajar. Así fue. Me tire media horita a dormir y termine desmayada durante 2. No me pasa de noche por supuesto. Ahí me puedo quedar despierta todas las horas que se me cante. “es por la ansiedad” le dije. Claramente tenés un problema mas grande que la ansiedad nena, porque si te pones un domingo (en realidad lunes) a planchar a las 2 de la madrugada tenés que replantearte algunas cosas. Bajar un cambio, subir, apretar el acelerador, no se. Así las cosas no están funcionando. Digamos que las mañanas me cuestan. Me encantan porque es el momento donde funca la capocha, sobretodo en momentos de tesis. Como cuando rendía finales. Ahí me mataba estudiando y el resto del día boludeaba. Pero esta complicado el asunto si no te podes levantar. Le tenés que pedir a amigos como florero o El tipo, que te manden mensajes para despertarte porque con los 4 despertadores cada 5 minutos que pones en tu celu y el otro externo que también usas, te das el tiempo para seguir durmiendo. La gente tiene que putearte para que te despiertes. O mas simple, una vieja desubicada llama a las 8.30 de la mañana 3 veces seguidas porque se equivoco y no entiende que esta marcando el mismo numero. Todo es posible en esta vida de sueño, cansancio y mareo post levantada que te dura 40 minutos mas.

La cuestión de la tesis, ha vuelto a mi vida, con fuerza y un poco de obsesion. Es que no llego con los tiempos me parece. De todas formas todo se dará, este es un capitulo en mi vida que prefiero abandonar en la parte escritura porque justamente es lo que tengo que hacer como responsabilidad y no me esta saliendo. Así que las palabras que salen para este blog mejor que no se relacionen con las otras “académicamente pertinentes” que necesito para hacer el escrito. “no parecen muchas, van a tener que achicar la cantidad de cosas que quieran poner, van a ver” nos dijo el profe, que habla bajito, es aburrido, no nos explica todas las cosas que debería y por eso lo hacemos mal. Además, se parece al actor que menos atractivo es de la novela de la noche. Cosa que me produce no disgusto como podría esperarse, sino ganas de irme a mi casa y estar mirando la tele en vez de estar escuchándolo. Momento que no sucede hasta que salgo de cursar y termino de cocinar, o sea a las 11 de la noche.

El otro día llegamos a la conclusión con El Sol que los pesados se pasan. Nunca te di el pie para nada, nunca te dije que me gustabas, nunca te mostré interés mas allá del que corresponde, nunca te trate de forma diferenciada a los demás, ni siquiera te tire una indirecta entonces…¿Qué es lo que te lleva a conectar cables neuronales adentro tuyo para asumir y entender que te estoy tirando onda?. No me gusta ser mala. Me pongo en el lugar y pienso “yo me siento una tarada cuando el pibe que me gusta no me habla o me habla poco o le hablo y va a pensar que lo acoso o me dice las idioteces mas grandes del planeta”. Pero, a no confundir cortesía con amor. No confundir educación con ganas. No confundirse de ámbitos ni de intenciones. En realidad no son los pesados el problema, como le dije a Geoge en una conversación bastante rara que tuvimos, sino los acosadores. No quiero que me hable ni tampoco puedo dejar de hablarle por modales. Me gustan los pesados que quiero que sean pesados. Me gustan los indiferentes que quiero que sean indiferentes y no me hablen. Me gustan los expresivos que deben ser expresivos cuando es el momento de serlo.

Debo admitir que ante mi soltería y soledad inminente pero feliz, he extrañado un poco la cuestión del abrazo cariñoso. En distintas situaciones. Porque hay sucesos que se merecen un abrazo de oso. Por ejemplo, una aprobación de algo académico, como el día que dos profesores me dieron el ok al tema tesiano. O cuando me puse un poco triste por cuestiones de la vida. O el día de mi cumpleaños, que me faltaron abrazos en exceso y después me los dieron todos juntos. Esas horas, no se recuperan mas, sépanlo. Un abrazo de siesta o de buen día. Un abrazo de alguien que no ves hace mucho y realmente te transmite todas sus energías amorosas apretujándote.

Así paso el día que fuimos unos cuantos rejuntados entre los que estaban Florero, Che y Lagartija. Todo gracias a mis amigas las tipas, caímos a un universo paralelo. Para visualizar la cosa, imaginen paredes de terciopelo rojo, una banda de reggaeton y otra de cumbia tocando en una especie de escenario, un caño cual cabarute y temas que no conocíamos. Como dijo mi amiga llegada de afuera en un estado de red social, nuestras caras agarrando las carteras por el miedo que teníamos, no tiene precio. Muchos pasos espaciales y demasiados mensajes para una noche terminaron de condimentar la cuestión. Pero eso no fue suficiente, porque después de un viernes radiofónico con un taxista que me contó la mejor historia mentirosa de todas tuvimos una noche de cervezas –culo en la silla con florero que podría haber tenido muchos bailes increíbles y que no paso porque tenemos esas ganas de no cruzarnos con la gente. Que cagada que nuestros amigos vayan siempre al mismo lugar. Y para rematar un finde de cosas bizarras nocturnas, una fiesta donde el ambiente político era contrario al nuestro, quedamos en medio de unas canciones de partido que no conocíamos y un piso de madera que, con la cantidad de gente saltando a la par de una canción poguera, me imagine muchas veces caerse con todos nosotros incluidos. Después de un susto amistoso, nos dimos el gusto de tener un domingo de frío con merienda y cena a puras risas y declaraciones de panqueques…

miércoles, 16 de marzo de 2011

Total a pagar

Esas cosas que te pasan cuando no tienen que pasar. Por un motivo o por otro, ese día tenés cara de ufa (sepan que existe un emoticon para esto). Entre una caminata agotadora, un dolor que te retuerce, unas ganas inmensas de quedarse desparramada en el futon y al mismo tiempo correr una maratón, varios sucesos se dan el gusto de pasar por mi día. ¿Es tan necesario que el mundo camine lento cuando yo estoy apurada? O al revés. Porque existe eso. Aparece justo el día en el que caminas con toda la fiaca del mundo y tenés un idiota atrás que te pisa los talones. Le dejas todo el espacio del mundo para que se adelante al galope como viene, pero no, el tipo sigue caminando atrás tuyo y pero esperando que vos te apures.

No podemos ni salir a buscar accesorios para el nuevo emprendimiento de florero que nos topamos con el kilombo universal. Ruido por acá, ruido por allá. Ambulancia que pasa. Policía. Colectivos. Esta bien, reconozco que estábamos en una zona muy transitada, pero de todas formas no daba que pasara eso. Faltaba un avión despegándonos al lado. Lo bueno de todo esto es que por 2 mangos conseguí lo mismo que en otro lado hubiese pagado 30. Muchas horas después te das cuenta mientras vas con medio kilo de milas en la mano que un resto se incendio o algo así y por eso era tanto lío, tenés compasión por la situación pero las sirenas rebotando adentro de tu cabeza unas horas atrás no se borran.

La chica del local nos atendió mal. Estas ahí para eso. Un tubito de mostacillas valía $1 y el otro que no tenía papelito salía 75 centavos mas. Primero, eso no tiene sentido. Como le dijo florero a la señorita con la geta sobresaliente “son exactamente lo mismo, ¿cual es la diferencia?” Segundo, no tiene por que ponernos esa cara, ni hablarle mal a la señora que estaba en el mostrador con nosotras, ni tratarla de dolobu a mi amiga porque no vio el cartel con el precio. Thanks god, ese fue el ultimo local al que entramos.

El calefón se apaga. Hoy se le dio por apagarse todas las veces que quería. Tenía el cuerpo triste como dice Bou. Debe estar cansado. Estuvo un par de meses de vacaciones y todavía le cuesta volver a la rutina. Lo entiendo, pero yo quiero irme a bañar y tener el agua caliente. Encima llego a casa y me olvide de rellenar las botellitas con agua. Hace calor y tengo que tomar líquido a temperatura ambiente.

El bar donde quería hacer una fiesta esta con todas las reservas que tiene capacidad ya hechas. Por colgada. La organización y yo no nos llevamos bien, como algunas amigas mías que no logran entenderse con la tecnología. No soy Steve Jobs yo ni mucho menos, pero por ahora la compu me responde bien y el tele esta aprendiendo que conmigo no se jode. La hora de la novela es SAGRADA. Después que boludee y se apague todo lo que quiera, pero en ese momento no.

Menos mal que esta noche me voy a dormir temprano y me desmayo en la cama, si es que no me pasa como las noches anteriores que me cuelgo leyendo y me duermo a las 3 y media. Prácticamente me desmayo frente al teclado, pero en el momento en el que estoy tapada y cómoda en mi habitación, puff el sueño desaparece. No pasa así a las 10 de la mañana cuando intento levantarme. NI EL CAFÉ ME AYUDA.

Por estos días no hay que asustarse si el delirio celotipico aparece. Si empezas a ver fantasmas donde no lo están. Un mensajito, un comentario agradable en alguna red social, una foto, un nick, una tortafrita con la cara de la mina con la que lo viste de la mano. O sea, todo, menos mal que uno tiene personas diarios íntimos a los que le dice la posta. Donde realmente decir “no quiero” vale.

Los sucesos del día de repente se convierten en un posteo bipolar, son cosas que uno no controla afortunadamente. Estas cosas son las que pasan cuando son lo que tienen que ser, o como pienso decir de ahora en mas, como yo digo que van a ser…

martes, 15 de marzo de 2011

Esa es

Bueno hoy corrí. No maratón. No alrededor de la plaza como hacen las tipas que viven en mi cuadra. No como hace florero por la city hasta el gran parque palermistico. Así no. De acá para allá. A ver flaca si aprendemos a hacer las cosas bien. No saques un turno a las 3 de la tarde y el otro a las 4 teniendo muchas calles entremedio. Primero calcula también el tiempo que te va a llevar cambiarte, caminar apurada para el primer consultorio. Corría 3 cuadras y caminaba 1. En seguida me daba cuenta que no me iba a alcanzar el tiempo y volví a meterle trote, pero miraba el reloj y pensaba que tenia 5 minutitos mas así que volvía a tranquilizarme. La intermitencia de la movida de pies me caracteriza. Como hacíamos con Bou cuando éramos chicas (igual hoy seguimos haciéndolo). Pasitos rápidos hasta la mitad de la zebra que hay en la calle y el resto de la senda peatonal caminando. O lo haces apurada o lo haces con calma, no mezcles, los autos se van a marear y no van a saber si apretar el freno o el acelerador….o en todo caso sacar medio cuerpo afuera y gritarte de todo menos bonita. Llegue bien al turno. 10 minutos antes. Como si por eso te atendieran antes. Gila. Llegas y la doc está muy concentrada en su paciente anterior mientras vos lees las revistas de enero. Estas chivada. Si señores. Hace frío y hace calor. Te abrigas pero te toca el sol y te sacas el saco. A ver si nos ponemos de acuerdo clima. Milagrosamente en 10 minutos saliste del consultorio después de tirar de la puerta mas pesada de toda la ciudad. “ufff tengo como 40 minutos para hacer 20 cuadras” (no voy a estar bipolar en mi caminata esta vez). Claro, pero como extremista que soy me pase de la raya. Cual paseo por la playa me traslade hacia el lado que estaban los rayitos de sol en ese momento. Miro el reloj y creo que mi cara se pareció a esa mujer que una vez vimos con De la Vega y nos acordamos el otro día. Corriendo nuevamente para llegar a tiempo.

Se me apaga el tele. Lo sospechoso no es que pase eso, sino que enel momento en el que me acuerdo que el aparato tiene problemas (como en este preciso instante) se le va la térmica a la merd. En la mejor parte de la novela, del programa de turno o de la película que vi 145 veces, se duerme. Ni hablar de cuando lo dejo prendido mientras lavo los platos o limpio. De repente, un silencio. Puteo a mas no poder e intento encenderlo repetidas veces. Al fin arranca pero para este momento me perdí el hilo de las situaciones y no me interesa mas mirarlo. Por eso, prendo la radio.

Volvió la tesis. A mi vida. Tengo momentos de inspiración. A veces interrumpidos por amigos como George que vienen a acomodarse. Voy por un camino. No se. La pregunta acá está en si me quiero recibir o no. No me lo había cuestionado hasta ahora. Capaz que por eso el año pasado la abandone. Mejor no pensarlo mucho, porque para eso voy a necesitar ayuda del Sr. de la cabeza. No lo llame, no le avise que acá estoy. No le avise de mi ser y mi existencia. ¿Otra negación mas? Le tengo que contar que estoy dejando ir algunas cosas. Como esa ropa que le voy a dar a florero. Algunas prendas 1 año después de lo que correspondía. No quiero buscarle un significado a lo que no lo tiene pero para mi es una cuestión de trasfondo que tengo que averiguar. Mientras tanto voy a pensar como acomodar la nueva decoración de la pared que tengo pendiente resignificar…

martes, 1 de marzo de 2011

La necesaria levedad del ser...

Bueno me declaro absoluta y felizmente superficial. Resulta que salí por ahí a comprarme ropa. Con la excusa de que necesito para el trabajo y no tan excusándome recorrí una avenida de la city. Todo lo que me probaba me quedaba como el culi. O sea... ¿Es tan necesario que cada camisa que me pruebo me haga panza de embarazada, me apriete las lolas, me haga parecer mas enana de lo que soy?. Sumémosle a esto el mal humor natural de la situación en la que estoy. No es ese momento del mes, para eso falta. Estoy con otro tipo de cuestiones. En fin. Caminata para allá, acercándome al centro. Caminata de vuelta. No me duelen los pies, raro para haber pasado 2 meses de relax. De rasketing. El deporte que se hace en verano. Con lo que están saliendo los taxis no quiero ni pensar en el cansancio. Entonces volvía. Unas pintadas en la vidriera hechas por alguien que seguramente se parecía al Grinch me llamaron la atención. Por que hay que saber diferenciar los tipos de carteles que aparecen en los frentes de los locales. Una cosa es esa tiendita que dice “ofertas” nada mas, ves la ropa en los maniquíes y es medio pelo pero te comprarías esa remera igual. La clave esta en que sale solo $48. “listo hago negocio” (pensas por dentro). Entras al local con cara de simpática, porque sino las vendedoras que tienen toda la paja del mundo de atenderte aunque sea su trabajo, y en el caso que hayas divisado la prenda en alguna percha la agarras. Sino tenés que recurrir a preguntarle a la tipa esa que esta mirándose las uñas y no te presta atención porque es mas importante estar pensando que le va a decir a su novio esta noche que en responderte. Pero ¿cuál es el tema de esto? La etiqueta de la camisita esa divina que te estas probando tiene tachado un numero que representa el precio que tenia hace 4 días. INDIGNACION. De $52 la bajaron 4 pesos nada más. Salís con cara de “¿me estas cargando? ¿Qué corno están rebajando?”. No es por ser rata. Es por la intención de la dinámica de la época de liquidación. Si vas a bajar los precios, hacelo en serio, no me tomes el pelo. Te das media vuelta y te vas. Porque además la remera te quedaba como el culo.

También están esos locales donde las rebajas son en serio. Como el que venia contando antes. Las paredes estaban escritas con aerosol y los zapatos estaban todos desparramados. Colores por acá, colores por allá, tacos, chatos, tachas, etc. todos juntos. Cual fideos. Encontras los que te probaste 4 cuadras atrás pero en el color que querías. Listo, la tenés resuelta. Antes habían tocado tus pies en color marrón chocolate (soy nena, y nosotras describimos los colores de la moda así), pero ahora los viste en negro. Son más combinables. Seguro me van a quedar mejor. Y...¿qué pasa? Te quedan horrendos. Las tachas te hacen ver sadomasoquista. Te das cuenta que el detalle del tobillo no se va a ver en invierno porque vas a usar pantalón y van a parecer unos simples zapatos chatos. LA CALENTURA. Hoy no es el día para comprar nada (pensé ofuscada haciendo ruidito de “ufa”, los que entiendan bien y los que no tengan mas imaginación). De repente voy a tirar el zapato a la montaña de Chow mai de calzado que había en el piso del local. Los veo. Hermosos. Altos. Tacos. Color coral (va la descripción de nena otra vez). Me los pruebo riéndome porque se que me van a resultar incómodos. Además el modelo me va a quedar mal. No tengo con que combinarlos. Pero como esos hombres que pensabas que eran inteligentes y no lo son, te sorprende. Sos como cenicienta. Perfecto para tu pie. Y esto se pone mejor. Los divisas, en un color mas adecuado para tu vida, para toda tu ropa y vas rengueando porque con un pie tenés 7 cm más de altura y con el otro arrastras la chatita que traías puesta. Te lo probas. Te queda más perfecto que el otro. El vendedor se te acerca y te dice que te quedan lindos. Sabes que te lo esta diciendo para que los compres porque le pagas el sueldo. Y como no podes decidirte el color te dice que tenés que ponerte de novia con un vendedor de zapatos. Te reís (obvio esperando que mágicamente te haga más descuento del que ya tienen los shoes). “ME LOS LLEVO”. El placer de decir eso. Te llevas el mundo puesto. No te importa mas nada, porque vas a sacar la plata de tu billetera y vas a pagar tu nueva forma de caminar. El Sr. vendedor no para de halagarte y ya te estas poniendo de color zapato coral. Sin pensarlo se te salen las palabras “ay me estas subiendo el animo” con la cara de mas mina idiota que pueda existir en el planeta. El tipo te pregunta “¿por qué bombón?” mientras abre la caja registradora. “es que hoy me sentía mal y salí a comprarme algo, ropa, lo que sea, y todo me quedaba mal. No era mi día para llevarme nada nuevo a mi placard pero bueno, con esto se me cambia el panorama”. Paremos ahí. O sea, flaca ¿Qué te comiste? Tenés un flan de cerebro. Te dan la bolsita con la caja que adentro contiene esa novedosa forma de deslizarte por el suelo y te das cuenta que sos feliz siendo tarada por un momento sin sentir que necesitas pedirle turno YA al psicólogo…